•|♔| Setenta y siete |♔| •

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Esa noche.
Habitación de los reyes.

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Esa noche se sintió especial. Los cocineros
prepararon la comida favorita de Taehyung, y el postre favorito de Jungkook. Luego de la cena tomaron un baño juntos, en el que hablaron sobre las peticiones de las personas que hoy se habían acercado a ellos junto con otros temas relacionados a los cambios de gobernantes. Al terminar cada uno fue a su habitación solo con las batas luego de secar sus cuerpos, con otras dos para secar sus cabellos.

Taehyung se encontraba secando su cabello frente al espejo del tocador, y al terminar se volteó encontrándose con su alfa mirándolo fijo sentado desde la cama, con un brillo en sus ojos que lo hizo tener un escalofrío en toda su espalda. Notó que su cabello aún estaba bastante húmedo y que no lo estaba sacando, así que dejó la toalla propia sobre el tocador y se acercó para hacerlo él mismo.

—Puedes enfermarte —regañó dulce tomando la toalla que rodeaba el cuello ajeno, y sin pena alguna se subió a horcajadas en su regazo—. Tienes que secarte el cabello.

—Quería que lo hicieras tú —respondió el mayor sin dejar de mirarlo. Una de sus manos fue hacia atrás apoyando su peso, y la otra se metió por debajo de la bata de color crema de su omega, para comenzar a acariciar desde su muslo hacia su cadera sucesivamente.

—Solo tenías que pedirlo —respondió
comenzando a pasar la toalla mediana por su cabello azabache.

Se quedaron en un silencio para nada incómodo durante algunos minutos. Jungkook solo se dedicaba a admirar el rostro de su amado, hasta que mordió su labio inferior sintiendo que ya no podía soportarlo más. La mano que acariciaba su muslo volvió a subir, pero estaba vez fue más allá y terminó apretando uno de sus glúteos. Tae al sentir ese toque sintió sus mejillas arder, más solo miró a los ojos a su esposo y lanzó la toalla a algún lado del suelo al lado de la cama.

El omega no pudo contener sus ganas y acercó sus labios a los impropios para comenzar un beso para nada suave, al mismo tiempo que sus manos bajaban hacia la cinta de la bata propia para comenzar a quitarla. La dejó abierta pero no se la
quitó. Los labios del alfa abandonaron los suyos luego de chuparlo casi que queriendo dejar una marca en ellos, y sus ojos se dilaraton cuando vio el cuerpo al descubierto de su amado. Precioso y listo para que lo tomara.

No necesitaron palabras, ya que esto era lo que estaban esperando desde hace muchísimos meses. Hoy no habría infusiones, solo amor mientras creaban un pedacito de ellos.

Jungkook no tenía planeado que fuera algo
simple, iba a anudar tan duro dentro suyo que definitivamente esa noche iba a embarazarlo hasta los huesos. Y quería que fuera de manera intensa sin dejar de que su amor se note en cada caricia, beso y embestida.

Los labios del alfa puro viajaron al cuello
acanelado para comenzar a lamer y morder levemente, hasta que soltó un gruñido cuando las cálidas manos de su esposo abrir su bata para luego comenzar a acariciar de arriba a abajo su erección. No quiso ser el único que estuviera siendo acariciado tan placenteramente, por lo que la mano que estaba acariciando sus glúteos terminó metiendo dos dedos en la estrecha y muy mojada entrada que lo recibió gustoso.

Taehyung arqueó su espalda deteniendo por un momento las caricias al miembro de su alfa, hasta que volvió a hacerlo de manera un poco más rápida, como queriendo que el otro lo embestiera con sus dedos de igual forma. Jungkook comenzó a hacer movimientos de tijera cuando encontró ese punto que hizo soltar un gran gemido al omega y tirar la cabeza hacia atrás.

𝑹𝒆𝒊𝒏𝒐 𝒁𝒂𝒇𝒊𝒓𝒐 |  𝑲𝒐𝒐𝒌𝑽 Where stories live. Discover now