Capitulo 6

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Al despertarse, Selena se encontró entre sus brazos, debajo del edredón y con la cabeza apoyada en su pecho. Escuchaba el reconfortante sonido de su respiración y, por instinto, se aproximó más a su cuerpo, a lo que él respondió agarrándola con más fuerza. Dejó caer la cabeza de modo que su mejilla se apoyaba sobre la piel desnuda de su torso y podía oír el latido de su corazón.

No pudo resistirlo más. Acercó sus labios hasta su cuello y le besó. Él suspiró y se removió. Llevó la mano desde la cintura hasta sus pechos y comenzó a acariciarlos suavemente a través de la seda de su camisón. Jugó con sus pezones hasta excitarles y endurecerlos. Él empezó a besarla en el cuello mientras le desabrochaba el camisón y dejaba desnudos sus pechos.

Murmuraba unas palabras que ella no comprendía pero Selena se deleitaba con el sonido de su voz, con el deseo que emanaba de sus labios. Luego subió el camisón por encima de la rodilla y la acarició. La besó en la boca, un beso largo y seductor, paseó su lengua por la cavidad húmeda hasta hacer que ella se estremeciera y buscara desesperadamente el modo de hacerle sentir el mismo placer.

Él emitió un fuerte sonido, casi animal, casi divino, entre el placer y el hambre. Empezó a acariciar la delicada piel de la cara interior del muslo y gimió de placer. Ella se encendió con tanta intensidad que no podía controlar sus impulsos. Se restregaba contra él como una gata.

Dio otro gemido, tomó la mano de ella y la guió hasta la cinturilla de su pantalón, donde su excitación era evidente. Le susurró algo al oído. Las manos de él le mostraron exactamente lo que requería, tan claro como el agua:

"desvísteme".

El estómago le dio un brinco al experimentar el placer que le producía introducir la mano dentro del pantalón. Sabía lo que él deseaba que ella hiciera. La delicada mano de ella agarró el miembro sedoso e inflamado de él y movió los dedos sutilmente de arriba a abajo. Él produjo un sonido profundo que le venía de lo más hondo.

De repente, con mucha urgencia, él le arrancó el camisón. Ella, entonces, se dio cuenta de lo que estaba a punto de suceder. Iban a hacer el amor. Sus ojos, casi cerrados, miraban con intensidad. Deslizó la mano debajo de la nuca, le sujetó la cabeza y derramó un caudal de besos sobre su rostro, que la deleitaron. Lo amaba, intensamente, habría sido capaz de morir por él en aquel instante.

-Zayn... -susurró ella-. Zayn.

Como si hubiera estado bajo un encantamiento, aquellas palabras le hicieron volver en sí, de tal modo que se dio cuenta de lo que estaba a punto de hacer. Abrió los ojos de golpe, y la miró con terror, como si acabara de ser inducido a cometer el más horrendo crimen. Había una lucha interna que le perturbaba, pero luchaba desesperadamente por darle supremacía a su mente por encima de su cuerpo.

Con un gesto salvaje miró sus pezones endurecidos y sus labios inflamados. Ella sintió que estaba a punto de pegarle. Pero ese arrebato de furia pasó. Se apartó de ella, como si se tratara de algo despreciable. El gesto de repugnancia que reflejaba su rostro hizo que ella se sintiera herida y desconcertada a un tiempo. Se puso los pantalones del pijama y se volvió hacia ella, con un gesto estático e indescifrable.

-Manipuladora... -le dijo él con un odio poco comprensible-. Con esa cara dulce y esa supuesta inocencia, con el cuerpecito perfumado y esa mirada que invita a la cama... Pero conmigo no has podido, ni podrás, eso tenlo claro.

Ella estaba perpleja, lo miraba tan confundida que se había quedado completamente muda. Aquel hombre nunca la creería si le decía que era virgen y que nunca, hasta entonces, se le había pasado por la imaginación llegar a una situación como la que acababa de tener lugar.

Decirle que estaba enamorada de él sería, seguramente aumentar el sentimiento de desprecio que él sentía hacia ella. Todo atisbo de pasión había desaparecido. La miraba como si se tratara de un insecto aplastado contra la pared.

-¿Tú eres el tipo de amigas que tiene mi hermana? -dijo él con asco-. No me extraña que, este último trimestre sus calificaciones hayan sido nefastas y que no piense más que en discotecas y en chicos. Por Dios, si sólo tienes diecisiete años, ¿a dónde quieres llegar? Selena abrió la boca con la intención de defenderse frente a la acusación de ser una mala influencia para Waliyha.

Pero la cerró inmediatamente, sin atreverse a decir ni una sola palabra. No podía delatar a su amiga, decir que ella pensaba y actuaba por sí misma y que no necesitaba a nadie que le diese ideas. Tampoco la habría creído. Waliyha era su hermana y no tenía comparación, para él, con ella.

-¿No te defiendes? -preguntó él.

Selena se mordió el labio inferior y le dio la espalda. Él avanzó lentamente hacia ella, sigiloso como un gato al acecho de su presa. Le agarró la barbilla y la obligó a que lo mirara a los ojos.

-Escúchame y hazlo con mucha atención -le dijo Zayn en un tono tremendamente peligroso-. Quiero que hagas las maletas y estés preparada para salir de esta casa a las seis en punto de la mañana.

-Pero... 

-Cállate. Harás lo que te digo. Te quiero preparada a las seis de la mañana. Habrá un coche esperando para llevarte al aeropuerto y te marcharás en el primer vuelo disponible que haya. Una vez en Inglaterra lo arreglaré todo para que un coche te lleve a tu casa -dijo él inquisitivamente y con una mirada tan feroz que ella empezó a temblar-. Asumo que tu madre está en casa.

-Sí, pero, ¿qué le voy a decir? Zayn dudó un segundo, pero enseguida encontró una solución adecuada.

-La llamaré y le diré que Waliyha y yo hemos tenido que realizar un viaje inesperado -dijo con dureza-. Lo que no es del todo falso. Pienso pasar algún tiempo con mi hermana para que aprenda a diferenciar lo que una señorita debe o no debe hacer -se dirigió hacia la puerta, donde se detuvo un segundo-. una última cosa. No intentes, jamás en tu vida, contactar con mi hermana. No podrás tener nada que ver con la familia Malik nunca más.

Selena levantó la barbilla para hacer alarde de un orgullo que no sentía.

-Te entiendo perfectamente -le respondió. Se cargó de valor y lo miró fijamente a los ojos. No iba a permitir que él quedara impune en aquel juicio-. Pero ten algo muy claro. No estoy dispuesta a llevarme toda la culpa de lo que ha estado a punto de suceder. Como suele decirse, en estos menesteres se necesitan dos que estén de acuerdo. Sin duda alguna, tú eres el que ha instigado para que esto ocurriera.

-¿Ahora resulta que he sido yo? -dijo Zayn con un tono de burla.

Ella se ruborizó pero no permitió que le comiera el terreno.

-Tú te metiste en mi cama y me abrazaste. Yo no te pedí que hicieras eso.

-Pero cuando a un hombre le despiertan del modo que tú lo has hecho, no se detiene a hacer análisis de la situación -su rostro permanecía frío e inalterable-. Digamos que te confundí con alguien -dijo él hirientemente.

Al ver aquella oscura y peligrosa figura abandonar, la habitación, Selena pensó que no había odiado a nadie tanto en toda su vida....

Deseo Irresistible |z.m • s.g| #TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora