Amores Inesperados

Interrupción

Al entrar por aquella puerta, encontraron un pasillo levemente iluminado por unas pequeñas antorchas. Con las varitas en alto, continuaron el camino encontrándose con diferentes piezas rectangulares de mármol negras en cada rincón de la habitación.

—Abraxas Malfoy. —leyó el moreno, iluminando con su varita una de las tapas de mármol.

—Mi abuelo. —respondió Draco, acercándose.

—Septimus Malfoy. —leyó Astoria la de enfrente.

—Es una especie de cementerio. —dedujo el rubio—. Brutus Malfoy. —leyó la siguiente, para pasearse por las demás tumbas—. Son todos mis antepasados.

—¿Sólo los Malfoy? —preguntó Astoria, llevándose un asentimiento por parte de su amigo.

—No creo que haya algo más aquí. Vamos a la otra puerta. —propuso Ginny, haciendo que los chicos cerraran la puerta para dirigirse a la siguiente. La pelirroja pasó su mano por la puerta nuevamente para ingresar.

—¿Qué demonios..? —manifestó Blaise, observando a su alrededor un montón de curiosos objetos, libros viejos y pociones que reposaban en diferentes estantes.

—Mira esto, Gin. —dijo Astoria, atrayendo la atención de la pelirroja.

—No toquen nada. —advirtió Draco.

—Es una caja musical, tenía una en casa. —respondió Ginny, observando aquel objeto.

—Una sola vuelta puede causarte un profundo sueño. —leyó Astoria en un pedazo de pergamino que tenía colgado dicha caja.

—¿Túnicas asesinas? —preguntó Blaise con el ceño fruncido.

—Sí, no sé. —respondió Draco, encogiendo los hombros.

—Eso estaba en la casa de los Black, escuché una vez a Sirius hablar sobre ellas, las quería sacar. —manifestó Harry.

—¿Y cómo llegaron hasta acá? —inquirió Ginny.

—Ni idea, no sabía que esto existía. —respondió el rubio.

—Que hermoso collar. —declaró Astoria con asombro.

—¿Ese no es el collar de ópalo maldito que tenía Katie Bell? —preguntó Harry recordando la pieza, haciendo que Draco tragara en seco.

—Ya pasó Draco. —dijo el moreno, dándole una palmada en el hombro de su amigo

—Entonces si fuiste tú. —afirmó Harry confirmando aquellas sospechas.

—La mano de la gloria. —declaró Blaise, observando una mano que al parecer era una mano humana con una vela en su interior.

—La vendían en Borgin & Burkes, se la había pedido a mi padre pero no quiso comprármela. Hasta que un día la compré y usé el polvo peruano de oscuridad instantánea, lo que no sé es cómo vino a parar hasta acá. —explicó Draco.

—Poción de cuerpo rudimentario. —leyó la pelirroja desde otro estante.

—Aquí hay residuos de poción de la desesperación. —continuó Astoria.

—Esa fue la poción que bebió Regulus y Dumbledore antes de morir, de bajo de aquel veneno se encontraba el guardapelo. —comentó Harry observando el frasco.

—Sangre de Unicornio. —leyó Ginny la etiqueta del frasco.

—Aquí hay libros de hechizos malditos. —dijo el rubio desde el último estante tomando un libro para leer.