Amores Inesperados

Discusiones y decepciones

—¿Cuál apuesta? Nadie dijo nada parecido. —negó el moreno, mirando a sus amigos.

—No te hagas el imbécil, Zabini. —bufó Ginny —. ¿Y para qué pides tiempo? ¡¿Para hacernos creer que cambiaron, enamorarnos para usarnos y dejarnos como las otras zorras?!

—No es así. —contestó Draco, observando los ojos decepcionados de Hermione.

—¿Ah no? ¿Entonces cómo es? Viniendo de ustedes no me sorprendería. —respondió Ginny con ironía.

—Les dije que era mala idea.

—No te hagas la víctima, Nott. —declaró Blaise.

—Entonces si era eso. —afirmó la castaña.

—¿Y que te hace pensar eso, Granger? —contraatacó el moreno.

—Son unos imbéciles. —bufó Ginny, mirando con desprecio a los chicos.

—Creí que eras diferente, Nott. —manifestó la castaña, mirándolo con decepción al que alguna vez había llamado amigo. Theo miraba unos ojos azules que reflejaban tristeza, Luna no había dicho ni una sola palabra.

—Yo lo puedo explicar. —se apresuró a decir el azabache, antes de que las chicas se fueran.

—¡Cállate, Theo! —cortó Blaise.

—¡Cállate tú, maldita serpiente! —exclamó la pelirroja.

—Luna, te juro que nunca tuve la intención de hacerte algo malo. —Theo se acercó a la rubia que mantenía la vista al suelo.

—Aléjate de ella, no la busques más. —negó Hermione, tomando el brazo de su amiga.

—Que decida Lovegood por ella, ya está grande para tomar sus propias decisiones. —declaró Draco. El rubio aceptaba que en un principio ese era su objetivo pero no había planeado que se enamoraría de ella, de verdad sentía todo lo que la chica estuviera pensando de él, sabía que se iba a sentir usada y engañada de la forma más cruel y vil que existía.

—¡Todos ustedes son unos malditos mujeriegos! Busquen a una de esas zorras que tienen detrás y hagan lo que les dé la gana, pero a nosotras nos dejan en paz. —habló Ginny molesta.

—Tienes celos de que no seas una de ellas. —se burló Blaise.

—¿Y quien eres tú para decir semejante estupidez? Eres un iluso, Zabini, no todas baben por ti. —contestó, disponiéndose a salir de la Torre y esperando a que sus amigas hicieran lo mismo.

—Luna, ¿podemos hablar? —inquirió Theo arrepentido y observándola con tristeza. Luna le dedicó una mirada que nunca en la vida le había dado, sus ojos decían todo lo que no había pronunciado en todo este asunto, para Theo hubiera sido mejor recibir un golpe físico que esa mirada, pues le había causado una gran herida en su corazón. No se iba a quedar de brazos cruzados, la culpa la tenía Blaise y en cierta parte él por no haber tenido el coraje de decir no, pero ya era tarde para arrepentirse, ahora debía arreglar todo lo que había arruinado con solo una palabra. El azabache también notó las miradas que se dieron Draco y Hermione, sabía que entre todo esto el rubio se había enamorado de ella; y notó como los ojos del moreno reflejaban una gran culpabilidad, lo conocía bastante bien y no hacía falta palabras para descifrar lo que sentía en ese momento. Los chicos se sentaron nuevamente meditando todo lo que había pasado pero no gesticulaban ni una sola palabra.

***

Las chicas se habían dirigido a la Torre de Astronomía, necesitaban apoyo de cada una, pues aún no asimilaban lo que habían escuchado.