Ojos Alegría (La chica del sótano) - Camren.

Capítulo 17: "Lucy"

Rápidamente le pidió a su mucama que trajera su agenda. Debía llamarlo.

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"ÚLTIMO MOMENTO: LUCY VIVES, HIJA DEL CANTANTE COLOMBIANO CARLOS VIVES, ES SECUESTRADA ESTA MAÑANA"

Lauren y Camila acababan de oír esa noticia en la radio que Lauren había vuelto a encender.

Ambas se quedaron quietas mientras seguían oyendo la noticia.

A Lauren le recordó mucho a cuando ella fue secuestrada, de esa misma manera. No pudo evitar sentirse triste.
Volvió a la realidad y vio a Camila, ésta tenía otra expresión, como si estuviera confundida y triste a la vez.

—¿Camz?

—Lucy...

Nadie olvida a su primer amigo.

Era tan confuso... imagenes de cosas que Camila no recordaba haber vivido aparecían en su mente en recuerdos nítidos.
Recordó una comida en el jardín de su antigua casa cuando era una niña, con sus padres, los de ella, con una adolescente (su hermana), y con otra niña de su misma edad.

Lucy.
Lucy Vives.

—¿Estás bien, Camz?

En ese momento, Camila se desmayó.

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—¡SOY UN GENIO, SINUHE! ¡SEREMOS RICOS!

—¿Qué has hecho ahora, Simon? —fingió una sonrisa. Estaba preocupada por su hija menor.

—¡HE TRAÍDO A UNA NUEVA CHICA PARA EL PROSTÍBULO! ¡SERÁ LA SENSACIÓN!

—¿No que ya no íbamos a seguir con eso?

—Cambio de planes. Ahora nadie se negará a venir —Sinuhe asintió y miro hacia otro lado—... ¿Ocurre algo, Sinu?

—¿Qué-eh? Oh, nonono. Estaba pensando en... en lo de Camila y el escribano...

—Tú ya no te preocupes por eso, con lo que nos dará ésta niña nos alcanzará para vivir bien por ahora —lamió sus labios de forma exagerada.

—Bien, bien. Quiero ver a esa chica —fingió emoción.

—Te encantará. Una colombiana pura recién llegada, habrá que decirle a alguna de las perritas que la adapte a éste negocio. Creo que ya sé quién puede ser...

—¿D-de Colombia? ¿Y cómo la has conseguido?

—Un contacto arreglaba unos negocios por allí y la vio ayer, me la ofreció y no pude negarme. Fue improvisado, pero es la mejor inversión que he hecho ¡Seremos ricos!

—Está bien, cuchurrumín. Ya llevame a ver a esa escuincla.

Simon la guió hasta el viejo y oscuro galpón de esa gran casa.

Allí, vieron a la nueva víctima. Estaba llorando desconsoladamente, tenía sus manos atadas y estaba amordazada.

—Te presento a Lucy —sonrió maliciosamente Simon.

Sinuhe se quedó helada.

—Vamos, ¿qué pasa, Sinu? ¿No estás feliz?

—Simon, debes soltarla...

—¿Qué? —la sacó del galpón y cerró la puerta—. ¿Qué demonios te pasa?

—¡Es la hija de Carlos Vives!

—¿Y qué? —sonrió sarcásticamente—. ¿Ahora tienes escrúpulos?

—No... es que yo... tú.. no puedes.... —miró a la puerta, atónita—... ¡Es que todos deben de estar buscando a esa chica! ¡Es peligroso, nos atraparán!

—Tranquila, Sinu. Yo, como siempre, tengo todo bajo control. Nada puede pasar.

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—Todo puede pasar —le dijo Normani a Chris para tranquilizarlo—. Ella se pondrá mejor. Sabes que a ella le ha afectado mucho la desaparición de Lauren.

—¿Y crees que a nosotros no? ¿Que a MÍ no? —dijo entre lágrimas—. ¿Crees yo no he llorado ríos desde que mi hermana desparació? ¿Crees que no he sufrido cuando la única persona en el mundo que me comprendía se fue? ¡NO SÓLO MI MADRE SUFRE!

Normani lo abrazó y Ally se sumó.

—Lo sabemos, lo sabemos. Nosotras también hemos sufrido, todos queríamos a Lauren, ella era increíblemente asombrosa y mucho más valiente que cualquiera de nosotros.

—¡No era, es! Estoy seguro de que sigue viva, chicas. Y en la policía no hacen nada para buscarla. ¡Pero mira lo que ha encontrado mi papá hoy! —sacó de su bolsillo el beanie azul con el nombre de Lauren—. ¡Ésto era de ella, su beanie de la suerte! ¡Ella está mucho más cerca de lo que pensamos, yo lo se! Tienen que ayudarme...

Normani y Ally vieron incrédulamente el objeto azul, con la boca entreabierta y los ojos cristalinos.

—Lo haremos.

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—¡Tú! —gritó Simon a Lauren, quien se quedó congelada pensando una justificación para su ausencia estas horas. Simon se acercó y la volteó para verla de frente—. Hay una zorra nueva, necesito que le enseñes el negocio y que la entrenes, ¿de acuerdo? Está en el galpón, más vale que obedezcas. —Se giró y caminó lentamente—...Oh, y maquíllate esos golpes.

Lauren asintió cabizbaja y se dirigió hasta donde Simon le había indicado.

Al llegar, abrió la puerta y prendió la luz con cuidado.

Había una chica amarrada con boca y ojos vendados, llorando tendida en el suelo.

Eso estrujó el corazón de Lauren. Le recordó mucho a ella.

Cerró la puerta, se acercó cuidadosamente a ella y le quitó la mordaza de la boca.

—¡AYUDAAAA, AYUDAAA POR FAVOOR! —sollozó desesperadamente.

—Shh..shh.. —dijo Lauren y volvió a ponerle la venda—...Tranquila, por favor no grites, empeorarás todo —habló con aire de compasión.

La chica volvió a llorar y Lauren acarició su mejilla.

—No te haré daño, te lo juro. Yo soy una víctima como tú —Lucy respiró más calmadamente—... Ahora te quitaré la mordaza, ¿prometes no gritar?

La chica secuestrada asintió y Lauren lo hizo.

—Ayúdame, ayúdame por favor, no quiero estar aquí —rogó.

—Lo sé, lo sé, te juro que quisiera ayudarte pero no puedo —dijo con pesadumbrez—. Nadie quiere estar aquí.

—¿Qué es ésto? ¿Qué van a hacerme? ¿Dónde estoy? ¡¿Qué es este lugar?

Lauren notó que ella aún traía la venda en los ojos.

—Oh, lo siento —se la quitó.

La chica invadió con la mirada a todo el lugar, tratando de descifrar en dónde se encontraba.
El galpón estaba únicamente alumbrado por una pobre luz amarilla.

Lauren observó el rostro de la chica, se le hacía peculiarmente conocida.

Instantáneamente recordó la noticia que había oído antes de que Camila se desmayara, quien había recuperado la conciencia poco tiempo después. Y analizó el acento con el que pronunciaba las palabras.

—¡Tú eres Lucy! ¡Lucy Vives!