Sinopsis:
Wei Qian es un niño que muy pronto se hace responsable de su hermana pequeña, Xiaobao, y de Wei Zhiyuan, un niño que encontró abandonado en la calle y decidió adoptar, criándolo como si fuera su propio hermano. Viviendo una vida de pérdida...
Sabía que el deseo en su corazón nunca había muerto y todas las prácticas de cultivo no podían hacer que se deshiciera de las malas hierbas que volvían a crecer con la brisa primaveral.
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Era cierto que Wei Qian no tenía talento para la cocina. Por ejemplo, no se esperaba que fuera capaz de preparar un banquete completo de las dinastías Manchú y Han. Aunque no nació preparado para ello, sí tenía habilidades culinarias básicas de supervivencia. Básicamente podía preparar comidas caseras.
Además, Wei Qian tenía una habilidad extra, y es que tenía manos y pies ágiles.
Si lo lanzaran a un concurso de cocina, el color y el sabor del producto final podrían ser de calidad media o baja, pero la rapidez sería sin duda una ventaja absoluta.
Wei Qian tenía la habilidad de preparar toda una mesa llena de platillos en el menor tiempo posible, además su destreza con el cuchillo era muy buena, ya fuera rallar, picar o cortar en dados, podía hacerlo con rapidez y de forma organizada. Tenía dos logros milagrosos: nunca se cortaba ni se quemaba las manos.
Sin embargo, ese día por la tarde, cuando estaba ayudando en la cocina, se sorprendió cuando se le resbaló el mango de la sartén que estaba utilizando para hacer unas tortitas, lo cual provocó que se le quemara una capa de piel.
Esto demostraba lo distraído que estaba.
Wei Zhiyuan lo agarró por la muñeca y lo echó fuera de la cocina, frunció el ceño y miró de cerca la herida, luego metió esa "garra" en agua fría.
─¿Te duele? ─preguntó Wei Zhiyuan con el ceño fruncido, sintiéndose como si fuera él quien se hubiera quemado.
Wei Qian dijo distraídamente:
─No pasa nada.
Wei Zhiyuan movió las manos con suavidad, pero dijo enfadado:
─Amigo Wei Qian, te lo mereces, creo que esto es un signo de la enfermedad de Parkinson. Por causa de un mango de madera de medio metro de largo, has conseguido que el borde de la sartén te escaldara. Maldita sea, dite a ti mismo lo talentoso que eres.
Ahora, Wei Zhiyuan era cada vez más grosero con él. Cuando salen bviamente era un joven amable y bueno, pero en privado a veces parece estar poseído por el Director Wei de tiempo atrás.
Era una lástima que el director Wei hubiera evolucionado hacia su nueva forma definitiva. Esperó tranquilamente a que Wei Zhiyuan terminara de reprenderle y puso fin lentamente a la batalla con una sola palabra.
─Tonterías*. ─comentó con propiedad el viejo señor Wei.
