Prof. Baekie vs Mr. Park

Especial VI: Manos a la obra (Andy al ataque)

Con el paso de los años tu cerebro comienza a absorber tanta información como sea posible para poder sobrevivir. Es un mecanismo tan sofisticado que determina cómo actuar frente a una situación ya conocida, de manera natural. Allí, aún cuando llevaban mucho tiempo juntos, Chanyeol todavía no podía dejar de sorprenderse sobre cómo era que Baekhyun podía interceptarlo de todas las maneras inusuales posibles.

—Sorpresa.

—Voy a matarte uno de estos días.

—No —Baekhyun ronroneó en su oído, mientras lo abrazaba por la espalda y sostenía la mano derecha de Chanyeol, la cual estuvo a punto de sacar su arma—. No, tú no podrías.

Relajándose, Chanyeol se dejó besar la parte posterior de su cabeza y sonrió al ver el reflejo de Baekhyun en su ventana. Estaba en su oficina muy tarde por la noche con miles de pensamientos en su mente, mirando un frente frío caer en la ciudad mientras que las gotas de lluvia pegaban en el cristal. Un whisky a medio beber se había quedado sobre su escritorio y, aunque no era un gran bebedor, la edad le había jugado duro para ponerse mareado de inmediato.

—¿Qué te tiene tan preocupado?

La mano de Baekhyun siguió arrastrándose por toda la extensión de su espalda. Aunque ya hubieran pasado más de quince años juntos todavía sentía su corazón latir como el primer día que lo vio en el escenario del jardín de niños y, definitivamente, el tiempo seguía deteniéndose cuando pasaba por su lado.

Baekhyun terminó abrazándolo por la espalda y Chanyeol dejó caer su cabeza sobre la de su esposo.

—Creo que estamos en problemas, Baek.

Un suspiro salió por su boca cuando uno de los dedos de Baekhyun hacía un remolino con uno de los botones de su camisa.

—¿Por qué dices eso?

Pasaron unos segundos hasta que Baekhyun ya le había desfajado la camisa para juguetear con la piel de su abdomen, que continuó.

—No sé qué hacer —confesó, soltando otro suspiro—. Por primera vez en mucho tiempo, no tengo idea de qué sea lo mejor.

El dedo de Baekhyun subió, siguiendo la línea divisoria de sus pectorales, solo para alcanzar a desabotonar otro botón más.

—Por supuesto. Es más de la una de la mañana, no has pasado por nuestra cama en tres días y la última vez que te toqué fue hace ya casi dos semanas. ¿Quién no estaría confundido?

—Baek —Chanyeol alcanzó la otra mano de Baekhyun, que ya estaba hurgando dentro de sus pantalones—. Estamos en guerra.

—No lo estamos —aclaró, siguiendo con su trabajo al punto de sacarle otro suspiro más profundo a Chanyeol—. Estás trabajando para prevenirlo y, si te lo propones, no va a suceder. No pasará. Pero, eso solo lo podrás saber hasta mañana, después del mediodía, porque tienes que descansar y me tienes que prestar atención a mí. Solo a mí.

Una sonrisa ladina salió de la boca de Chanyeol. Definitivamente no esperaba encontrarse a sí mismo con las manos de su esposo dentro de sus pantalones y éste mismo restregándose por detrás, diciéndole a voces silenciosas cuánto lo extrañaba. Pudo ver a través del reflejo cuán necesitado estaba Baekhyun a su espalda y aún más en el momento que no tuvo piedad con los otros dos botones que faltaban por desabrochar.

Poco le faltó para inclinarse y finalmente besar a Baekhyun de una manera tan lenta que pudo sentir la frustración del otro palpitar por debajo de su piel. Sabía a miel con tequila, de ahí pudo comprender el por qué Baekhyun estaba tan desinhibido, últimamente se había mantenido al margen para iniciar el contacto físico que pensó que estaba perdiendo su habilidad. Sin embargo, simplemente al tocarlo, ardía y encendía algo dentro de él que no podía describir.