Desilusión

9.9K 546 61
                                    


Al siguiente día Hermione se levantó y salió rápidamente de la habitación, pues no quería que el hurón entrara primero a bañarse pero al salir se dio cuenta que la sala estaba sola, al parecer el rubio ya había salido al Gran Comedor. La castaña agradeció mentalmente, mientras se metía al baño y empezaba a cepillarse los dientes, cuando una voz la sorprendió.

—Bueno días, Granger. —saludó Draco, metido en la tina con los ojos cerrados y sonriendo de medio lado.

—¡POR MERLIN, MALFOY! LA PUERTA TIENE UN SEGURO, ¿LO SABÍAS? —gritó Hermione escandalizada, queriendo salir rápidamente de ese lugar.

—¡Granger deja de gritar! Si sabía que tenía seguro pero no lo quise poner, ¿algún problema con eso? —manifestó irritado.

—Sí, pues que no vives solo, vives conmigo y te pido un poco de respeto. —respondió Hermione saliendo del cuarto de baño, tomó sus cosas y salió rumbo a la torre de Gryffindor; pero justo antes de llegar vio una escena que la dejó impactada, Ronald su novio estaba besando muy atrevidamente a Lavender.

—¡RON! —gritó enojada, sintiendo como sus ojos comenzaba a nublarse, haciendo que Ron diera un respingo y se separara de Lavender.

—Her-Hermione, no es lo que piensas. —dijo Ron, tartamudeando nervioso.

—¡¿No es lo que pienso?! ¡Te estás besando a esta en pleno pasillo! —exclamó casi rompiendo en llanto.

—"Esta" tiene un nombre, ¿Ro-Ro vas a dejar que me trate así? —habló una Lavender indignada.

—Hermione, Lavender tiene razón.

—¡¿Tiene razón?! ¡Eres un cínico! ¡Hasta aquí llegó esto Ronald Weasley y nunca vuelvas a dirigirme la palabra! —dicho esto Hermione salió corriendo a la torre de los leones llorando desconsoladamente, al entrar se encontró con Ginny que al verla se abalanzó en ella a seguir llorando.

—¿Pero qué te pasó, Herms? —preguntó la pelirroja, abrazando a su amiga.

—Encontré a Ron... besando a... Lavender. —respondió entre sollozos.

—Ron es un idiota, Herms. Se arrepentirá de lo que te hizo, ya lo verás. — dijo Ginny, tratando de consolar a la castaña antes de ver entrar a Harry a la sala común.

—¿Qué pasa, Mione? —preguntó mientras se acercaba.

—El idiota de mi hermano la engañó con Lavender. —se apresuró a contestar la pelirroja.

—Ronald se lo pierde, Herms. No sabía que era capaz de hacerte eso, no te merece. —aceptó Harry tratando de darle apoyo a su amiga.

—Gracias chicos, creo que ya es tarde, deberíamos darnos prisa si queremos desayunar. —dijo Hermione recomponiéndose.

—Tienes razón Herms, nos vemos abajo Harry. —se despidió Ginny, llevándose a la castaña.

***

—Hola Luna. —saludaron las chicas al ver a su amiga sentada en la mesa de Gryffindor.

—Hola, ¿qué tal todo? —respondió la Ravenclaw con una sonrisa.

—Nada mal, ¿y tú? —contestó la pelirroja.

—Muy bien, aunque los Nargles me han escondido mi pluma. —comentó Luna con una mueca.

—Ya veo, tengo una de sobra si quieres te la presto. —ofreció Hermione.

—Gracias, Herms. —aceptó —. En cuanto los Nargles me devuelvan la mía, te la devuelvo.

—No hay problema, Luna.

—Creo que iré a la biblioteca por un libro, ¿les molestaría acompañarme? —preguntó Hermione.

—Claro que no, vamos. —respondieron, dirigiéndose a la salida del Gran Comedor.

En su camino, se encontraron con Ron y Lavender tomados de la mano, hasta ver a Hermione a acercarse a ella.

—Hermione, de verdad lo siento. Lo nuestro no iba a funcionar.

—Eres un idiota, Ronald. —dijo Ginny.

—¡Cállate, Ginny! Esto no es contigo. —respondió Ron, lanzándole una mirada asesina a su hermana.

—¡No te atrevas a hablarme así a Ginny y no me vuelvas a hablar a mí! —exclamó la castaña enfadada.

—Herms yo todavía te quiero... —dijo Ron, antes de ser interrumpido por una fuerte cachetada de Hermione haciendo que todos los estudiantes se voltearan al ver la escena.

—¡No vuelvas a decirme que me quieres cuando andas besando a esta zorra! ¡Aléjate de mí Ronald! —exclamó Hermione muy molesta saliendo de aquel corredor dejando a un Ron bastante aturdido y a unos estudiantes sorprendidos.

Hermione corría hacia la biblioteca llorando hasta que chocó contra alguien cayendo al suelo junto con la persona.

—Lo siento, no me fije—se disculpó rápidamente, mientras se reprendía mentalmente.

—Me di cuenta que no te fijaste, Granger. Siempre andas en las nubes y mucho más ahora con la escena en el corredor. —habló mientras se arreglaba su uniforme.

—Mira Malfoy, si te vas a burlar mejor cállate y guárdate tus comentarios que no estoy de humor. —respondió Hermione, secando el rastro de sus lágrimas.

—No me estoy burlando, Granger. Creo que la comadreja no te merece. —habló sin pensar.

—¿Por qué lo dices? —preguntó sorprendida por las palabras del rubio.

—Simplemente porque nadie le pone los cuernos a su pareja. —respondió Draco, mientras se preguntaba que carajos estaba haciendo.

—Ya veo, de igual forma lo siento Malfoy.

—Ya cállate, pero la próxima vez fíjate por donde andas. —finalizó, metiendo sus manos a los bolsillos y dando media vuelta dejando a Hermione sorprendida, pues Malfoy no se había burlado y había sido amable con ella.

Amores InesperadosWhere stories live. Discover now