capítulo 14. La apuesta.

3.2K 162 33
                                    

Diciembre había llegado ya. Los días se volvían cada vez más fríos. La nieve cubría la copa de los árboles del Bosque Prohibido. Que ahora parecía encantado.
En el Gran Comedor, copos de nieve caían incesantemente, pero sin llegar a tocar a ningún estudiante. Pues, como era habitual, el techo del Gran Comedor reflejaba el estado del cielo exterior.

Hace poco yo me había visto envuelta en un escándalo bochornoso. Como siempre, Potter estuvo implicado.
La anterior visita a Hogsmeade, Potter me había dejado encerrada con él en un hechizo desconocido para mi, un tipo de burbuja o algo asi. El caso es, que su novia, bueno, ahora ex-novia, Helen Lambert nos había visto. Y había pensado, como era lógico, que yo estaba con Potter porque quería. Y al día siguiente armó tal escándalo que medio Hogwarts se enteró de lo ocurrido. Ella se había encargado de divulgar el cuento de que yo era una "robanovios". Para su mala suerte y para mi gran alivio, nadie le tomó nada en serio, y sólo consiguió quedar mal. Ahora ya casi nadie se quería juntar con ella y sus dos amigas, Roxana Watson  y Abby  Richardson. Todas ellas muy hermosas, engreídas y estúpidas. Pero como Helen era la más hermosa, la más engreída y la más estúpida; era la líder. Todos me conocían muy bien como para creer una palabra de lo que Helen les había dicho sobre mi. En ese sentido me sentía aliviada. Aparte tenía dos maravillosas amigas a las que quería con el alma: Alice y Anny.
Pero lo que me hacía sentir muy mal era que Severus seguía sin hablarme. A pesar de que me había pasado todas las semanas intentando explicarle como habían sucedido en realidad las cosas.
Potter seguía molestándome como siempre. Aunque no tan pesado. Algo insólito, la verdad. Creo que no se los había mencionado, pero yo también era prefecta, eso me había permitido echarle unas buenas reprimendas a Potter.

Pero había algo que me animaba, a pesar de todo. Estábamos en diciembre, y en el ambiente se sentía la inminente llegada de la Navidad. La Navidad era una de las épocas del año que más prefería.
Como la mayoría, también me había apuntado en la lista de los que se quedaban en el colegio para las fiestas de Noche Buena. Anny y Alice también se quedaban. En realidad, prácticamente todos los estudiantes se quedaban. Ésto se debía a que se celebraría un baile la víspera de Navidad. La mayoría de los estudiantes que no se quedarían en el colegio eran de primero y segundo. Los demás esperaban con ansias que llegara Noche Buena. Pues a todos les hacía ilusión la idea de un baile.
Faltaban tan sólo tres días para el baile,  ya había mandado una carta a mi madre mediante Nivis, la lechuza que había comprado a principios de primer año, en donde le comunicaba que habría una fiesta de Navidad, y pidiéndole que me enviara un vestido apropiado para la ocasión. No le había especificado modelo ni color, confiaba en el buen gusto de mi madre. El  viernes sería el 25 de diciembre, así que el baile se celebraría el jueves, esperando la media noche y la llegada de la Navidad. Eso era justamente lo que estuvimos hablando Alice, Anny y yo durante el almuerzo en el Gran Comedor. Pero no éramos las únicas que comentábamos sobre el tema. Sin lugar a dudas el baile de Navidad era el tema de conversaciones de las últimas semanas. No era sorprendente que nadie le haya prestado atención a los chismes de Helen. Hablando de Helen, andaba más insoportable que nunca. Me lanzaba tales miradas asesinas que temía que me estuviera lanzando algún hechizo maligno. Y lo más divertido, al menos para mí, era que no soportaba que Potter me hablara o se sentara con nosotras en la mesa o simplemente que me hiciera bromas.

Despues de almorzar teníamos Pociones con el profesor Slughorn, que me caía muy bien, por cierto. Además, yo era su preferida en clases. Pues era la mejor y hasta ahora nunca había preparado mal una poción. Al final de cada clase solía recibir las felicitaciones del profesor. Era por eso que había aceptado la apuesta de Potter. El profesor Slughorn nos había encargado que para ésta clase teníamos que preparar una poción adormecedora. Y al final le daria al ganador un frasco de una poción de la suerte. Potter aseguraba que iba a preparar la poción mejor que yo, y que se ganaria el frasco de la Suerte Líquida. El muy tonto me había propuesto una apuesta. Si yo perdía, y el ganaba la poción de la suerte, tenía que acompañarlo al baile de Navidad. ¡Por Merlín! Y  si yo ganaba, él me tenía que dejar de molestar. Ni una sola broma más. Yo había aceptado riéndome a carcajadas. ¿Acaso tenía la esperanza de preparar una poción mejor que yo? Es que la simple idea me daba risa. Yo podía preparar la poción adormecedora hasta con los ojos cerrados. Era sumamente sencilla. Pero dudaba que Potter pudiera realizarla correctamente. Potter era inteligente,  eso ni como negarlo, simplemente que preparar pociones no era su fuerte. Lo suyo era el Quidditch.

Lily Y James. [Awardspotterhead]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora