Capítulo 36. Duelo de Espadas (2da Parte) La Historia de Ursa

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Después de un viaje de inspección en la frontera sur, El príncipe Ozaí regresó a la Nación del Fuego y fue recibido con la noticia de que su prometida ya estaba instalada en el palacio.

¿Es linda? – preguntó Ozaí.

¡Es hermosa! – dijo Iroh – Ve a conocerla. Esta paseando por los jardines.

Ozaí se adelantó y vio a Lain caminar con su vestido largo y su cabello agitado por el viento.

¡Vaya! – exclamó Ozaí – ¡Realmente eres hermosa!

Lain lo observó sorprendida, pero antes de que ella pudiera contestar, Ursa regresó con un ramo de flores que había cortado del jardín. Confundido, el príncipe observó a las dos mujeres. Entonces Iroh se acercó al grupo y le dijo:

Hermano, tengo el honor de presentarte a lady Ursa, tu futura esposa.

Ozaí lanzó una mirada oscura sobre Ursa, pero se inclinó ante la dama diciendo:

Es un honor – y dando media vuelta se alejó.

Está decepcionado – dijo Ursa con tristeza.

¡Por supuesto que no! – respondió Iroh – mi hermano sólo está cansado por el viaje. ¡Vamos, no te pongas así! Tú eres la mujer más encantadora que he visto en mi vida y ningún hombre podría despreciarte – Iroh colocó su mano en el hombro de Ursa para infundirle confianza y ella sonrió – Díganme, ¿quieren beber un poco de té?

Me encantaría – respondió Ursa – Lain ¿quieres venir?

Pero Lain no la escuchaba. Ella permanecía inmóvil con la mirada fija en el camino por el que Ozaí se había marchado. El príncipe Iroh se dio cuenta de lo sucedido y sacudió ligeramente la cabeza.

Ven, Ursa. Voy a prepararte un té excelente.

De acuerdo con las costumbres, la futura princesa debía pasar por un período de dos años de preparación antes de formar parte de la corte del palacio. Ursa fue recluida en la isla Ember, y las ancianas Li y Lo se convirtieron en sus instructoras de tiempo completo. Las maestras eran muy exigentes, pero Ursa resulto ser una excelente alumna y se ganó el aprecio de las octogenarias gemelas.

Con su padre adoptivo, Ursa había aprendido a comportarse en sociedad, pero para su futura vida en el palacio su educación debía refinarse. Aprendió, a hablar y caminar con distinción, también los protocolos del palacio para todo tipo de ocasiones, en fin. Todo lo necesario para ser una princesa. Después de las largas jornadas de estudio, apenas le quedaba tiempo para dormir, pero sus esfuerzos eran recompensados por las constantes visitas de Iroh y su hijo Lu Ten.

Por prudencia, el príncipe Iroh jamás habló con Ursa a solas. Durante sus largas visitas semanales siempre estuvieron acompañados por Lu Ten, Li, Lo y Lain. Aunque esta última, cada vez la visitaba con menos frecuencia.

Igual que todas las jovencitas de la Nación del fuego, Ursa veía al príncipe Iroh como un ideal inalcanzable, pero con cada visita, crecía en ella su admiración por él. Los dos conversaban sobre arte, cultura y tradiciones. Él contaba sus hazañas en la guerra y ella lo escuchaba con admiración. Ambos disfrutaban del té y la buena comida, pero sobre todo, amaban jugar Pai Sho.

Las visitas de Iroh se convirtieron en un oasis en la vida de Ursa, quien con el tiempo y a pesar de sus esfuerzos, llegó a enamorarse del Dragón del Oeste. Ella también se encariño con el pequeño Lu Ten, quien la apreciaba mucho, pues desde que el niño perdió a su madre, creció en su corazón un vacío que Ursa intentó llenar.

Un Amor Imposible. Zuko & KataraWhere stories live. Discover now