Capítulo 2. El mundo al que pertenezco.

3.7K 151 13
                                    

No podía negar que lo que me había dicho aquél niño me afectó de sobremanera. Habían pasado una semana ya de aquél..digamos,  incidente; y no había pasado ni un solo día que no pensara en lo que me había dicho.
Por más de que le diera vueltas y vueltas al asunto no le encontraba ningún sentido. Pues era imposible tan siquiera imaginar que yo, Lily Evans era una bruja,  osea, las brujas no existen. Punto.
Pero no podía negar que a menudo ocurría cosas muy raras a mi alrededor. Y  el hecho de pensar de que tal vez era yo la causante de ello me preocupaba e irritaba.
Ese día, mientras estábamos desayunando, le pregunté a mis papás que pensaban ellos acerca de el tema de las brujas y esas cosas,  fingiendo un tono despreocupado e indiferente.

-Bueno, yo creo que no existen-dijo mi padre. -pero creo que si existieran serían fascinantes-agregó sonriendo.
-Estoy de acuerdo con tu papá cariño, creo que no existen, y claro, serían totalmente fascinantes si existieran. -pero a qué se debe tu curiosidad acerca de esto, cariño?-preguntó mi madre mirándome entre extrañada y divertida.
-Eh..., por nada. Ya lo has dicho. Simple curiosidad. -dije, pero me percaté de que mi rostro me delataba así que sonreí y comí una gran cucharada de mi cereal.

Era extraño que Petunia se mantuviera tan callada durante el desayuno. Le pregunté si quería salir conmigo al jardín, pues desde mi encuentro con Severus me había mantenido prudentemente alejada del patio. Por si se le ocurría volver. Pero como ya había pasado una semana y no aparecía por aquí,  decidí que ya no era necesario esconderme,  de hecho si lo pensaba bien, incluso parecía hasta estúpido privarme de estar en mi propio patio por miedo a volver a ver a un niño que tal vez sólo me había jugado una broma, muy pesada,  por cierto.

Así que mientras estábamos en el jardín,  cortando flores, (me encantan las flores),alguien habló a nuestras espaldas:

-Hola- dijo una voz, desgraciadamente conocida.
Me volví y vi a Severus allí parado.
-Hola -dijo  mi hermana- eres el hijo de los Snape, ¿cierto?

Severus asintió con la cabeza.
Yo en cambió le dije:

-¿Qué haces aquí?  Te dije que te largaras, y no recuerdo haberte dicho que regresaras -le espeté con rabia.
-¿Tu ya lo conocías Lily? -Preguntó mi hermana,  extrañada
-Sí-dije sin apartar la mirada de Severus.
-Oh, y...¿qué quieres?-dijo Petunia, mirando severamente al niño.
Pero Severus no dio señales de haberla escuchado, sólo me miraba a mí.
-Necesito hablar contigo, Lily, debo explicarte como son las cosas, -me miraba fijamente,  parecía sincero. -seguro has de estar hecha un lío sin entender nada acerca de... -miro a Petunia con el rabillo del ojo y concluyó la frase -de lo que te de dije.

Desvíe la mirada, por un lado tenía razón,  estaba hecha un lío,  pero por otro, si seguía insistiendo con eso de que era un bruja, mejor no lo escuchaba.
Pero necesitaba respuestas, y el parecía muy dispuesto a dármelas, aunque yo no podía confiar del todo en él.
-Está bien. -dije finalmente -te escucho.

Miró a Petunia, luego a mí y dijo:

-¿Podemos hablar a solas?. Tu hermana no puede escuchar lo que te tengo que decir.

Petunia me miró, entre sorprendida y ofendida.

-Todo lo que me tengas que decir lo puedes decir frente a mi hermana. -dije firmemente.

-Ella no puede saberlo,  es una... -parecía debatirse entre decir algo o no -es una muggle -termino aquella frase en un susurro.

-¿Perdon?. ¿Una qué? -jamás había oído la palabra "muggle". No tenía ni idea de lo que significaba.

-Por qué mejor no nos vamos a otro lugar y te explico qué son los muggles y muchas cosas más. -Dijo Severus, satisfecho con la reacción y el interés que me había causado aquella palabra de repente.
Miré a mi hermana,  que estaba muy callada, excrutando su expresión. Parecía sorprendida,  y notaba que su expresión se había vuelto fría,  como si estuviera molesta porque Severus la había excluído.
-Está bien. -dije -¿te parece bien aquél bosque?, digo,  no tenemos porqué entrar pero podemos hablar en su orilla,  te aseguro que allí nadie va a escuchar lo que me tengas que decir.
-Perfecto. -dijo él, era la primera vez que lo veía sonreír.
-Bueno,  pues vamos. Petunia, regreso enseguida,  pero por favor,  no le digas a mamá que estoy en el bosque,  inventale cualquier cosa, no sé. -dije mirando a mi hermana.


Pasamos como media hora hablando, Severus me había dicho que "muggle" era como llamaban las personas del mundo mágico a las personas no mágicas.

-Osea,  ¿existe un mundo mágico? -pregunté con curiosidad e incredulidad.
-Si -Dijo, parecía encantado con mi interés.

- Entonces yo soy una muggle,  ¿verdad? -pregunté.
-No, eres una bruja,  ya te lo dije.Perteneces al mundo mágico. A nuestro mundo.
-Supongamos que te creo. -dije -¿cómo es el mundo mágico?
-Es increíble. En mi caso, yo siempre supe que era un mago, porque mis padres lo son, pero tu  eres nacida de muggles así que debe de serte más difícil comprender.
-Si, y las cosas que hago,  en determinadas ocasiones,  ¿se debe a que soy una bruja?
-Exactamente,  ya vas comprendiendo -dijo volviendo a sonreír.
-Oh, entonces,  ¿a ti también te sucede igual que a mí?. ¿También pasan cosas extrañas a tu alrededor?
-Todo el tiempo. -afirmó.
-Y qué debemos hacer para controlar nuestros...¿poderes? -pregunté.

El sonrió y dijo:

-Pues por el momento nada. Pronto te llegará tu carta, donde te comunicarán que has sido aceptada en algún colegio de Magia y Hechicería,  probablemente te acepten en Hogwarts.
-¿Hogwarts? ¿Existen colegios de magia? Wow... -dije maravillada.
-Pues claro que existen, ¿dónde crees que todos los magos y brujas aprenden todo lo que saben? -dijo divertido.
-Vaya, jamás imaginé que existiera un mundo así,  y menos que yo formara parte de ella.

Ahora, mientras volvíamos a casa,  veníamos riendo y charlando de que nos gustaría ir en el mismo colegio y esas cosas,  como si fuéramos amigos de toda la vida.
Él parecía encantado, yo estaba fascinada con lo que me había revelado. Aunque estaba algo triste porque no le podía decir nada a mi hermana,  al menos no todavia. Despues de recibir mi carta ya decidiremos mis papás y yo qué hacer.  Y pensando en ello,  ni siquiera sabía cómo iban a reaccionar ellos. Si bien en una ocasión,  cuando les pregunté qué pensaban acerca de las brujas y demás;  habían dicho que les parecía fascinantes.  Pero tener una bruja en la familia, era otra cosa.

Ahora que sabía lo que era,  y que pertenecía a un mundo maravilloso,  estaba expectante por recibir mi carta. Aquella que me llevaría al mundo mágico. Mi mundo. Y conocería a gente igual que yo. Pues yo no era una niña común. ¡Era una bruja!.

Lily Y James. [Awardspotterhead]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora