capítulo 27. Una teoría que comprobar.

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Estábamos en la clase de Herbología, exprimiendo bubotubérculos, algo realmente asqueroso, en mi opinión. Yo trabajaba con Alice, Anny y Remus.

-Ésto debería de der ilegal.
-se quejó Anny, mientras aplastaba otro bubotubérculo con cara de asco.

-Más de acuerdo no podía estar. -dije yo, con la misma expresión de asco.

-Chicas, ya falta poco. -nos animó Remus- Escuché que después de ésta clase tendremos el resto de la tarde libre. -dijo, sonriendo.

-¿Qué?  -dije yo, frunciendo el entrecejo- Imposible. Estamos en último año, no podemos estar teniendo tardes libres y perder horas de clase. -me quejé.

-Pues así lo dijo McGonagall.
-intervino Anny,  como si eso zanjara la cuestión.

Moví la cabeza reprobatoriamente. -Pues siendo así,  aprovecharé para ponerme al día con los trabajos. -dije.

Noté que Anny ponía los ojos en blanco.
-Recién estamos en noviembre,  Lily. -dijo.

-¿Y? En seguida llegará diciembre,  luego enero. Y tu estarás agobiada de trabajos si no empiezas a hacerlos ya. -la reprendí.

-Tampoco es para tanto.
-dijo Alice.

-No quiero parecer aguafiestas, pero deberían seguir el ejemplo de Lily.
-intervino Remus, y me sonrió. Pero ese gesto no iluminó su rostro, que cada vez se veía más cansado y le daba la apariencia de ser más mayor de lo que era en realidad. Desde siempre el había tenido ojeras y aparentaba cansancio constantemente. Pero eso se había acentuado más con el correr de los años.
Yo tenía una teoría al respecto.
Pero no tenía forma de comprobarlo. Y me daba vergüenza preguntárselo directamente. ¿A quién le gustaría que le preguntaran algo así? 

-Imagino que tu harás lo mismo, ¿verdad, Remus? 
-pregunté.

-En realidad, ya he quedado con los chicos. No tengo mucho trabajo,  así que creo que aprovecharé la tarde  para pasar con ellos al aire libre.
-dijo, con una sonrisita nerviosa.

Lo miré, moviendo la cabeza a los lados, reprobatoriamente.
-Claro. Como quieras. -dije cortante.

-A mi me parece perfecto que disfruten éstos días de sol. -dijo Anny- Pronto llegarán los días de frío terribles y ya ni salir afuera podremos. -agregó.

No dije nada. Me limité a exprimir los últimos bubotubérculos. Luego llevé mi recipiente llenó de pus amarillo verdoso a la profesora.
-Excelente. -dijo con una sonrisa- Popy se pondrá muy contenta cuando le entregue toda ésta cantidad de pus que hemos obtenido. -agregó radiante de alegría- No sabes lo útil que es para las curaciones.

-Me lo imagino. -dije con una sonrisa forzada.
Luego me alejé de allí antes de que me pidiera que aplastara más bulbos. Por más útil que fueran, a mi me daba asco sacarles el pus.
Sacudí la cabeza, tratando de olvidarlo.

Cuando llegamos a la sala común,  prácticamente todos los de séptimo no estaban. Todos estaban aprovechando la tarde libre.
Subí a la habitación. Cargué pergaminos y pluma en mi mochila. Luego fui a la biblioteca para hacer trabajos de Aritmancia y Runas Antiguas. Obviamente Anny y Alice no me acompañaron.

Me dirigí a la sección de libros de Aritmancia.
Ocupé una mesa. Ese ambiente tan familiar y conocido era cómodo y acogedor. Definitivamente la biblioteca era uno de mis lugares favoritos de Hogwarts. Con su característica fragancia a libros.
Cerré los ojos y  aspiré profundamente. Después de llenar mis pulmones de la inspiradora fragancia de la biblioteca,  me puse a trabajar.

Lily Y James. [Awardspotterhead]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora