La Bella y la Bestia-parte tres

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Capítulo especialmente dedicado a Xoam. ¡Gracias por tu ayuda, muchacha!

Me obsequiaste una excelente idea.

—Te ves realmente horrible—dijo Jonas a su señora contemplándola mientras se peinaba para recibir a Uther para la noche de bodas—¿Se mantiene el encantamiento?

—Funciona a la perfección—respondió Catrina—Uther es como un cachorro con cadena.

—¿Qué hay con el muchacho? ¿Merlín? Conoce tu secreto...

—Déjamelo a mí.

—¿Y la princesa?

Catrina sonrió con burla.

—Conseguiré que Uther apenas pueda verla... me desaceré de ella muy pronto.

Rió y Jonás no tardó en imitarla pero cuando el rey apareció, sonriendo embobado, ambos se volvieron a colocar serios. Jonas hizo una reverencia respetuosa y se alejó rápidamente de la habitación.

—¡Cariño!—exclamó el rey, comenzando a desvestirse mientras iba hacia ella—¡Al fin estamos solos!

Llegó a su lado, tomó su mano y comenzó a dejar besos, subiendo poco a poco por su brazo. Catrina apartó la mirada hacia un lado y sollozó, cubriéndose la boca con su mano para amortiguar el sonido, pero él la oyó. Se detuvo de inmediato y alzó la mirada hacia el rostro de su nueva esposa.

—¿Qué ocurre?—inquirió desconcertado.

—Lo siento—tomó aire profundamente y simuló intentar contener la angustia que sentía—No eres tú. Quiero esto más que ninguna otra cosa—le aseguró, contemplándolo directamente a los ojos—Éste ha sido el día más feliz de mi vida.

—Entonces, ¿Qué ocurre?—repitió él.

—Cuando me vi obligada a abandonar mi hogar, la única cosa que pude tomar fue el sello de mi familia.

—Me lo enseñaste la primera vez que viniste aquí—recordó Uther.

—Es el único recuerdo que me queda de mi padre—dijo angustiada—y... y ahora ha desaparecido. Robado de mis aposentos.

—¿Quién podría haber hecho una cosa así?

—¡Oh, no! No. No quiero ocasionar ningún tipo de problema—aseguró tomando entre sus manos el rostro de su esposo—No, es un día que debe estar lleno de alegría.

—Catrina—Uther apartó sus manos y la contempló con seriedad—¿Quién tomó tu sello?

Ella simuló estar en una gran complicación, como si decir el nombre le causara demasiado dolor.

—Fue el sirviente de Arturo, Merlín.

...

—No deberías estar aquí—dijo el mago a Hermione—Si Arturo entra y te descubre...

—Le diré que venía a verlo—le respondió ella mientras ayudaba al sirviente de su hermano a acomodar las almohadas de la cama antes de extender la sábana—Pero eso no importa... Aún no puedo creer lo que sucedió. Desde ayer tenemos una nueva reina que resulta ser una maldita troll que quiere el oro y el poder de mi padre... Intenté detenerla, Merlín. Estuve a un segundo de lanzar cualquier hechizo que se me viera a la cabeza pero mi padre llegó... —suspiró—Fui una cobarde...

—No, no digas eso—pidió, yendo a su lado—Te habrías descubierto delante de Uther y sabes que no puedes.

—Lo sé—suspiró con resignación antes de mirarlo directamente a los ojos—Me preocupé tanto cuando Gaius me dijo que no apareciste en toda la noche.

La Princesa de CamelotWhere stories live. Discover now