No quieres verme enojada

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Tú sola, puedes parar el tiempo,

La confusión con respecto a su situación la abrumaba hasta el punto de ignorar si alguien la veía despierta o no. Miles de preguntas sin respuesta venían a su mente, recuerdos poco claros o completamente inexistentes. Una de las cosas que más le desconcertaba eran las personas a su lado, Natsume y Permy, quienes aún se mantenían inconscientes.

Comenzó a analizar sus alrededores, vislumbrando las cajas de aspecto pesado, los estantes, el techo de láminas, el olor a sal y el ruido del agua chocar contra la costa. Probablemente una bodega cerca del mar o algo por el estilo.

Cuando consiguió despabilarse, los recuerdos en el hospital llegaron de golpe, sobre todo de sus últimas palabras con el desgraciado de Reo; este hecho encendió en ella la llama de la ira, provocando que comenzara a forcejear intentando liberarse para ir y romperle esa cara de mustio al infeliz.

—¿Puedes calmarte?

Y tú creas el quinto elemento.

Se detuvo de golpe al escuchar esa voz proveniente de su lado derecho, al voltear se encontró con esos ojos carmesíes como el fuego. Al verlos directamente sintió un escalofrío, si bien era cierto que ya tiene un tiempo desde que se conocen, que son pareja y han tenido que convivir varias veces, este tipo seguía poniéndola nerviosa. Se siente como si no pudiese ser capaz de ocultar nada de esa mirada penetrante.

—N... Natsume, ya despertaste, que bien —comenta con una sonrisa, intentando disimular sus nervios.

—¿Qué nos pasó? —cuestiona moviendo un poco sus manos por la incomodidad proporcionada por las cuerdas atadas alrededor de estas.

—Um... Reo nos secuestró —respondió regresando su vista al techo.

—¿Reo? ¿El cantante?

—Ese mismo. Aunque eso de cantante es sólo una fachada, él en realidad es miembro de la AAO.

—¿Cómo sabes eso?

—Tuvimos un par de encuentros en el pasado, muy desagradables por cierto.

Esa explicación sólo trajo más curiosidad a Natsume, sin embargo, su atención se distrajo cuando se percató de la chica al lado de Mikan. Ese cabello verduzco y esos rizos eran inconfundibles.

—¿Qué hace ella aquí?

—Me preguntaba lo mismo. En realidad, pensé que Reo iba directamente por mí, pero puede que el objetivo hayas sido tú —susurró para sí misma, tratando de analizar la situación. Normalmente eso de conectar cabos y comprender los planes del enemigo no era su fuerte, pero en estos momentos era la que mayor información sobre su posición tenía de los tres—. Aunque eso no explica porque Permy también fue secuestrada... quizás nos...

Tuvo que interrumpirse a sí misma cuando escuchó algunos pasos acercándose a ellos, ambos cerraron sus ojos intentando parecer dormidos. 

. . .

~ Panda, panda, el baile del panda ~

—Hotaru al habla. —La voz de la inventora fue el único ruido que hubo en esos momentos en la sala de maestros, donde los chicos estaban reunidos junto a Narumi, Serina y Jinno; acababan de explicarles todo el asunto del secuestro y la verdadera razón por la que Sumire y Taiyo escaparon de la escuela—. Akarui, finalmente encendiste el comunicador. —Esas palabras provocaron en todos un rostro desconcertado, ¿todo ese tiempo tuvo ese comunicador?

Somos fuego de infierno.

Perdóneme, señorita Imai, nos concentramos en perseguir a Mori Reo, que me olvidé por completo.

Cuando los ángeles se vuelven diablos. [Gakuen Alice]Where stories live. Discover now