capítulo 20. El primer día de clase de sexto curso.

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Terminamos de desayunar y Alice, Anny y yo subimos a la torre de Gryffindor por los libros y nuestras varitas. De ahí fuimos directo a la primera clase del primer día de nuestro sexto curso: Encantamientos.
-¿Qué piensan que nos va a mandar hacer Flitwick? -preguntó Anny, cuando doblabamos una esquina por los pasillos.

-El profesor Flitwick,  Anny. -la corregí automáticamente-. Y, seguramente comenzaremos con encantamientos más avanzados. -añadí.

-Bueeno.. el "profesor Flitwick". -dijo Anny en tono teatral y rodó los ojos. Alice rió. 

Llegamos hasta el aula de Encantamientos,  prácticamente todos los alumnos ya se encontraban allí,  esperando al pequeño profesor Flitwick.
La clase de Encantamientos era una de las más divertidas, especialmente en las clases prácticas.

Después de unos minutos llegó el profesor.

Nos saludó y se puso cómodo sobre los libros amontonados sobre su silla. Sólo así podíamos verlo, porque era tan bajito que si no se subía sobre algo no se veía detrás de la mesa.

Resultó ser que el profesor nos mandó un par de encantamientos de repaso, comenzaríamos con Aguamenti, un encantamiento que hacía que de la punta de la varita saliera chorros de agua.
Algo realmente fácil, si quieren mi opinión.

El profesor nos pidió que trabajaramos en parejas, de modo que los que dominábamos el encantamiento pudiéramos guiar a los menos hábiles.
Alice y Anny quedaron juntas, y el resto de los alumnos formaron parejas rápidamente.
Bueno, no era tan malo quedar sin pareja. Sola podría trabajar sin distracciones.
Saqué mi varita, sobre la mesita estaban colocados dos vasos de vidrio. Iba, bueno, íbamos a comenzar a trabajar cuando la puerta se abrió de golpe,  y entraron, Remus,  Sirius y Potter, jadeando. Probablemente habían corrido para llegar.
El profesor Flitwick los miró sorprendido.

-Dis-...disculpe, profesor. -dijo Remus, jadeando-. Verá, Peter tuvo un pequeño accidente y tuvimos que llevarlo a la enfermería.

-Sí, por eso es que llegamos un poquito tarde. -dijo Potter,  sonriendo con inocencia.

-Bien. Formen parejas y tomen asiento. Trabajaremos repasando el encantamiento Aguamenti. -dijo el profesor.

Potter y Sirius se apresuraron a formar un dueto.
Entonces, el profesor dijo:
-Lupin,  puedes trabajar con la señorita Evans. Ella no tiene pareja con quien trabajar, según veo. -dijo dirigiéndome una mirada interrogatoria.

-Así es, profesor. -dije con claridad.
Al escuchar eso, Potter le dijo algo a Sirius, éste asintió, sonriendo con complicidad y dijo: -Oye,  Remus. Mejor trabajamos tu y yo juntos y que James trabaje con Lily. -dijo, con un tono indiferente.

Remus lo miró con el entrecejo fruncido, pero luego pareció caer en cuenta.

-¡Ah!, Sí. Claro. -dijo yendo hasta la mesa que Sirius ocupaba.

Miré a Remus, el también lo hizo, y empecé a gesticular con los labios: ¡No!, ¡no!. Pero él sólo negaba con la cabeza, entre serio y divertido.

-Como quieran. Pero no pierdan más tiempo. -dijo el profesor.

Genial. Realmente genial.
Ahora tenía que trabajar con Potter,  el primer día de clases.
¡No puedo creer en mi odiosa suerte!.

-Hola, Evans. -dijo Potter al llegar hasta donde estaba.

Lo miré fijamente: qué odioso e irritante era.
-Hola. -dije cortante. Podría no soportarlo y todo lo demás, pero jamás dejaría de dirigirle el saludo. Antes que nada mi buena educación.

Lily Y James. [Awardspotterhead]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora