•|♔| Dieciséis |♔| •

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Dos días después.
Habitación de los príncipes.

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Los celos de Taehyung solían tener bastante altibajos. Cuando no tenía un alfa que lo ayudara, eran muy dolorosos y solo podía comer, ir al baño y tomar una ducha cuando tenía los bajos, ya que eran los momentos en los que menos le dolía absolutamente todo.

Ahora notaba que había una diferencia altísima entre tener y no tener con quien compartir el celo, y deseaba jamás volver a pasarlo solo. Si bien en sus momentos de más lucidez y menos excitación le avergonzaba mucho mirar a la cara al alfa luego de recordar las cosas que hacían y la forma en la que él mismo gemía como si quisiera que todo el reino se enterase, Jungkook siempre ayudaba a que todo se sintiera lo más cómodo y normal para él.

Como éste era el último día de su celo, estaba mucho más tranquilo, pero también notó que estaba mucho más cariñoso que antes con el alfa. Sabía que era debido a la marca, pero aún así cuando se daba cuenta de que inconscientemente buscaba abrazar o besar al alfa sin ninguna razón aparente, la vergüenza lo atacaba y creía que estaba siendo un pesado.

¿Cómo estaba Jungkook?

En el jodido paraíso.

No podía estar más feliz cada vez que hacían el amor y terminaban abrazados; cada que Taehyung lo llamaba su alfa con esa voz tan tierna y dulce, cada que el menor lo abrazaba o besaba sin tener que pedirlo o hacer algo para ganárselo, cada que observaba la preciosa marca en su cuello y la besaba cuando tenía la posibilidad...

Era la persona más afortunada del mundo, y lo sabía, y le gustaba serlo.

En este momento se encontraban en la cama luego de que ambos tomaran una ducha juntos; Jungkook apoyando su espalda en el respaldo de la cama, y Taehyung sentado en su regazo de lado, apoyando su cabeza sobre el hombro descubierto del alfa. Estaban almorzando algo nutritivo y mucha fruta luego de unos días agitados, debían de recuperar fuerzas.

—Jungkook... —llamó el omega luego de terminar de beber esa extraña infusión que tomaba cada doce horas para que sus cachorros crecieran fuertes.

—¿Sí, amor? —preguntó el alfa deteniendo su mano que sostenía un arándano camino a su boca.

Ese era un cambio inesperado y bastante agradable; la forma en la que Jungkook lo llamaba, cambió el "cariño" por "amor". No le molestaba para nada, de hecho le gustaba mucho, pero quizás iba a extrañar un poco el primer apodo con el que el alfa lo llamó.

—¿Te estoy retrasando con tu trabajo? —preguntó sintiéndose culpable cuando pensó en eso luego de que recordara lo mucho que el alfa estaba trabajando antes de que su celo llegue—. Si te estoy distrayendo de tus responsabilidades, entonces puedes irte. Es mi último día, estoy perfectamente bien...

Jungkook soltó una leve risa y negó con la cabeza mientras llevaba el arándano a los labios ajenos para que lo comiera. Acarició su mejilla antes de hablar, sin poder mantener sus manos lejos del omega por mucho tiempo.

—Tú eres mi mayor y mejor responsabilidad, amor —Taehyung levantó la mirada para verlo entre apenado y avergonzado—. Siempre vas a ser más importante que cualquier otra cosa, y me sentiría mal al dejarte solo en un estado tan sensible.

El omega le sonrió leve y terminó asintiendo. Se reincorporó un poco para tomar la bandeja con los platos y cuencos ya vacíos, y los dejó sobre la mesa de noche para que luego lo retiraran. Regresó donde el alfa y se colocó entre sus piernas, dándole la espalda para apoyarla en su pecho.

𝑹𝒆𝒊𝒏𝒐 𝒁𝒂𝒇𝒊𝒓𝒐 |  𝑲𝒐𝒐𝒌𝑽 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora