57. ¡Valdez Déjame Ir!

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CALEO.


-¡Leo!-grito Calipso


Odiaba cuando Leo hacía cosa sin consultarle, en estos momentos tenía a la pequeña Flor montada en Festus, no era que no confiara en el dragón pero... estaban dando tantas vueltas en el cielo que tenía miedo que Flor se pudiera caer y romper la cabeza o algún hueso. A y tenía miedo de que Leo se lastimara también.


-¡Bajen!-volvió a gritar intentando convencerlo


Claro que ellos no la escuchaban, se quedo mirando el cielo viendo como ambos reían, a ella de verdad no le molestaba eso pero a veces prefería que hicieran cosas... de gente normal, como ir a la plaza los fines de semana en vez de volar en un dragón dando vueltas peligrosas en el cielo que amenazaban la seguridad de su hija y su esposo.

Fue entonces cuando aterrizaron, Calipso abrazo a su pequeña hija y la mando de tomar un jugo adentro, apenas se enfrento a Leo le dio un golpe en el brazo.


-¡Auch!-grito mientras se frotaba el brazo-¿Eso porque?

-Te dije que no quería que tu y Flor hicieran cosas como esas-contesto mientras se cruzaba de brazos-En serio Leo... ¿en que pensabas?

-¿Tengo que recordarte que pensar interrumpe con mi misión de ser genial?-pregunto frunciendo el ceño


Calipso estaba por gritarle cuando recordó que era cierto. Ella se había enamorado de él cuando cayo en Ogigia, claro al principio no quería ni verlo, pero después termino amando a Leo y él había cumplido su promesa de sacarla de allí, ahora vivía con él en un barrio de Manhattan, atendiendo una florería.


-Ya no te enojes conmigo-le dijo él mientras la tomaba de la cintura


Ella puso sus manos en su pecho y busco distancia, tenía que recordar que estaba enojada con él y no podía ceder tan fácil. Leo no aflojo su agarre y ella se vio atrapada.


-Ya dejame ir-pidió mientras buscaba alejarlo

-¿Cuál es la palabra mágica?-pregunto sonriendo-¿O la acción mágica?

-¡Valdez dejame ir!-grito riendo

-Error-contesto sonriendo

-Te amo-susurró cerca de sus labios

-Humm... y que más?


Ella se acercó y le dio un beso en los labios, por mas molesto que él fuera a veces (todo el tiempo) ella lo amaba como a nada en este mundo, y no podía enojarse mucho tiempo con él, cuando después de todo, había logrado sacarla de su misión, había echo algo que nadie mas había echo por ella, le había devuelto la libertad.


-¡Duaj!-dijo Flor cortando el beso-Dejen de hacer bebes!


Ambos se rieron y fueron corriendo a buscar a su hija para llenarla de besos. La niña salió huyendo de sus padres y ambos la persiguieron riendo, haciendo ruidos de indios o dando gritos de guerra. Algo extraños como: "¡Te comeré a besos!" o "¡No escaparas del monstruo de las cosquillas!"

One Shot. Percy Jackson y los héroes del OlimpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora