Venganza (parte 2)

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Astoria se encontraba en la biblioteca leyendo hasta que vio a un azabache acercarse a ella.

—Hola. —dijo levantando la vista hacia el chico.

—Tori, ¿recuerdas lo que te dije en el comedor? —preguntó Theo.

—Si claro, ¿y qué es eso que deseas hablar conmigo?

—Pues, es que últimamente...

¿Por qué es tan difícil hablar de esto con una chica? —pensó

—Me siento muy extraño. —suspiró, haciendo que Astoria frunciera el ceño.

-No te entiendo, Theo, ¿qué me quieres decir con raro?

—Últimamente he estado ayudando a Luna en pociones.

—¿Y eso que tiene que ver? —preguntó.

—Mucho. Pues es que no puedo dejar de pensar en ella, es tedioso no poder dormir sin saber qué hacer para que desaparezcan esas ganas de protegerla. —soltó.

De confesarle todo lo que había planeado hacer.

—¿Qué te da gracia, Astoria? -se quejó al ver como su amiga soltaba una pequeña risa —. Esto es serio, yo estoy loco y necesito tú ayuda.

—Theo no te molestes. Y no estás loco. —negó —. Quizás solo te atraiga o te guste.

—¿A mí?

—No, a mí. —ironizó la morena para luego continuar —. Claro que tú, te gusta Luna y no es malo que te guste, Theo. Ella es una chica única y muy dulce, seguramente eso es lo que más te atrae de ella. —finalizó, haciendo que Theo sonriera al recordar de nuevo el arranque que tuvo la chica con esas criaturas inexistentes —. Ves, queda más que confirmado con esa sonrisa. —acusó, haciendo que el chico se sonrojara —. ¿Qué tal si la invitas al baile? Así podrían conocerse mejor, ¿no crees?

—¿Y cómo puedo hacer eso? -preguntó, pensando que quizás su amiga tenía razón.

—No puedo solucionar todos tus problemas, Theo. —sonrió —. Estoy segura que encontrarás la respuesta por tu propia cuenta.

—Gracias, pero... —Theo no estaba seguro si debía o no contarle a su amiga sobre la apuesta, pero no quería que Astoria pensara mal de él, aunque sabía él mismo no era capaz de hacer semejante daño y atrocidad a esa chica tan inocente, frágil y hermosa —. ¿Y si me rechaza?

—No lo hará.

—¿Y tú cómo sabes? —preguntó sorprendido por la seguridad con la cuál respondió.

—Sólo lo sé. —levantó los hombros —. Y ahora vete que estás perdiendo tiempo, no vaya ser que otro chico la invite. —finalizó, haciendo que su amigo se levantara y saliera de la biblioteca.

***

Mientras tanto un moreno estaba saliendo de la enfermería pensando en la venganza contra la pelirroja.

—Debe ser algo que la deje completamente en ridículo, y que le quede claro que no debe meterse nunca con un Slytherin. —paró en seco —. ¡Lo tengo! Bueno pelirroja, vamos a divertirnos. —finalizó con malicia.

Todos los estudiantes debían estar en clase, pero no podía entrar a la sala de Gryffindor porque no sabía la contraseña, así que rápidamente se fue a su habitación tomó su escoba y voló hasta la habitación de chicas en la torre de Gryffindor, observó por la ventana que no hubiera alguien antes de entrar, y al estar solo entró y empezó esculcar las cosas de Ginny.

Amores InesperadosWhere stories live. Discover now