EL PORTADOR 1: El medallón perdido

6. Investigacion

Ahora era el presente, y el recuerdo le clavó el aguijón de la tristeza al enfrentarse a la cruda realidad de que ya no volvería a verla jamás.

Con dedos temblorosos, Alex abrió las páginas amarillentas.

En la mitad inferior del artículo había un título más pequeño sobre una fotografía a blanco y negro de Ximena Hargrove.

"Trágica muerte en Moonsville"

La pasada noche del 06 de Abril, el cuerpo policíaco de Moonsville, confirmó haber encontrado un cadáver –a orillas de la carretera Wëst Baudeleire, a pocos metros del edificio residencial del lugar-, con ambas piernas mutiladas y parte del rostro y el torso desgarrados.

El cuerpo corresponde a la joven profesora Ximena Hargrove, impartidora en la universidad local.

El extraño suceso aconteció según palabras del comandante de la policía de Moonsville, el teniente Robert Teleur, cerca de la medianoche.

Las investigaciones indican que un animal salvaje es el responsable del incidente, pues el aspecto de las heridas muestra un claro indicio de que fueron provocadas por mordeduras.

Aún no se tiene certeza de que clase de animal pudo haber sido, pero existe la posibilidad de que fuese un oso de montaña, ya que abundan en el cercano bosque que bordea al distrito.

El trágico suceso recuerda los ocurridos el siglo pasado, en el que fueron reportadas cerca de cincuenta y siete muertes provocadas por ataque animal entre el periodo de 1895 y 1912.

No obstante, las autoridades locales descartan que la reciente muerte siga el mismo patrón, ya que la manada de lobos salvajes que residían en Moonsville emigró tras el invierno de 1912.

Sin saber certeramente si la muerte fue causada por un lobo, un oso, o algún otro animal salvaje, las investigaciones siguen pendientes.

Alexander llegó al final del artículo y se quedó contemplando la página, como embobado.

La rabia y el asco surgían en su interior como vómito; arrugó el periódico con ira y lo lanzó con todas sus fuerzas contra el asfalto.

En el silencio que siguió, Ian se quedó paralizado.

Los ojos marrones, miraban al chico inexpresivamente desde el piso. La imagen de Ximena Hargrove le perseguiría hasta la muerte.

Las frases vacías del artículo seguían resonando en su cabeza.

-"Ambas piernas mutiladas y parte del rostro y el torso desgarrados"-

-"La heridas dan un claro indicio de que fueron arrancadas por mordedura"-

-"Sin saber si fue un lobo, un oso, o algún otro animal salvaje..."

Alexander razonó todo aquello, no cabía duda de que la habían matado. ¿Por qué la policía aún tenía dudas respecto a su muerte?

Al chico le pareció estúpido que no se dieran cuenta de lo obvio del asunto. Alguien le había matado. No un animal, al menos no en concreto. Alguien, y si tan solo pensaba un poco más, Alexander creía tener la respuesta.

— ¿Alexander, qué te ocurre?

El chico salió de su iracundo ensimismamiento al escuchar que su amigo le llamaba.

Ian contemplaba consternadamente a Alexander, como si supiera el gran dolor que éste llevaba dentro.

— Nada Ian, solo... solo estoy en shock—. Respondió Alex en voz baja.