Sinopsis:
Wei Qian es un niño que muy pronto se hace responsable de su hermana pequeña, Xiaobao, y de Wei Zhiyuan, un niño que encontró abandonado en la calle y decidió adoptar, criándolo como si fuera su propio hermano. Viviendo una vida de pérdida...
Wei Qian permaneció inmóvil... dejó que la caña de pescar cayera al agua.
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Wei Qian permaneció inmóvil... Dejó que la caña de pescar cayera al agua, observó el trozo corto de la caña de pescar flotar sobre el agua durante un rato, mientras sus oídos se llenaron con el sonido de la lluvia que susurraba suavemente.
Al cabo de un rato, Wei Qian se puso en cuclillas sin expresión alguna, se subió los pantalones, se metió al agua y volvió a tomar la caña de pescar.
Wei Zhiyuan miró a su dage con una extraña expresión en los ojos. Wei Qian miró a su hermano pequeño por el rabillo del ojo y sintió que sus ojos eran tan tranquilos y pacíficos como la muerte.
Los dos actuaron como si estuvieran escenificando un teatro de mímica, ninguno de los dos hizo ruido.
Wei Qian volvió a tomar el sedal y el anzuelo, agarró el pequeño flotador de pesca (1), como si estuviera garabateando inconscientemente sobre la suave superficie de la orilla. Cada vez que tiraba, contaba en silencio en su corazón, como para obligar a sus venas saltarinas a calmarse.
Al final, se sintió como una tortuga a la que han dejado en el suelo con un caparazón extragrande en la espalda, luciendo apático y mientras cargaba con el peso de la humillación.
Wei Qian sintió que había una hoja larga y afilada incrustada en su pecho que podía rugir a través de las eras, tan afilada que podía atravesar todo lo que tuviera delante, pero en este momento, no había lugar para que la afilada hoja descansara. De pronto, escuchó un resoplido, sintió que le habían perforado los pulmones con una gran bardana.
Finalmente, Wei Qian se sentó despacio, sacó unos trozos de papel y limpió lentamente las gotas de agua del extremo de la caña de pescar. Al cabo de un rato, suavizó deliberadamente su voz para parecer razonable y dijo:
─Estás intentando hacerme enojar a propósito, ¿verdad?
Wei Zhiyuan permaneció en silencio.
─Quiero oír lo que piensas. ─dijo Wei Qian.
Wei Zhiyuan lo miró fijamente y por mucho tiempo, su mirada era extraña, luego de un rato, suavemente dijo:
─Hay alguien que me gusta, me gusta desde hace varios años, no me he atrevido a hacérselo saber, y no me atrevía a hacérselo saber a nadie más, cada día... Cada día con él, está grabado en mi corazón, es inolvidable Una vez... Ge, sé lo que vas a decir, tu tono es exactamente el mismo que el del decano de mi universidad, vas a decir que aunque los sentimientos estén grabados en el corazón, también cambiarán con el tiempo, ¿no?
Las palabras de Wei Qian, que tenía en la punta de la lengua, fueron arrebatadas con aquél discurso, así que tuvo que callarse.
Wei Zhiyuan respiró hondo, esbozó una extraña sonrisa y continuó:
