Capitulo 28

2K 80 5
                                    

Capítulo 28

-La verdad es que ha quedado muy bonita... ¡Me gusta!

Sonreí al oír a Alba aprobar la habitación que acababa de preparar para Charlotte. Había quedado muy bien, y en muy poco tiempo. Apenas dos semanas después de mi viaje a Argentina me llamaron y me dijeron que en cuanto tuvieran todos los papeles listos, la pequeña podría viajar a España, y la adopción sería completa. Y aquí estamos, mis amigas y yo un mes después de aquel viaje, celebrando que en apenas dos días la tendremos aquí, correteando entre las paredes de mi piso, ahora ya nuestro hogar.

Acabamos como siempre en la cocina, tomándonos una copa de vino mientras terminábamos de hablar sobre los últimos detalles de la bienvenida de Charlotte.

-Entonces está todo preparado (Comentó Alba)

-Así es... en menos de cuarenta y ocho horas series tías. (Añadí sonriente)

Brindamos por ello, pero noté como Inma no lo hacía con muchas ganas, la miré.

-¿Pasa algo?

-(Me miró) No... solo estaba pensando en algo...

-Cuéntanos. (Le dijo Alba)

-¿Y Alex?

¿Alex? ¿A qué viene ahora que él salga en esta conversación? No entendí porque lo nombraba. Miré a Ana, pero estaba igual que yo, me dirigí a Alba pero estaba tan alucinada como nosotras.

-¿Qué? (Pregunté yo algo borde)

-Bueno... creo que se merece compartir esto contigo...

¿Lo estaba oyendo bien? Miré a Inma sin entender que pretendía que hiciera. Le iba a contestar pero Alba se adelantó.

-¿Te estás oyendo?

-Yo... solo digo... que...

-Déjalo Inma. (Comentó Ana)

Resopló y cogió sus cosas, y desapareció de mi cocina. Nunca había visto a Inma reaccionar así, ni mucho menos por Alex. Sabía que eran compañeros, y quizás podríamos decir amigos, pero pensaba que estaba de mi parte en esta historia de dos. Nos quedamos en silencio, ese silencio que dejó Inma al irse. Pero... ¿Y si tenía razón? Quizás se merece una oportunidad... él vivió de cerca los primeros pasos de esa adopción, él...

-Vanesa... ¿no estarás pensando lo que creo que estás pensando?

Miré a Alba, me conocía demasiado bien.

-Quizás...

-No, Vane. (Volvió a decir Alba)

-Él la conoció... él...

-Él te alejó de ella en un principio, ¿recuerdas? Él fue quien lo paró todo porque no estabas preparada para ser madre.

Asentí, claro que lo recordaba. Y aun dolía. Nos terminamos la copa hablando de diferentes temas y dejando todo aquello a un lado. Era un momento bonito y no teníamos que fastidiarlo. Se fueron pasado un buen rato, las despedí en la puerta con un abrazo. Nos veríamos dentro de dos días en el aeropuerto, ellas serian mis dos pilares en esta nueva aventura.

Cuando estuve sola en casa, me dirigí a la habitación de Charlotte. La habitación de invitados se había convertido en un pequeño castillo hecho para ella. Tenía hasta su propio caballo, un balancín de madera precioso que había comprado Alba, que acompañaba la casa de muñecas que Ana había traído. El cabezal tenía la forma del castillo, y la pared la elegí de color azul celeste, así poder poner en el techo alguna estrella cayendo de él haciendo de luz. Un armario no muy grande, y un tocador pequeño donde la pequeña podría peinarse mientras se mira en el gran espejo que hemos colocado. Era una habitación de ensueño, y estaba segura que le encantaría. Estaba emocionada por tenerla, mi princesa. Mi pequeña. Por fin.

En la cola del vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora