Parte 2

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Llegando a casa, Chanyeol se tiró directo al sofá. Desde allí podía escuchar cómo era que Kyungsoo cantaba alguna de las canciones de la radio mientras parecía hacer la cena. Por otro lado, sólo tuvo que contar cuatro segundos hasta que una puerta fue azotada, mientras que unos pequeños pies corrían en su dirección terminando por aventarse sobre él.

Andy comenzó a reír cuando su padre le picoteó el estómago.

—¡Tardaste una hora de más! —el pequeño se quejó, bajando la camisa de su pijama que se le había movido de lugar—. ¡El tío Kyungsoo casi comienza a maldecir!

Chanyeol frunció el ceño divertidamente y miró en dirección a la cocina.

—El tío Kyungsoo maldice por todo —le contestó mientras lo envolvía en sus brazos—. ¿Y qué has hecho hoy Andy? ¿El tío Jongin vino a enseñarte algo otra vez?

El niño asintió, separándose un poco de su padre para mirarlo con una sonrisa.

—Sí, él vino para seguir con las clases de Taekwondo —hizo una pequeña demostración—. Pero luego fue con el tío Kyungsoo y volvió a acosarlo de nuevo, papá, ¡no puedes permitir eso! —se levantó el en sillón mientras que un sutil sonrojo aparecía en sus mejillas.

Chanyeol miró a su hijo desde abajo. Sin duda había crecido mucho más —por Dios, antes cabía perfectamente en tan sólo uno de sus brazos, ahora le llegaba casi a la pelvis. Andy ya no podía jugar a que su padre era un puente por donde pasar sin llegar a casi golpearle la entrepierna con la cabeza si es que saltaba. Realmente le sorprendía el avance incluso en el habla, ya podía pronunciar casi perfectamente.

—¿Por qué debería hacerlo? —preguntó, quitándose el saco y desabotonando un par de los botones de su camisa.

Por un momento Andy se quedó sin habla, pensándolo. Rascándose la cabeza, continuó.

—A tío Kyungsoo no le gusta —dijo extrañamente, como si no estuviera seguro—. Él suele gritar, grita mucho. Yo quiero a tío Jongin, ¡pero no me gusta que le haga daño al tío Kyungsoo!

Chanyeol lo miró con los ojos en blanco.

—¿Grita mucho? —cuestionó, tratando que su voz no inquiriera nada—. ¿Cuando tú estás aquí?

Andy asintió fervientemente.

—¡Ellos no pueden estar haciendo bebés! —siguió su hijo y Chanyeol ahogó un risa—. Ellos a veces van a la habitación del tío Kyungsoo y se quedan un buen rato allí mientras yo estoy dibujando. Tío Kyungsoo le pide que pare, pero luego, le dice que siga, ¡no lo entiendo! ¿Por qué lo hacen? Además, ¡sólo tú y tío Kyungsoo pueden!

La sonrisa de Chanyeol se vino abajo al escuchar eso. Andy se veía demasiado decidido y confundido y, claro, un niño de casi cinco años no debería de preocuparse por esas cosas y sinceramente la lista de preocupaciones de su hijo se iba incrementando innecesariamente. Lo único de lo que debería preocuparse debería ser si su caricatura favorita será transmitida esa noche o si Kyungsoo le hará comer brócoli o no. No por ver si sus cuidadores están haciéndose daño o incluso que si su papá iba a estar con vida a la mañana siguiente.

—Andy, ven aquí —murmuró suavemente haciéndole un espacio más grande a un lado de él.

Su hijo se quedó tieso, dejó de brincar en el sillón y frunció los labios.

—No quiero —dijo con un tono temeroso.

Chanyeol se alejó un poco, extrañado por ese comportamiento.

—¿Por qué?

—Cuando papi utiliza ese tono es porque estoy en problemas —Andy argumentó con inseguridad—. ¡No quiero ser regañado!

Prof. Baekie vs Mr. ParkWhere stories live. Discover now