capítulo 19. Fin de curso.

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-¡Otro año se va! -dijo alegremente Dumbledore-. No quiero fastidiarles con la charla de un viejo, pero, antes de que puedan empezar con los deliciosos manjares, quisiera felicitar a la casa ganadora de la Copa de las casas de éste año: ¡Felicidades, Gryffindor!

Tras esas palabras, nuestra mesa, la de Gryffindor, estalló en aplausos y vítores. Ganamos nuevamente. Los aplausos atronadores llegaban hasta el techo encantado y hacían estremecer las estrellas que en él se reflejaban. Incluso los adornos que colgaban, de color oro y escarlata parecían vibrar, junto con el cartel mágico en donde se veía al majestuoso león de Gryffindor en todo su esplendor.

Las casas de Hufflepuff y Ravenclaw también aplaudían con entusiasmo, los de Slytherin en cambio apenas aplaudían, desde siempre habían tomado a Gryffindor como casa enemiga.

Yo también aplaudía con entusiasmo, junto con Alice y Anny. A unos asientos de distancia los merodeadores aplaudían, silbaban y gritaban, por poco no se subían a la mesa,liderados por Sirius Black y James Potter.

Dumbledore observaba la escena sonriente e impasible.

-Sí, sí. Bien hecho, Gryffindor. -dijo elevando un poco la voz para hacerse oír por encima de la salva de aplausos, que cesaron paulatinamente cuando escuchamos al director-. Bien, eso es todo. Ahora, ¡A disfrutar del banquete!.

De inmediato, los relucientes platos y bandejas de plata se llenaron con todo tipo de delicias que uno pudiera imaginar. Y, los habituales sonidos de los tenedores contra los platos no se hicieron esperar.
Como había dicho Dumbledore, otro año se iba ya, nuestro quinto año.
Allí, comiendo y bebiendo de lo más a gusto con mis amigas, era imposible pensar en todo lo vivido aquél año, pero sabía, yo sabía que tan pronto terminara el banquete, cuando nos encontráramos esperando los carruajes que nos llevarían a la estación de Hogsmeade, o en el expreso de Hogwarts, los recuerdos llegarían inevitablemente, como siempre ocurría en momentos como éste.

* * *

Nos encontrabamos en la entrada del vestíbulo principal, esperando a los carruajes que nos llevarían a la estación, aquí y allá se veían a alumnos que se despedían de los amigos.

-Ay, ¡terminamos nuestro quinto año, chicas! -dijo Anny, feliz y a la vez melancólica, mientras nos abrazaba a Alice y a mí.

-Sí, ya se viene el sexto curso. -dije yo, sonriente, imaginándome como alumna de sexto.

-¿Se dan cuenta de que ya sólo nos faltan dos años para terninar? -dijo Alice, como si no pudiera creerlo.

-Por supuesto. Y éstos dos últimos años son los más importantes. -dije-. Desde el próximo año tenemos que empezar a prepararnos para los EXTASIS.

Nos deshacimos del abrazo.

-¿En serio, Lily?. Ni siquiera sabemos aún los resultados de los TIMO ¿y tu ya piensas en los EXTASIS? -dijo Alice, sin dar crédito a sus oídos.

-Sí, Lily. Faltan un siglo para los EXTASIS, ni siquiera sé si pasé las pruebas de los TIMO, no esperes que pase mis vacaciones preocupándome también por eso. -dijo Anny, resueltamente.

-Dos años, o menos. Eso no es un siglo. -dije.

-Bien, como sea. -dijo Anny, poniendo los ojos en blanco.

La miré con severidad, aunque ella no lo notó.

-Ya llegan los carruajes, chicas. -dijo Alice-. ¿Bajamos ya? -preguntó.

-Sí, ya deberíamos. -dije, al momento en que un grupo de alumnos pasaban por nuestro lado, y bajaban la escalinata de piedra.

Alice, Anny y yo, subimos a un carruaje, rumbo a la estación de Hogsmeade.

Lily Y James. [Awardspotterhead]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora