Capítulo 3

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Recogí lo poco que había desempacado en el hotel y me dispuse a ir a mi nuevo apartamento. Era espacioso, tenía una sala de estar, un comedor, la cocina, un baño para visitantes, dos habitaciones y en una de ellas un baño privado, no parecía un solo apartamento, parecía más bien una casa pequeña. El chofer de papá subió las tres maletas y le pedí las colocara en la sala, yo las llevaría luego a la habitación.

Volvimos al coche y nos fuimos al centro comercial. No tenía palabras para describirlo era gigante. Compre de todo tipo de ropa, especialmente algunos vestidos, se me hacían bonitos para hacer entrevistas y cosas así. Generalmente siempre estaba en jeans y cualquier camisa bonita.

Ya que el pobre chofer no podía con las bolsas, porque había comprado demasiado, yo llevaba algunas, cuando este único salvaje venía corriendo llevándome en blanco, por lo que caí el suelo y con ello también mis bolsas.

Lo peor de todo era que las bolsas que se derramaron fueron las de mi sexy ropa interior. Podrían imaginarse mi cara en ese momento, era una combinación entre vergüenza y ganas de matarlo.

Él se burló un poco antes de decidirse a ayudarme a recoger mi ropa interior y a levantarme del suelo.

-Corre -lo mire molesta y me solté de él-. Vamos ya -negué-. Señor recójanos en la parte de atrás por favor -me apretó la muñeca mientras me halaba con él. Él llevaba su mano libre llena de mis bolsas, para cuando salimos por la parte de atrás, el chofer ya estaba esperando por nosotros-. Por favor, acércame a mi auto.

-Sube -él abrió la puerta para mí y subió al auto. El auto no había tomado su marcha completa cuando él comenzó a quitarse la boina y a estrujar su cabello. Ese gesto se me hizo muy sexy, pero dejo de serlo en cuanto quito su bufanda-. ¿Es una broma? -Grite mientras lo imitaba y quitaba mis gafas y mi bufanda-. Baja de mi auto -le pedí al chofer que se detuviese.

-¿Qué? ¿Por qué? Solo te estoy pidiendo ayuda, por lo menos llévame hasta donde está el auto -ahora parecía ser él quien estaba molesto.

-No quiero, tampoco tengo porque hacerlo -le indique al chofer que avanzara-. Solo guíalo hasta tu auto -no mencione nada más. Solo lo veía darle indicaciones al chofer. Su rostro era sereno, sus labios rosados y abultados, su piel sin imperfecciones. ¿Cómo puede un hombre tener un cutis tan perfecto?

-Aquí esta -sus palabras me sacaron de mis estúpidos pensamientos-. Ya me voy. Gracias por lo que hiciste, princesa de hielo.

-Me debes la vida.

El día había sido agotador, y pensar que el próximo día comenzaría en la universidad me mataba. Acomode en el refrigerador las verduras, carnes, fideos, material para hacer chocolate y muchas cosas más. Fui a mi habitación y acomode toda la ropa que compre.

El solo pensar que el idiota de Kim Hyun Joong había visto mi ropa interior me llenaba de rabia, pero ya había pasado no había nada que hacer.

Eran casi las 10 de la noche, lo que reflejaba la misma hora en América pero de la mañana. Esteban siempre se levantaba temprano. Me conecte en la computadora y vi que estaba en línea.

Tuvimos una corta video llamada y no sé porque lo sentía distante. Hacia un poco más de una semana que había venido a Corea, ¿ya me habría olvidado? No me importaba, estaba feliz de solo verlo. Yessenia no estaba conectada, le envíe un texto y me fui a bañar. Al salir me conecte de nuevo, Esteban ya no estaba, pero si estaba Yessenia. No conectamos.

-¿Cómo te va en Corea? -Preguntó luego de un rato de estar hablando de trivialidades.

-Bastante bien, o eso creo. Mañana empiezo la universidad, quisiera que estuvieras aquí -definitivamente mi vida universitaria iba a ser un asco sin la presencia de Yessy en mi vida. Ella era la mujer que me halaba de los cabellos cuando me iba por el camino equivocado y ahora que no tenía a nadie, solo esperaba que todo estuviese bien conmigo-. Pero aun no me rindo contigo, sabes. Te espero en verano.

-Haré lo posible por ir, ya sabes que no tengo mucho dinero -el dinero siempre era un tema incomodo entre nosotras dos.

-Yessenia, si vuelves a hablar de dinero, voy a molestarme. Sabes que eso no es un problema.

-Es que me da pena contigo.

-Por favor, sabes que el dinero no es importante -luego de la secundaria, los padres de Yessy tuvieron algunas dificultades económicas. En ese momento ella estaba obligada a dejar la escuela para ir a una pública, obligue a mi padre a fingir que ella había ganado una beca que sufragaría los gastos de sus estudios.

-Te adoro -hizo una linda cara y no pude evitar reír.

-Sí, lo sé. ¿Cómo vas con el baile? -Pregunte para cambiar el tema.

-Bien, nos haces falta, soy un desastre como capitana -reí.

Cuando empezamos la preparatoria, nos volvimos porristas y luego de un poco de esfuerzos nos habíamos vuelto la capitana y sub-capitana.

-Lo harás bien, además vendrás para acá conmigo tan pronto aprendas coreano -esa era otra sorpresa que tenía para ella.

-¿Qué dices? ¿Cómo voy a aprender coreano? Hablo inglés y español porque son nuestros principales idiomas.

-Yo pague por tu maestro, tan pronto sepas coreano, vendrás a estudiar conmigo -no era cierto. Aún no tenía un maestro para ella, pero en efecto lo tendría pronto.

-Mis padres van a morir. Tú serás la responsable de que ellos sufran un infarto. Además tu papá se molestara. Lleva tantos años manteniendo una segunda hija.

-Tengo mi propio apartamento, con dos habitaciones, así que no puede oponerse.

-Siempre lo planeas todo -susurró.

-Sí, eso creo. Al menos planeo la mayoría de las cosas.

-¿Qué te pasa? -Supuse que había notado mi bajo estado de ánimo.

-No lo sé, las cosas con Esteban no están bien, lo siento distante. Además no he podido bailar y sabes que eso me relaja muchísimo. Solo espero que pueda hacerlo cuando comience la universidad -la conversación siguió así por un rato, me despedí para descansar un poco, ya que al siguiente día tenía mis primeras clases.


|TERMINADO| Before & After YouOù les histoires vivent. Découvrez maintenant