Él se encogió de hombros.

-Me lo merezco -dijo él-. Estaba siendo tremendamente injusto. Era tu trabajo... Estaba celoso. 

«Y eso no significa nada», se dijo Selena.
-Pero puedes hacer que me sienta mejor, si tú quieres - dijo Zayn dulcemente.
-Puedo hacerme una idea de cómo -respondió ella ácidamente.
-Con una deliciosa taza de café caliente -dijo él-. Me muero por un poco de café.

Zayn se dejó caer lánguidamente sobre el sofá y sonrió seductivamente. Ella se quedó perpleja mirándolo, e incrédula ante la impasividad que mostraba algunas veces, y no pudo evitar reírse abiertamente.

-¡Tanta historia y terminas pidiéndome una taza de café! Eres imposible, ¿lo sabías? -Eso me han dicho en alguna ocasión -admitió él haciendo alarde de un sentido del humor que Selena descubrió ser mucho más poderoso que todo su potencial sexual. Porque compartir el humor, puede resultar muy íntimo...

-¿Cómo lo quieres? -le preguntó Selena.
-Como venga- él sonrió- Gracias.
-Si tienes intenciones de atacar haciendo un despliegue de simpatía, no te molestes -le advirtió y emprendió el camino hacia la cocina, con la risa de él perdiéndose en el aire.

Selena entró en la cocina. Sacó del armario dos tazas que había traído de alguno de sus viajes. Se preguntaba qué clase de mujer era, para estar allí, a punto de compartir una taza de café con el hombre al que desearía poder odiar. Una loca, sin duda, concluyó, mientras molía los granos. Si él estaba intentando embaucarla, ella le estaba dando esa oportunidad.

Trató de razonar. Tal vez si hacían algo tan civilizado como tomar café juntos, él abandonaría sus modales de hombre de las cavernas. Quizás dejaría de pedirle que fuera su amante.

La palabra le vino a la memoria inundándole de frío. No era eso lo que ella quería. Ella esperaba mucho más, y esperaba más precisamente de aquel hombre que con tanta frivolidad le proponía ser nadie, una más en su vida. No podía permitir que la destrozara, que le rompiera el corazón.

No entendía por qué no había aceptado su oferta de dejar de ser la chica «Formidable». ¿Había sido por orgullo y cabezonería? ¿O simplemente, quería llevarle la contraria?

Estaba confundida. Agarró un plato y lo llenó de unas galletas que había hecho por la mañana. Colocó todo en una bandeja y la llevó al salón. Zayn había abandonado el sofá y estaba observando cuidadosamente cada uno de los cuadros que había en la habitación.

«Recuerda», pensó ella, «se todo lo civilizada que sabes ser. Tómate una taza de café con él. Haz eso y tal vez consigas que aparezca su parte caballerosa».

Así fue. Él le agarró la bandeja y la colocó en la mesa que había al lado de los dos sofás azules.Ella observó dónde se sentaba y tomo el asiento opuesto al suyo.No estaba acostumbrada a que ningún hombre estuviera en su casa y, sin embargo, Zayn parecía pertenecer a aquel lugar. Era tan oscuro y tan poderoso. 

-Gracias -dijo. La miró por entre sus pestañas, negras y abundantes, mientras daba un sorbo- ¡Excelente café!- dijo con sorpresa.

Deseo Irresistible |z.m • s.g| #TERMINADAWhere stories live. Discover now