Capítulo 15: Enfado

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Naruto Namikaze

La visita de Sakura no me gustó en absoluto ¿Cómo había dado conmigo? Yo había desaparecido muy bien, hasta de la propia familia de Sasuke me oculté y ahora todos parecían saber dónde vivía, dónde me encontraba y empezaban a querer saber cosas de mí. No había que confundir las cosas, estaba muy agradecido a la familia de Sasuke por todo el apoyo que me dieron en mi juventud, pero ahora yo tenía un hijo de su propio hijo menor, tenían que entenderme que tuviera miedo de que quisieran quitármelo, yo no podría vivir sin mi hijo, él era todo por lo que luchaba y seguía adelante, sin él ya nada tenía sentido para mí.

- ¿Quién era esa mujer? – me preguntó Asahi con preocupación.

- Una vendedora – le dije – vendedora de comida.

- ¿y por qué le has cerrado la puerta en las narices? – me preguntó dudando.

- Porque... - pensé qué decir – era una malísima vendedora y tenía comida rancia.

Asahi empezó a reírse y yo sonreí al ver esa increíble sonrisa que no sé de quién la había heredado, porque ni era mía... y mucho menos del arisco de Sasuke. Su padre lo máximo que yo lo vi sonreír era esa sonrisa de autosuficiencia, esa arrogante que tenía pero la de Asahi no era así, era inocente, pura, dulce, tampoco era como la mía. Quizá podría ser de alguno de sus abuelos, quizá más de mi padre porque a Fugaku tampoco le había visto sonreír jamás.

Aproveché para ir a duchar a Asahi aunque seguía pensando cómo era posible que esa cara dura de Sakura podía haber venido hasta mi casa con sus caros taconazos sólo para decirme que me alejase de Sasuke. ¿Cómo si yo supiera que esa golfa iba detrás de él? Si no hubiera estado tan enfadado con Sasuke por la forma en que me abandonó se lo habría quitado delante de sus narices, pero al menos aunque seguramente jamás podría estar con Sasuke, había podido restregarle que yo fui el primero que disfrutó del cuerpo de ese chico. Sé que en el orfanato me habían educado para no decir esas groserías, solía suavizar las palabras y es que era importante parecer educado para que alguna familia quisiera adoptarnos, supongo que nadie apostó por mí o los trámites de adopción eran muy largos y costosos, porque sí hubieron varias parejas interesadas cuando yo era un niño.

- Papá... ¿En qué piensas? – me preguntó.

- En tu padre – le dije sonriendo.

- Cuéntame algo de él – me pidió y me senté en el suelo con la espalda apoyada contra los azulejos sosteniendo a Asahi en la bañera mientras jugaba con el agua.

- Él... era un gran cantante – le dije sonriendo – cuando salía al escenario la gente gritaba y le aplaudían mucho. Era igual de moreno que tú y tocaba muy bien la guitarra.

- Entonces le pediré que me enseñe cuando vuelva – me sonrió.

- Claro que sí, seguro que se te da genial.

- ¿Compraremos una guitarra? – me preguntó.

- Lo intentaremos ¿Vale?. Lo intentaremos – le repetí en un susurro porque no sé si podría gastar parte de mi sueldo en una guitarra.

- ¿Crees que papá me quiere? – me preguntó de golpe poniéndose serio y yo me asusté, por lo que me acerqué a él y le levanté la barbilla para que me mirase ofreciéndole una gran sonrisa.

- Te adora – le dije – eres lo más importante para él ¿Vale?

- Entonces ¿Por qué nunca nos llama? ¿Por qué siempre estás llorando por él?

Striper a la Fuerza (Naruto: Sasuke-Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora