Capitulo 40. La Emboscada

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– ¡Lo siento! – lloró Mika llena de impotencia.

La anciana estalló en carcajadas.

– Ahora es tu turno.

Mika trató de luchar, pero era imposible. La anciana uso sus poderes para que la joven se arrodillara y entonces fracturó sus piernas. La pobre Mika gritó por el dolor, mientras se derrumbaba en el suelo.

La maligna anciana, miro a su alrededor. Todas sus oponentes estaban inutilizadas. Con estridentes risotadas la anciana gritó:

– ¡Soy la mejor maestra agua del mundo!

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En ese momento, en los bosques del Reino Tierra...

La empalizada que protegía el campamento de la Nación del fuego estaba ardiendo. Jet se lanzó al ataque seguido por un grupo de espadachines. No tardaron mucho en derribar la barrera y penetrar en el campamento enemigo.

Jet atacó a los soltados que maniobraban las diez catapultas. Ahora estaba el campo libre, pero para su sorpresa no había más hombres dispuestos a hacerles frente.

– ¿Eso es todo? – Preguntó Abejita – Hay tantas tiendas de campaña que pensé que habría muchos soldados esperándonos. ¿En dónde está el resto?

Algunas tiendas empezaban a incendiarse y podían escuchar los gritos y lamentos de la gente.

Jet avanzó sobre una de las tiendas y con las espadas en alto se lanzó sobre un guerrero con armadura de la nación del fuego, pero se detuvo antes de que sus espadas tocaran la piel del adversario. Al notar que el guerrero no se movía, Jet bajó sus armas y lo observó con detenimiento. Bajo la pálida luz de la luna descubrió las cuerdas que ataban al hombre a un pequeño poste. Sorprendido, Jet retiró la máscara del extraño y descubrió a un hombre amordazado. De inmediato comenzó a desatarlo.

– ¡Por favor, no me mate! – suplicó el hombre, cuando pudo hablar.

Jet observó con detenimiento a este sujeto. Tenía ojos verdes y piel oscura, igual que los habitantes del reino tierra.

– ¡Es un truco! – gritó Jet con todas sus fuerzas – ¡DETENGAN EL ATAQUE! Estas personas no son de la nación del fuego... son prisioneros del reino tierra.

Los guerreros detuvieron el ataque y al inspeccionar las tiendas descubrieron que estaban vacías.

– ¡Rápido! Liberen a los prisioneros – ordenó Jet al ver que las tiendas comenzaban a incendiarse. Los guerreros agua apagaron las llamas y el resto liberaron a los prisioneros.

– No lo entiendo, Jet – dijo Abejita – ¿Por qué dejarían el campamento casi vacío?

– Para distraernos.

– Distraernos ¿de qué?

Una explosión se escuchó en el centro del boque, seguido por muchos gritos.

– Nos engañaron. ¡Es una trampa! ¡Están atacando nuestros campamentos!

Jet ordenó la retirada y junto con su gente corrieron hacia el campamento con la esperanza de que no fuera demasiado tarde.

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En el palacio de la Nación del fuego...

Zhao guió a Zuko por una serie de pasillos. Sólo había dos soldados resguardando la puerta principal del salón del trono.

– Yo me encargaré de ellos – Zhao le dio instrucciones a su gente y en silencio desarmaron a los guardias y después de amordazarlos, los ataron con sogas.

Un Amor Imposible. Zuko & KataraOù les histoires vivent. Découvrez maintenant