Capitulo 25

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Capítulo 25

Miré a Malú antes de girarme, reconocí la voz de quien tenía detrás de mí, y tuve miedo, no voy a negarlo. Abracé más fuerte a Charlotte, y me dirigí al lado de mi chica. Vi como el director se aceraba a él y le tendía la mano. No quería girarme, ¿cómo sabía que estábamos aquí? Respiré y me giré, al fin, y me encontré con su sonrisa. Aquella que me dejaba indefensa hace un tiempo, la que me ganaba y hacia perderme. Miré a la pequeña.

-¿Le enseñas todo esto a mi amiga? (Asintió) Ella es Malú, (le dije a Charlotte mientras señala a mi chica) y seguro que os hacéis muy buenas amigas.

La pequeña estiró los brazos para que Malú la cogiera, y ella encantada la recibió en sus brazos. Sonreí al ver la imagen, guiñe un ojo a mi chica y me giré.

-¿Podemos hablar un momento Alex?

Me miró sonriente, pedí disculpas al director y nos apartamos de él unos metros.

-¿Qué haces aquí? (Dije cabreada)
-¿Qué voy hacer? (Contestó sin que su sonrisa desapareciera de su rostro) Cumplir nuestro sueño.
-(Reí) ¿De qué sueño hablas?
-Cariño... (Cogió con sus manos mis hombros) he estado pensando y... si, si quiero ser padre.

Me solté rápido de sus brazos. Le miré con desprecio. Quería gritarle, quería acabar con él, quería que desapareciera. Tener poder de chasquear los dedos y que se fuera de mi vida. Pero, hay que afrontar los errores, y él era uno de ellos.

-Quizás algún día lo seas, quizás algún día te enamores de alguien que no seas tu mismo, quizás llega ese día que todo te de igual, que no te importe lo que la gente piense...
-No me importa, por eso estoy aquí.
-No te equivoques. Estás aquí para volver hacerme daño, porque te encanta verme sufrir, pero sabes... (Miré hacia un lado, y encontré a mis chicas riendo) las miro a ellas y todo deja de doler.

Cogió fuerte mi brazo e hizo que me sobresaltara, esta vez le miré a los ojos, y le reté.

-Ella no te hará feliz.
-No lo hará, (sonreí) ya lo está haciendo...
-No te dará hijos y yo...
-¿Tu? No quiero hijos tuyos, quiero hijos míos. Por eso estoy aquí. Decidí dejar todo esto porque no estabas preparado, lo acepté pero se acabó. Lo nuestro terminó.
-No... no... no...

Me soltó y se separó de mí, me señaló con su dedo índice, y clavó mi mirada en mis ojos.

-Te estás equivocando.
-Alex, (me acerqué a él y le susurré) Me equivoqué cuando decidí seguir contigo después de que me pegarás, ahora sé lo que quiero...

Quitó el dedo de delante de mí, nos dirigimos hacia el director. Hablé con el director antes de que él la fastidiara más.

-Perdone, Alex no se va hacer cargo de la niña, voy a ser yo quien la adopte.
-Pero, ¿es su pareja?
-No... Es un... un amigo. (Miré a Alex, que estaba a punto de explotar, su cara estaba llena de ira) Solo quería que todo saliese bien, y decidió venir antes. Nada más.
-Está bien. Un placer Alex. (Le tendió de nuevo la mano para despedirse, y Alex la aceptó resignado) Vamos para dentro Vanesa, tenemos que hablar del algún tema aun.

Le acompañé mientras observaba a Alex y su comportamiento, miró a Malú que estaba jugando con Charlotte, y por un momento sentí miedo de que les hiciera daño. Pero me quedé más tranquila cuando le vi dirigirse a la puerta e irse. Nos dirigimos al despacho en el cual nos había recibido, hizo sentarme en la silla, y empezaron las preguntas. Las contesté tranquila, no tenía miedo a tener un ser tan pequeño en mi vida, estaba segura de quererla conmigo, y así de segura contesté a lo que me iba preguntado.

-Y por último... Esa chica, ¿solo es una amiga, verdad?

¿Qué tipo de pregunta era esa? ¿Y porque estaba dando tantas vueltas a la respuesta? No era una simple amiga, era mi chica, mi pareja, la mujer de mi vida. Pero, y si por todo esto está en peligro la adopción de Charlotte. Respiré y entré en pánico, tragué el nudo que había parecido en mi garganta, y contesté.

