3. Encuentro

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  • Dedicated to Ruben Mares Valle
                                    

Ahí estaba.

La vieja iglesia lucía hermosa a la luz del día domingo con su cúpula verdosa y sus dos torres de color dorado reflejando el sol.

Alexander entró por la gran puerta de roble abierta de par en par, y notó el silencio del lugar a pesar de los murmullos producidos por los rezos de las pocas personas, sentadas de manera desigual en las bancas de madera caoba.

Un fuerte olor a incienso penetró por su olfato.

Las imágenes religiosas de magnifica presencia eran bastas, esparcidas a lo largo de las altas paredes de cantera adornadas de cuarzo. Encima del altar, predominante y grandiosa dominaba la pintura al óleo de San Castor de Aquitania, el patrón del lugar.

Saint's Church – la iglesia más destacada de Moonsville-, construida cerca del siglo XV era en muchos sentidos, la más hermosa de las arquitecturas del pueblo y la única iglesia convertida al cristianismo luego de que Baviera, –el mayor de los dieciséis estados que conforman Alemania- pasara a formar parte de la Confederación del Rin.

Aquel era su destino.

Alexander se puso de rodillas con extremo silencio sobre uno de los reclinatorios del fondo, bajó la cabeza en ademán de respeto y comenzó a orar en el más sibilante susurro:

Vater unser im Himmel, Geheiligt werde dein Name. Dein Reich komme. Dein Wille geschehe, wie im Himmel so auf Erden.

Unser tägliches Brot gib uns heute. Und vergib uns unsere Schuld, wie auch wir vergeben unsern Schuldigern. Und führe uns nicht in Versuchung, sondern erlöse uns von dem Bösen. Erlöse uns, Herr, allmächtiger Vater... (Padre nuestro en alemán)

— ¿Sind sie gut Sohn? —. Susurró en alemán una voz pausada y serena en el oído de Alexander.

Sin alteración alguna éste levantó la mirada.

Un hombre regordete de sotana negra, lo miraba tras unas gafas de montura cuadrada. Mostraba una sonrisa tranquilizadora bajo su poblado bigote blanco de morsa y sus mejillas rosadas.

Metzul Podosky era el líder cristiano de la iglesia Saint's Church, quién tenía cerca de seis años en el pueblo; muchos lo describían como un alma caritativa que había acudido a purificar el pueblo de Moonsville.

Dan Ke Schön Priester Metzul. Solo oraba—. Contestó Alexander en voz baja al robusto hombre con una mezcla de alemán e inglés.

Nun. Nun—. Reconoció el sacerdote y se alejó con paso delicado hacia las demás personas.

El joven cerró los ojos. Aquel era su refugio; el sitio donde podía sentirse libre de cualquier pecado.

Minuto a minuto el recinto fue quedando vacío, tal como él lo esperaba.

Alexander se entremezcló con la gente que se atiborraba para salir en pequeños grupos de dos o tres personas, y fingió entretenerse en la pileta del agua bendita por un momento. Cuando vio su oportunidad, se deslizó de manera sutil hacia la pared oeste y maravillosamente para su fortuna, notó qué la pequeña rejilla de metal estaba entreabierta.

Apresuradamente subió la escalera de caracol, y sin perder tiempo se ocultó detrás del polvoroso órgano, que chirrió quedamente al sentir su peso.

Desde aquella parte podía observar toda la pieza inferior de la iglesia sin ser visto.

Miró con disimulo como el sacristán cerraba ya las puertas de la iglesia y después salía del atrio y cerraba también la puerta de la sacristía.

EL PORTADOR 1:  El medallón perdidoWhere stories live. Discover now