Sinopsis:
Wei Qian es un niño que muy pronto se hace responsable de su hermana pequeña, Xiaobao, y de Wei Zhiyuan, un niño que encontró abandonado en la calle y decidió adoptar, criándolo como si fuera su propio hermano. Viviendo una vida de pérdida...
Finalmente regresó al campus del que estuvo ausente durante más de tres años, y reinició su vida normal, plena y sin aventuras en el instituto.
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El capitán dio órdenes, pero nadie se movió. Nunca habían ocurrido tantas cosas en un lugar tan pequeño. En el día a día de aquellos policías, lo único que hacían era perseguir y atrapar a unos cuantos ladrones. Rara vez se encontraban con un caso grande como aquel, la gente que se encargaba de hacer el trabajo de campo estaba llegando al lugar como un enjambre de abejas, ante sus ojos se encontraba el espectáculo más extraño que jamás habían visto. El grupo de personas miraba asustado a su capitán.
Finalmente, un joven tuvo el valor suficiente para preguntar:
─Capitán, ¿a quién arrestamos? ¿Quién es el culpable?
El rostro del capitán parecía insatisfecho, sacó el pecho y levantó la cabeza mientras ponía una expresión feroz, y dijo con audaz confianza:
─¿Cómo voy a saberlo?
Todos se miraron con ansiedad. La persona que acababa de hablar recibió miradas alentadoras de sus compañeros y volvió a preguntar valientemente:
─Capitán, ¿puede decirnos qué clase de lugar es éste? ¿Qué están haciendo?
La tez del capitán se puso azul, su rostro se tensó y dijo:
─¿Cómo voy a saberlo?
El joven estaba muy desesperado y volvió a hablar:
─Capitán, ¿puede decirnos si se trata de un negocio normal o de algún tipo de organización criminal desconocida?
El corazón del capitán se llenó de miseria y con su paciencia similar a un río agitado, rugió:
─¿Qué debo decirte?
Aquél club privado estaba ricamente decorado y era muy intrigante. Cuando entraron en el salón exquisitamente decorado, con una conducta "anti-rica", el capitán instintivamente hizo una expresión feroz, levantó su insignia y gritó la orden para que la persona a cargo se fuera. Una hilera de recepcionistas los miró inexpresivamente. De repente, alguien que parecía ser un guardia de seguridad tuvo un ataque y salió corriendo, su cara era mortalmente pálida. La primera reacción del capitán fue pensar que esa persona era el asesino así que gritó:
─¡Alto!
El capitán tomó la iniciativa. Aunque los demás no sabían quién era esa persona, no podían perder de vista a su líder, así que empezaron a correr, también siguiéndolo.
Este tipo de carrera y persecución rápidamente tuvo un efecto masivo. Los que al principio se encontraban tranquilos, de repente se volvieron inseguros sobre qué tipo de situación era esa.
