Amor peluche

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Dos días habían transcurrido desde que Natsuki fue internada, por lo que para ese entonces la clase E ya sabía la gravedad del asunto. Muchas visitas al hospital hubo en ese plazo de tiempo, aunque no se les dejó verla ya que según la información oficial, ella sufrió "un colapso por agotamiento". Obviamente no iban a decir que sumado a eso tenía una rajada en el costado y otras heridas menos graves que pudieron ser curadas con el alice del doctor Imai.

Mikan odiaba el otoño, ¿por qué tenía que ser tan lúgubre y melancólico? Que le den a saltar encima de las hojas.

Claramente todo el asunto tenía sus ánimos por el suelo, parecía un alma en pena caminando alrededor de la academia mientras reflexionaba sobre la fragilidad de la vida.

—Va... vamos, no te pongas a llorar ahora —se riñó a sí misma cuando, luego de un rato paseando y pensando, se encontró empezando a lloriquear—. Ella estará bien... lo estará. —Intentó convencerse.

Muchos amigos y compañeros de la clase E y la clase especial se habían acercado a ella en esos días para intentar consolarla y animarla, los que más destacaban eran sus senpais, Tsubasa y Misaki, quienes le aseguraban que el doctor Imai era alguien confiable y que gracias a él pronto tendrían de vuelta a Natsuki. Al parecer el hermano de su amiga era bastante estimado en la academia.

Lo único malo es que, sin importar que Subaru Imai fuese el mejor doctor del mundo, seguiría teniendo esos sentimientos de pesar hasta que se cumplieran las palabras de los mayores, hasta que se asegurara de que ella estaba bien y sin repercusiones.

Otra de las personas que constantemente hablaba con ella del asunto era Ruka, que en más de una ocasión intentó ir al hospital a ver a la chica, pero al igual que a otros compañeros, no le permitieron que viera sus heridas de "guerra". Lo peor es que él no podía decir nada sobre su conocimiento acerca del verdadero funcionamiento de habilidad peligrosa, aunque no fuera parte de la maldición, no podía hacerlo sin meter en problemas a sus amigos.

En resumen, todo era una gran mierda.

—¡Oye! Ayúdame con esto, pesa mucho~oh.

—¡Voy, voy! ¡Ah! Esta mu~uy pesado.

Mikan detuvo su andar cuando un grupo de peluches, que caminaban y hablaban como seres vivos, pasaron frente a ella cargando un balde lleno de agua.

Por supuesto, Mikan estaba acostumbrada a lo sobrenatural y la "magia", ella misma tenía en su poder un montón de alice materializados en piedras que usaba en sus misiones, pero era una persona fácil de impresionar para ciertas tonterías. Esta era una de ellas. No es que le impresionara ver muñecos vivos, sino las acciones de estos.

—¿Están bien? —preguntó luego de un rato, notando que estos estaban batallando para llevar el balde.

—¡Niña! —Llamó uno de ellos—. ¿Nos podrías ayudar, por favor?

Aún sin asimilar del todo la situación, se agachó para quitarles el balde y cargarlo con una mano. Los muñecos la observaron con admiración, así como tú con cualquier persona que cargue garrafones como si fueran almohadas.

—¡Ven, ven! —Indicaron, empezando a correr hacia un lugar desconocido, pero que no se salía del camino que de por si iba a seguir.

En cuanto llegaron, notó a un joven de cabello castaño claro que se hallaba sentado en una banca, al parecer estaba tosiendo. Mikan inmediatamente entendió la situación del chico, corriendo hacia él para agacharse a su lado.

—¿Necesitas ayuda? —preguntó preocupada, colocando una mano en su regazo.

En cuanto el joven levantó su vista, Mikan sintió como si una flecha atravesara su corazón; le recordaba un poco a Ruka-pyon en el sentido de que parecía un príncipe salido de cuentos de hadas, tenía un rostro bastante hermoso y una expresión encantadora, con una mirada verdosa y bastante amable.

Cuando los ángeles se vuelven diablos. [Gakuen Alice]Where stories live. Discover now