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El dragón, que transportaba al general Iroh y al Rey Tierra, volaba sobre una zona semidesértica que mostraba las claras señales de una batalla reciente y de consecuencias catastróficas.
– ¡General Iroh, mire eso, hay alguien allá abajo!
Tan pronto como el dragón rojo descendió, los dos sujetos saltaron al suelo para auxiliar a la víctima.
– ¡Es el avatar! – el anciano examinó cuidadosamente al niño, quien abrió levemente los ojos.
– ¡Umhh!
– Tranquilo, joven avatar. Todo saldrá bien.
– ¿Iroh?... – dijo Aang con voz débil – ¿eres tú?
– Sí – sonrió – el mismo viejo de siempre.
– Iroh... ¡No puedo ver!
– No te preocupes, encontraremos ayuda pronto – el anciano rasgó la parte inferior de su túnica para vendar las quemaduras del niño, pero Kuei lo interrumpió.
– General Iroh, venga a ver esto – el rey tierra, señaló las enormes rocas que se apilaban frente a ellos – hay alguien abajo.
El monarca utilizó sus poderes para levantar las rocas y hacerlas a un lado. Los dos pudieron ver lo que quedó del cadáver del Señor del Fuego. Iroh bajó la cabeza.
– A pesar de todos sus errores... seguía siendo mi hermano menor.
– ¡Lo siento, general! – Kuei colocó su mano en el hombro de Iroh.
– Todos construimos nuestro propio destino y este fue el que mi hermano forjó.
Por un momento los dos permanecieron en silencio.
– ¡Aaggh!
Iroh miró al avatar.
– Está muy mal – el anciano se quitó su túnica, envolvió al niño y lo levantó en brazos – Las quemaduras no son muy profundas, pero cubren casi todo su cuerpo. Si no recibe atención médica inmediata entrará en shock.
– Lo llevaremos a Ba Sing Se. Tenemos muchos hospitales allá.
– No hay tiempo. Hay algunos maestros agua en el Reino de Omashu. Tenemos que llevarlo inmediatamente o morirá.
Ambos avanzaron hasta el dragón, cuando vieron un resplandor a lo lejos.
– ¿Qué fue eso?
– Es Azula. Estoy seguro.
– ¿Significa que su sobrino está en peligro?
– Conociendo a Azula... temo que sí.
– Espere general, yo llevare a Aang a Omashu, usted vaya ayudar a su sobrino.
Iroh dudó.
– Los miembros del loto blanco juramos proteger al avatar y ayudarle a mantener el balance del mundo. Mi deber es...
– Su deber es ayudar a su familia. Sería terrible que perdiera a su sobrino, como perdió a su hijo.
– Pero...
– Confíe en mí, general. El avatar estará seguro conmigo.
– ¡Gracias!
El rey Tierra subió al dragón y con el niño en brazos voló con rumbo a Omahu. Iroh levantó la vista y comprendió que la fuerza del cometa de Sozin estaba descendiendo. Así que empuño sus manos, y usando la energía que aún quedaba del cometa, formó un fuego azul para impulsarse y avanzar a gran velocidad, hacia el punto en que estaba el único familiar que tenía con vida.
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Un Amor Imposible. Zuko & Katara
FanfictionZuko se ha unido al grupo del avatar, al principio Katara lo odia, pero al fin lo ha perdonado. ¿Podrá triunfar el amor entre Zuko y Katara, a pesar de las dificultades? o ¿realmente será un amor imposible, como dicen todos?. De Fanfiction par...
Capítulo 46. La técnica suprema
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