La vieja campana de la casa de campo sonó insistentemente. Selena apartó la mirad a de lo que estaba haciendo, pero sin intención alguna de abrir la puerta.
La campana volvió a sonar, con fuerza, casi con impaciencia.
-¡Ya voy, ya voy! -gritó ella y dejó el pincel en el bote de disolvente. Echó una mirada a lo que había estado pintando durante aquellos quince días.
«Tengo que admitir que esto es una basura», pensó ella. «Una basura total y absoluta. He cambiado toda mi vida para cumplir un sueño absurdo y ahora descubro que no puedo pintar».
Pero sabía perfectamente el motivo. La leyenda siempre dice que un corazón roto es altamente inspirador para la creatividad. Pero en su caso era al contrario: simplemente moría.
La campana sonó una vez más. -Bien -dijo ella.
Abrió la puerta. Allí estaba él, su formidable figura, sus ojos penetrantes. Por un momento pensó que se iba a desmayar.
-Zayn -dijo ella con voz temblorosa.- Todas sus defensas se derrumbaron, estaba deslumbrante.- No quiero verte, ¿entendido?
Ella trató.de cerrar la puerta pero el puso el pie.
-Eso está bastante claro -respondió él.
-¡ZAYN MALIK! -gritó ella con desesperación mientras él empujaba la puerta para abrirse paso
-. ¿Qué te crees que estás haciendo? - dijo Selena con desesperación
-Estoy entrando, ¿no lo ves?
-No puedes.
-Pues ya lo he hecho -dijo él indolentemente y giró la cabeza para mirarla. Reparó rápidamente en la palidez de su rostro y la delgadez extrema de su cuerpo. Llevaba el pelo descuidadamente recogido en una trenza.
Selena le devolvió la mirada. Se había prohibido a sí misma pensar en él. Y ahora lo tenía allí, en carne y hueso. Tenía el pelo revuelto y una ligera sombra de barba le oscurecía la barbilla. La elegante corbata de seda estaba descuidadamente atada, sin la pulcritud habitual. Parecía haberse vestido a toda prisa. Eso encendió una duda sobre el lugar de donde venía y de con quien había estado.
-Si has venido para amenazarme con una denuncia por incumplimiento de contrato... - Empezó a decir ella.
-No, Selena, mi venida aquí no tiene nada que ver con eso -la interrumpió él.
Selena tragó saliva. Aquel hombre inmenso allí de pie en la pequeña sala de su recién alquilada casa de campo, hacía que pareciera una casa de muñecas.
-¿Cómo me has encontrado? -preguntó ella.
-No me ha sido nada fácil -admitió él-. Abandonaste la ciudad sin dejar rastro, sin decir nada a nadie. Parecía que te había tragado la tierra.
-Esa era exactamente mi intención -respondió ella fríamente. -Eso es obvio.
-¿Cómo me encontraste? Repito.
-Tu agente me dijo donde estabas.
-¿Taylor? ¿Por qué hizo eso, cuando yo le di órdenes específicas de que no lo hiciera.
-Conseguí que entrara en razón- dijo Zayn
-No tenía ningún derecho a hacer eso.
-Estás equivocada, Selena. Tengo todo el derecho del mundo y, especialmente, el de saber si llevas un hijo mío en tu vientre.
El corazón de Selena empezó a latir con fuerza.
-Zayn, yo...
-¿Estás embarazada, Selena? -le preguntó con ímpetu.- Necesito saberlo.
-No -respondió ella, con un gusto salado en la boca.
Una semana después de su último encuentro había descubierto que no estaba embarazada. Pero en lugar de sentirse liberada, se había pasado todo el día llorando, como si le hubieran arrancado, del modo más injusto, el tesoro más deseado.
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Deseo Irresistible |z.m • s.g| #TERMINADA
FanfictionSelena ya no era la adolescente que a los diecisiete años se había lanzado a los brazos de Zayn Malik. Ahora era una modelo y cantante de renombre. Pero el rechazo de aquel hombre la había marcado. A pesar de todo, incluso después de tanto tiempo, e...