-Si... una... una buena amiga...

Sonrió, le contesté igual, sonreí por no llorar. Me pasó una hoja, 'Autorización de 48 horas', la firmé. Me llevaría a la pequeña dos días fuera del colegio, para a ver cómo nos llevábamos antes de dar paso a todos los demás papeles. Se levantó y chocamos la mano. Nos dirigimos hacia el patio, y Malú me vio solo salir por la puerta, nos sonreímos, y me acordé de la respuesta que había dado al director. No se lo merece. Me sentí defraudada conmigo mismo, ¿qué había hecho?

-Brazos...

Sonreí al oír a Charlotte en mis piernas, la cogí y la miré.

-¿Quieres venirte conmigo de excursión?
-¡¡Shi!!

Lo exclamó riendo, y yo me uní a su risa mientras nos abrazábamos. Miré a Malú, y me guiñó un ojo. Me separé de la pequeña.

-¿Vamos a por la maleta?

Saltó de mis brazos y fue corriendo a la habitación a por sus cosas, la acompañé y le ayudé. Teníamos que comprarle algo de ropa, unos zapatos, y otra muñeca, la que le regalé ya estaba un poco vieja. Cuando lo tuvimos todo listo, nos despedimos del director, la traeríamos dentro de dos días, por la mañana, antes de comer. Sana y salva. Malú se ofreció a llevar el coche, así podría estar más atenta a la pequeña y ponerme en el asiento de detrás con ella. Estuvimos todo el viaje riendo, contándome cosas que había hecho estos últimos meses, como avanzar en la lectura, o empezar a contar en inglés, era una niña muy risueña, estaba todo el tiempo sonriendo, y yo con ella, era inevitable no hacerlo. Al llegar al apartamento, Malú tuvo que irse a una entrevista, nos dejó y subimos. Dejamos la pequeña bolsa en la entrada, y pasamos al comedor. La pequeña se quedó quieta en el centro.

-¿Vamos a vivir aquí? (Dijo sonriente y con su muñeca aun en las manos)
-Solo un par de días.

No di importancia a lo que dije, porque no la tenía, pero parece que ella si le importo, por primera vez en todo el rato que llevábamos juntas dejó de sonreír. Me acerqué y me arrodillé frente a ella poniéndome a su altura.

-¿Qué pasa pequeña?
-¿Eso quiere decir que no me quedo contigo?

Oí un pequeño crack en el pecho, y un nudo en garganta, le acaricié la mejilla y sonreí.

-Eso quiere decir que si todo va bien, pronto estaremos juntas para siempre.

Y por fin volvió a sonreír.

-Y... ¿y viviremos aquí? (Dijo emocionada)
-(Reí) No Charlotte, viviremos en una casa más grande, en otra ciudad.

Volvió a enredar sus pequeños brazos a mi cuello, y rodee su cuerpo en los míos.

-¿Tienes hambre?

Asintió en mi cuello, le susurré un 'vamos' y la subí a galope. Cogí mi bolso, y nos dirigimos a la calle. Comimos en un pequeño restaurante, le apetecía comer pasta, así que elegimos italiano. Cogimos pizza y tallarines, se volvió loca cuando vio todo aquello. Y de postre, helado. Cuando terminamos vi que estaba algo cansada, así que nos dirigimos al piso. Entramos y la lleve hasta el sofá, se tumbó y a los dos segundos estaba dormida, sonreí y me senté a su lado, le acaricié la mejilla, 'mi niña...'.
Giré la cabeza para ver todo aquello, si era real, y lo era. Estaba en Argentina cumpliendo mi sueño, ser madre. Aquí empezaba tod... Un momento. Dirigí mi mirada al suelo, delante la puerta, y me encontré una carta. Me levanté y fui a cogerla. La abrí y me encontré una foto de Malú y mía, estábamos saliendo del restaurante donde el día anterior fuimos a comer, sonrientes, y otra en la puerta del departamento. También encontré un papel, eran letras de revistas unidas donde se podía leer 'Malú y Vanesa juntas en Argentina ¿amigas o ...?', me puse nerviosa, miré a Charlotte que aún estaba durmiendo, giré el papel y había otra frase, esta vez, escrita en bolígrafo, 'No sé si al director le gustaría mucho encontrarse este titular en una revista. Piénsalo'.

En la cola del vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora