One Shot. Percy Jackson y los héroes del Olimpo

134. Susurro y Gritos

CALEO.

Cuando todos la veían caminar por los pasillos de la escuela, solían hablar sobre ella, rumores, nada se acercaba a la realidad, ella intentaba ignorarlos, el hecho de que hablaran a sus espaldas y por lo bajo no indicaba que lo que dijeran fuera verdad, muchas veces uno cree conocer a una persona, ¿la realidad? Es que no tiene idea de lo que esta hablando.

Calypso pasaba sus tardes en soledad, desde que sus padres habían muerto, aquella noche fría de otoño. Desde la muerte de sus padres todo había quedado en silencio, las hermosas canciones de su madre por la mañana, habían dejado de sonar, al igual que los ruidos que hacía su padre cuando reparaba su estúpido auto, eso solía molestarla, pero ahora lo extrañaba.

Desde que habían muerto, parecía que todo a su alrededor se había puesto en mudo, no podía escuchar a nadie, solo podía escuchar el rápido latir de su corazón cuando le pedían que pasara a hablar al frente en la escuela, sus compañeros de clases se solían reír de ella cuando se equivocaba en algo, lo que la molestaba, como si ninguno de ellos se hubiera equivocado alguna vez.

Los sollozos que escapan de su boca en la noche, mientras intentaba converse de que todo era una pesadilla y al despertar, sus padres estarían desayunando en la sala.

Y por sobre todo, el susurro de sus compañeros cuando ella pasaba.

Ella odiaba cuando hacían eso, ¿qué tanto tenían que susurrar? No podían decir las cosas de frente? Tan cobardes eran?. Calypso no era más que una chica que todavía no tenía la voz para gritar lo que sentía, pero el hecho de no poder defenderse, no les daba el derecho de tratarla más, ¿los hace sentirse superiores burlarse de quien no se puede defender? Es así como funcionan las cosas en el mundo? Ríes de quien no se defiende, pero no te ríes de quien si se defiende, y esta es mi pregunta, por qué no te ríes de ti mismo?

Los chicos de la escuela, los mismos que siempre solían molestarla, se acercaron a ella, podía escuchar sus estúpidas risas alrededor, la empujaban, se burlaban de ella, apretó los ojos en un intento de no dejar que las lágrimas cayeran, no iba a mostrar debilidad ante esos matones.

"Calypso". La dulce voz de su mamá la sorprendió, ahora ya no estaba en la puerta del colegio, ya no estaba con los matones, ahora estaba en la entrada de su casa, su mamá estaba sentada en el escalón de la entrada, sonreía y tarareaba una canción, ella estaba en sus brazos, su mamá esperaba con paciencia a que ella dejara de llorar, y cuando lo hacía, le regalaba una hermosa sonrisa, y le susurraba "tu voz es tu identidad" y luego tomaba su mano para entrar en casa, donde su papá las esperaba con una rica merienda.

Parpadeo. Ahora estaba nuevamente en la puerta de la escuela, sus compañeros se estaban riendo de ella, se seco las lágrimas de forma brusca y entonces grito, todo lo que había tenido guardado en esos años, todo lo que le molestaba, grito de rabia, de furia, tristeza y dolor. Todos guardaron silencio, y la miraron sorprendidos. Por primera vez, ella no estaba escuchando, por primera vez la escuchaban a ella.

Un auto color rojo estaciono frente a la escuela, camino abriéndose paso entre sus compañeros y se subió, él señor que se encontraba al volante le sonrió. "Bien hecho Calypso", le dijo Hefesto, su abuelo, con una sonrisa, "Tú madre y tú padre estarían orgullosos de vos, en este momento". Ella se quedo en silencio. "Calypso". Susurro ella mientras una lagrima caía por su mejilla. "Leo"

Hacía años atrás, cuando ella apenas tenía cuatro años, un auto choco contra el de su padre, en el accidente murieron su madre y su padre, Calypso y Leo Valdez, la única que sobrevivió fue ella, que curiosamente, se llamaba igual que su madre.

>>Encuentra tu propia voz, y no dejes que nadie te haga silenciar<<

***

No puedo estar a tu lado,

y en recompensa te ofrezco palabras,

espero que te hayan gustado estos tres capítulos.

Te quiere, Kara.