Capitulo 22

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Capítulo 22

-¡Siempre tan puntual!

Dije al aire cuando sonó el timbre de la puerta, y me levantaba sonriendo del sofá. Me acerqué a la puerta y no fui a Malú a quien me encontré.

-¡Hola!
-¡Inma! ¿Qué tal?

Nos dimos dos besos acompañado de un abrazo, hacía ya algunos días que no nos veíamos, ni siquiera nos llamábamos. Raro en nosotras.

-Perdona por no llamarte pero...
-No te preocupes vecina, algo me ha contado Alba.

La dejé pasar y le ofrecí una copa de vino tinto.

-¡Vaya! Veo que ha habido cambios.
-Así es (sonreí), y mucho más habrá.
-Te veo bien...
-Lo estoy. (Cogí una de sus manos) Todo pasa por algo...

Nos sonreímos, y asintió. Dio un trago más de su copa y sonó de nuevo la puerta. Le sonreí, y me dirigí a ella. Y ahora sí, cuando la abrí me encontré a la chica morena que apenas horas antes había dejado tumbada en el sofá de su casa. Me sonrió, y la hice pasar. Iba tan guapa. Su pelo alborotado. Unos pantalones negros y una camiseta con uno de los hombros al descubierto. Traía una caja en sus manos, que dejó en la cocina cuando entramos, justo antes de saludar a Inma.

-Bueno, yo me voy ya... Que... que paséis una buena noche.

Le sonreímos, mientras la despedimos. No la acompañé a la puerta, miré a Malú reír y me olvidé de todo lo demás.

-No... no tenías que haber traído nada. (Dije torpemente)
-Pepi me enseñó que no se puede ir a ningún sitio con las manos vacías... (Añadió sonriendo) Además, ¡te gustará!

Lo cogió, y como si de su propia casa se tratase lo dejó en la nevera. Mientras yo recogía las dos copas de vino que con Inma me estaba tomando, cogí dos de limpias y abrí la botella que tenía en el congelador. Buena conversación, gran compañía y un vino bien frio, así podríamos estar horas y horas, pero a los minutos la cena llegó.

-Por favor, Vanesa. ¡Me gusta todo!

Me reí. Lo sabía perfectamente y, no voy a negarlo, lo hice expresamente. Había pedido un solomillo con salsa de foie exquisito para acompañar el vino,  una ensalada para compartir y  un pan de semillas con parmesano que le volvía loca.
Nos sentamos en los taburetes de la cocina, y cenamos en la barra. El vino iba bajando, la sala se inundaba de su risa y la mía, y yo... yo estaba rendida a sus gestos, a su mirada, a ella, por completo.

-Estaba todo increíble... gracias.
-No las des (Le contesté mientras recogia los platos)
-Espero que no hayas cogido postre, porque...

Se levantó y fue hacia la nevera a coger la caja que había traido. Se dirigió hacia el comedor, no si Nantes coger su copa de vino y sonreírme. '¡Coge un par de cucharas!' me dijo, y así lo hice. Las cogí, también mi copa y la segunda botella de rosado de la noche. Me senté a su lado, y mientras abria el paquete le salió esa risita de niña traviesa que hace abandonarme entera.

-¡TACHÁN!

Exclamó Malú, y ante nuestros ojos una increíble tarta Sacher que hacia recordar aquellas tardes de invierno que en su casa o en la mía componiendo cosas sin sentido, que eran solo una vaga excusa para estar juntas horas y horas. Y ahí me quedé, sorprendida por que aún se acordase de ello, quizás un poco triste por haber perdido tantas tardes desde que me fui.

-No... ¿no te gusta?

Me costó reaccionar, pero cuando lo hice le sonreí.

-¿Cómo no me va a gustar? Es... es la tarta de siempre.
-Así es (dijo sonrojándose)...

Le sonreí, y sin pensarlo me acerqué rápido y le robé un beso en los labios. Volví a mi sitio, sonriéndole y apenas sin mirarle a los ojos, sonrojada cogí una cuchara, y cuando iba a darle el primer pellizco a la tarta Malú me quitó la cuchara y la dejó en la mesa. Me giré sorprendido.

-¡Eh! Iba a comer...

No me dejó terminar, y parecía que el postre ya le daba igual, porque atacó mi boca como si de la Sacher se tratase. Sonreí cuando se separó de mí. Abrí los ojos, y le acaricié la mejilla.

-Desde que he entrado por esa puerta... tenía ganas de besarte... ¡No! (Dijo separándose más) Desde que me he levantado y he escuchado al granuja de Dylan... (Sonreí) Bueno, creo que desde que te fuiste... he tenido ganas de volver a besarte.

Me levanté, e hice que ella también se pusiera en pie. Cogí su cara y volví a besarla.

-Creo que... ha llegado la hora de recuperar el tiempo perdido.

Le sonreí mientras le cogía de la mano, cruzando el pasillo volví a besarla, y las manos se unieron a la guerra ayudando a nuestras lenguas, las cuales eran las capitanas de nuestros cuerpos. En el marco de mi habitación la apoyé para ir a su cuello y besarlo, mientras llegaba su primer suspiro. Al pie de la cama, nuestras camisetas desaparecieron, y ahí grité su nombre a causa de su primer mordisco en mi oreja. La tumbe sin pensarlo, le besé cada rincón de su cuerpo, mientras le bajaba sus pantalones, y ella se aferraba a mi pelo. Volví a subir a su boca y me giró sin preaviso. Se dirigió a mis pechos y los besó, se entretuvo en ellos mientras con su mano iba acariciando lentamente mi barriga, bajó y la besó.

-Voy a cuidarte siempre...

Lo susurró entre beso y beso en mi estómago, y sonreí. Bajó hacia mis muslos, y los mordió. Reí. Bajó mi ropa interior y atacó sin miedo mi zona más prohibida. Grité, grité tan fuerte su nombre como mi respiración me permitía. Subió besándome todo mi cuerpo calmándome, y cuando volvió a mi boca fue mi turno. La giré, y sin apenas ningún gesto más, fui directa a su sexo. Me deshice rápidamente de su ropa y mi lengua hizo todo lo demás. Qué bonito oír mi nombre de su boca, y subir hacia sus labios viendo como sus ojos brillan.
Apenas unos minutos después ya estábamos en calma, abrazadas en mi cama, como tantas veces habíamos hecho. Mientras le dejaba besos en su cabeza, hasta que me levanté.

-¿Dónde vas?

Oí que me preguntaba desde el comedor, cogí la caja que ya le había enseñado días antes y volví a la cama, sentándome de rodillas.

-Iba a buscar esto (Dije mientras la abría y ella asentía) Creo que ha llegado la hora de volver a empezar... (La miré) Antes de que vinieses hoy he escuchado nuestra canción... (Bajó su mirada, acerqué mi mano a su mejilla e hice que me mirase) Nos quedó irnos de viaje, ¿recuerdas?




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En la cola del vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora