Capitulo 13. Uniones y Rupturas

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– Anoche no te parecía tan despreciable – replico Jet en un desplante de orgullo.

– ¡Anoche fuiste tú el que buscaba mis besos!

– ¡Lo sé y lo siento! – dijo Jet colocando sus manos en su frente – No sé qué me pasó. Todo comenzó como un juego, pero las cosas se salieron de control. ¡Jamás debimos llegar tan lejos! Será mejor olvidar que esto sucedió.

– ¡Olvidar! – Azula sonrió con seguridad – ¿Tú crees que podrás olvidarme? – Ella beso a Jet con pasión y él le correspondió, pero entonces se apartó.

– ¡Por Dios! – gritó furioso consigo mismo – ¿Qué me está pasando?

– ¿Te vas por qué me tienes miedo o por qué ya no te gusto?

– ¡Claro que me gustas! Me oyes – dijo Jet sujetando la cintura de Azula con fuerza – Me gustas más de lo que pudiera imaginar, más de lo que me han gustado otras, más allá de mi razón – Jet iba a besarla de nuevo pero se apartó – ¡No!... ¡Esto no puede ser! Nada puede existir entre nosotros. No con el odio que siento por la Nación del Fuego y su gente, ¡Lo siento Azula! Adiós para siempre.

Azula apretó sus dientes furiosa sin que siquiera pudiera responder. Jet bajó por las escaleras y al pasar por la sala encontró a Long Shot y a Abejita desayunando en compañía de Mai y Ty Lee.

– Nos vamos – dijo Jet sin detenerse.

– ¿Por qué? – preguntó Abejita levantándose de inmediato – Jet, ¿Qué sucedió?

– No podemos quedarnos más tiempo aquí – fue la respuesta del joven que ni siquiera quiso detenerse.

Mientras Jet cruzaba el patio, Azula bajó corriendo las escaleras y se interpuso en su camino.

– ¡Cobarde! Te vas porque no quieres admitir que te has enamorado de una chica de la Nación del Fuego – ella se quitó la bata, quedando en ropa interior y con voz sensual le dijo – pero yo sé que me quieres, ¡Vamos, mírame a los ojos y dime que no me deseas! – Jet la miraba y atrapado por sus encantos intentó besarla, pero cuando sus labios casi se rozaban, Azula se retiró, soltando una estrepitosa carcajada – También dijiste que odias a la Nación del Fuego ¿No es así? Pues entonces entérate de todo.

Azula extendió sus palmas y dos llamas de intenso fuego azul brillaron sobre sus manos.

– ¡No puede ser! – exclamó Jet sorprendido – ¡Una maestra fuego!

– Sí. ¡Una maestra fuego! – increpó, Azula con veneno – pero no como los que quemaron tu aldea, ¿Quieres saber quién soy yo, realmente? Te lo diré, ¡Soy la princesa Azula, la hija del Señor del Fuego Ozaí!

– ¡NO!, ¡NO ES POSIBLE!

– ¡Sí! Anoche dormiste con la hija de quien tanto odias – Azula reía a carcajadas mientras Jet inclinaba su cabeza avergonzado de si mismo – Anoche besaste y acariciaste a una de las causantes de la aniquilación de tu gente.

Al escuchar esto, Jet empuñó su espada pero inmediatamente la soltó y sin decir nada salió de la mansión. Azula también salió de la casa y le gritó:

– ¡Me alegró que sufras! Que te sientas avergonzado y humillado – gritaba histérica – ¡Juro que me vengare, Jet! Vas a pagar muy caro esta humillación. ¡Vas a pagarlo muy caro!, ¡Lo juro!

Entonces ella empezó a formar un relámpago y lo dirigió a la espalda de Jet, pero en el último segundo, desvió el rayo mortal hacia el cielo.

Jet dio vuelta en una esquina, seguido por sus amigos, mientras que Azula se dejó caer de rodillas al suelo. Empuñó el pasto entre sus manos, mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas. Ty Lee la observó con compasión, aunque no sabía si Azula lloraba de rabia o decepción.

Un Amor Imposible. Zuko & KataraWhere stories live. Discover now