Problema con los dulces

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Ruka, Natsume y Nobara admiraban la situación sin saber exactamente qué pasaba. El primero más o menos sabía que, aparte del chocolate, su compañera tenía un especial rechazo por las cosas dulces, sobre todo en cosas como la repostería, sin embargo se había imaginado que era una simple cuestión de gustos.

Oh, pobre alma ignorante.

Cuando Natsuki dejó ver su rostro, pudieron ver la definición de locura en esos ojos dilatados y en esa sonrisa amplia, en esa lengua que se relamía los labios y en ese intenso color rojo que pintó sus mejillas. Una imagen muy extraña y desconcertante.

—Cálmate —ordenó Shiro, sujetándola de un hombro.

—¡Shiro! —chilló ella con alegría, girándose para abrazarlo—. ¡Estás vivo, lo estás! —mencionó entre risas.

—Sí, supongo —respondió, encogiéndose de hombros.

—Eso es bueno, muy bueno —aseguró sin dejar de apretujarse contra él, aparentemente feliz.

Okey, eso sí que era más desconcertante, sobre todo para Natsume y Ruka, que en más de una ocasión habían visto su relación tensa y dura, gritándose insultos y golpeándose mutuamente con sus puños y alice. Ahora realmente parecían dos personas muy cercanas y cariñosas, lo cual era muy raro viniendo de ambos.

—Tsuki. —Llamó Mun esta vez, la chica se lanzó a sus brazos, obteniendo de paso unas cuantas caricias en la cabeza.

—Mun, Mun, Mun, ¡tú también! Que alegría, creí que tu prueba había salido mal, estaba preocupada —comentó mientras movía la cabeza de un lado a otro con una sonrisa dulce—. ¿Dónde está ella? No la veo —dijo luego de un rato, volteando a ver a todas direcciones con duda.

—Está en su prueba, ya vuelve —aclaró la mayor con un rostro serio, cerrando por unos segundos los ojos.

—Está bien, ella es fuerte, ojalá todo vaya bien —asintió, antes de girarse donde el presentador que estaba siendo congelado lentamente por el albino; pudo localizar en sus manos el resto del pastel, que intentó tomar, siendo detenida con dificultad por la de cabello plateado.

—¿Qué pasa? —preguntó Ruka, viendo como Okami y Buru intentaban evitar que se acercara al pastel.

—¿Cómo decirlo? Por algún motivo Natsuki tiene problemas para sobrellevar el dulce, es como si fuese una droga para ella, volviéndola adicta, al punto que empieza a buscar más y más —resumió Taiyo—. Es un poco raro, tomando en cuenta que se la pasa comiendo chocolate todo el tiempo, en realidad es un poco ilógico, pero ella no es alguien muy lógica para empezar.

—S... sí.

—Aunque no es raro, si lo piensan bien, también presenta una fuerte adicción al chocolate, al punto de que sólo le pones una barra en frente y ella podría revivir de entre los muertos sólo para obtenerlo —señaló Natsume.

—Sí.

—Lo raro es su comportamiento —mencionó, apuntando a su nueva personalidad empalagosa.

—Es Natsuki, ¿realmente queremos buscar una explicación a su anormalidad? —inquirió Nathali, encogiéndose de hombros.

—Touche.

—¡Sólo un poco! —gritaba, intentando zafarse de los dos chicos, haciendo algunos pucheros de paso.

—No —sentenciaron los dos con firmeza, impasibles.

La chica simplemente se dejó caer al piso, aunque no impactó completamente por el agarre de esos dos en ella. Miraba al piso con tristeza, sintiendo algunas lágrimas formarse en sus ojos.

Cuando los ángeles se vuelven diablos. [Gakuen Alice]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt