Capítulo 30: Inversionistas

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Itachi Uchiha

Había quedado con Deidara muy temprano y lo encontré en la cafetería de siempre tomando su café americano típico. Me senté a su lado pero casi ni se dio cuenta de que estaba allí y es que cuando se ponía a leer... no había forma de sacarlo de su concentración y miré a todos los lados antes de empezar a reírme, lo que le llamó la atención y sonrió apartando su vista del periódico que tenía entre manos.

- ¿De qué te ríes? – le pregunté.

- Esos chicos llevan un rato mirándote y sonriendo, pero ni te has fijado en ellos – le dije.

- Oh no tengo tiempo para novios ni juegos de seducción – me dijo.

- ¿Juegos de seducción? ¿Así llamas ahora a ligar? Venga Dei... creo que trabajas demasiado, necesitas relajarte y... bueno ya sabes lo que necesitas... un buen revolcón y aquellos no están tan mal.

- Tú no entiendes de chicos – me dijo sonriendo.

- Que sea heterosexual no quiere decir que tenga mal gusto. Ve y preséntate – le dije sonriendo.

- No – me dijo muy serio volviendo al periódico.

- ¿No te atreves? – le pregunté y él me miró sorprendido.

Vi como se acercaba hacia mí y me miraba directamente intentando susurrarme algo y tuve que acercarme para escucharle.

- No sé ligar como tú lo llamas – me confesó y me empecé a reír aún más.

- ¿Vas enserio? – le pregunté - ¿Nunca has ligado con nadie? Pero si te he visto con algún chico.

- Sí... me entraban ellos a hablar, no tenía que hacer nada.

- Así salieron de idiotas – le dije y él me miró casi ofendido – no te ofendas Dei... pero eliges fatal a los chicos, siempre te quedas con los más sosos, tú necesitas a alguien que se lance por ti, que te haga cometer locuras y que tenga narices para llegar y plantarte un beso sin que te lo esperes, necesitas un hombre que se arriesgue por ti y te haga vivir, no alguien como los que has tenido que si por ellos fuera... no saldríais ni de casa, aún recuerdo aquel que se desinfectaba las manos y limpiaba todo antes de tocar por miedo a los microbios.

- Era algo fóbico, lo reconozco y el sexo con él era... - creí que me diría gratificante o algo así pero cuando vi como pensaba la palabra empecé a pensar que era todo lo contrario y me reí – vale era un rollo, por eso lo dejé – me confesó - ¿Y qué quieres que haga? Me persiguen los raros – me dijo.

- Deja de buscar Dei... el chico perfecto para ti aparecerá cualquier día.

- Pues mientras aparece... ¿Qué tal si nos damos prisa? Porque la cita es en media hora y aún hay que llegar a su casa.

- De verdad que no sé como haces para encontrar a todo el mundo y solucionar problemas.

- No lo sé, supongo que me gusta mi trabajo y no me distraigo en relaciones sentimentales – me dijo sacándome la lengua y sonreí.

- Deberías distraerte un poco en relaciones sentimentales – le dije yo levantándome para marcharnos.

- Créeme... no hay ningún chico para mí que me pueda interesar y menos con tu descripción de lo que necesito.

Sonreí pero nos marchamos hacia mi coche, supuse que como Deidara vivía en un pequeño apartamento del centro de la ciudad ni se habría preocupado de traerlo, así que fui yo quien condujo guiado por sus explicaciones. Aparqué el coche en la calle y caminamos apenas cinco minutos hasta que Dei se detuvo en la puerta número doce y miró el papel de nuevo donde tenía apuntada la dirección.

Striper a la Fuerza (Naruto: Sasuke-Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora