Me estoy ¿enamorando?

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—¿Desde cuándo sales con Longbottom? —preguntó el rubio conteniendo su enojo mirando a la morena.

—No te importa Draco. —respondió, sintiendo mil colores en su rostro.

—Déjala Draco, es mejor que este con Longbottom. —intervino Theo, siendo agradecido mentalmente por Astoria —. Es mejor que sigas donde quiera que vayas con Hermione. —finalizó, sonriéndole picaronamente a la castaña haciéndola sonrojar.

—Ya cállate, Nott. —dijo Draco, no sabía por qué pero sintió como sus pálidas mejillas se incendiaban poco a poco, Draco Malfoy ¿sonrojado? Era una locura.

Theo tomó la mano de su novia y se dirigieron al jardín, dejándole privacidad a las parejas, el azabache sabía que a pesar de todos los insultos y odios mutuos había algo que los dos habían escondido durante tantos años pero que ahora había salido a la luz. Estaba complemente seguro que el amor había llamado a sus puertas, después de todo la apuesta no había sido tan mala, pues ese era el camino para encontrar a las verdaderas personas con las cuales pasarían el resto de sus vidas, aunque fueran los suficientemente idiotas y orgullosos para dejar entrar al amor, pero sabía que esas chicas harían lo que su Luna había hecho en él, entró en su corazón de una forma tierna y a la vez muy inesperada pero perfecta.

***

Draco y Hermione entraron a la Sala de Menesteres, había un gran sofá y algunas que otras bebidas, para la castaña era más que suficiente, tomaron algunas copas con Hidromiel y hablaron de todo un poco, las horas pasan rápido cuando te diviertes, y este era el caso del rubio y la castaña, pues sin darse cuenta ya era media noche. La castaña indicó que era hora de regresar a la torre de premios pero al rubio no le agradó mucho su idea, para decir verdad el tiempo que había pasado con ella era lo mejor que tuvo en todo el día.

—Draco, en serio, ya debemos irnos, nos pueden ver y debemos cumplir con las reglas. —repetía la castaña.

—Nadie nos verá Hermione. —negó —. ¿No será que estas preocupada que te vean conmigo?

—No digas tonterías Draco, este tiempo fue... —pero la castaña vio como unos ojos grises le pedían a gritos continuar —agradable.

¿En serio sólo agradable? —pensaba el rubio algo desanimado.

—Para mí fue más que agradable.

—Draco, ¿esto fue una cita? —preguntó algo temerosa. El rubio se quedó pensando en lo que su madre le había dicho, ¿de verdad estaba cambiado? Él sabía que esa salida había sido para él una cita pero no estaba seguro de lo que la castaña pensaba de él.

¿De verdad me estoy volviendo loco o estoy sintiendo cosas por Granger? —al ver como unos ojos miel lo miraban esperando su respuesta, salió de sus pensamientos.

—¿Para ti lo fue? —preguntó, haciendo que Hermione se sonrojara violentamente, pues para ella esa noche había sido maravillosa y no sólo agradable, pero no sabía sí estaba mal interpretando las cosas, no quería sentirse como una estúpida al darse cuenta que sentía cosas por el rubio engreído de Malfoy y él no sentía nada por ella.

—No lo sé. —dijo cabizbaja, pues si lo sabía pero tenía miedo al rechazo.

—¿Por qué siempre dices que no lo sabes? En realidad sé que sabes. —manifestó el rubio molesto, ¿acaso lo estaba rechazando? Hermione sabía que tenía razón, no había sido honesta con él ni con ella misma.

—Mira Draco no he sido honesta contigo.

—Por lo menos sabes eso. —interrumpió el rubio, haciendo que la castaña le enviara una mirada asesina.

Amores InesperadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora