Las enseñanzas de Shizune y Tsunade

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Aiko aguantó el dolor de la paliza de Temari por un par de días. Sus brazos y, seguramente también su espalda, estaban cubiertos de cardenales y rasmilladuras. Por la ropa que siempre llevaba, solo parte de sus hombros y antebrazos eran visibles, pero Sakura se dio cuenta apenas volvió a verla de lo magullada que estaba. Ambas estaban esperando ser recibidas por Tsunade y su sobrina.

- ¿Estuviste en una misión? – le preguntó preocupada, dispuesta a usar su jutsu médico con ella.

- No, fue Temari- ante la sorpresa de su amiga, Aiko sonrió y continuó explicando- Estaba enojada porque no le había escrito a Gaara y me atacó por sorpresa.

Sakura sonrió a su vez y se tapó la boca delicadamente mientras dejaba escapar una risita burlona.

- Si Temari estaba molesta es porque Gaara seguro se sentía desanimado sin noticias tuyas ¡O sea que debe extrañarte un montón! – celebró, abrazándola por los hombros.

- Eso parece- asintió Aiko con las mejillas coloradas- Yo también a él, Sakura, pero de verdad había estado demasiado aturdida con un montón de cosas que pasaron en casa desde que volví de Sunagakure.

- Chicas, pueden pasar- las saludó Shizune abriendo la puerta con su cálida sonrisa de siempre.

Mientras Sakura se adelantaba a darle su reporte a Tsunade quien se encontraba acariciando a su cerdita, Aiko se quedó en la puerta junto a Shizune.

- La verdad es que quería hablar con usted.

- ¿Conmigo?

- Mientras Yamato-sensei esté fuera, quiero estudiar más sobre venenos vegetales y se que usted puede ayudarme con eso.

Los ojos negros de Shizune se abrieron de par en par y se movían entre Aiko y Tsnuade como si hubiese estado siguiendo la pelota en un partido de tenis. La Hokage no se había dado cuenta, en vista de que escuchaba atentamente a su joven pupila. Shizune volvió a centrar su atención en Aiko, quien la miraba expectante. Sus ojos marrones eran más oscuros que los de Tsunade y más claros que los de Yamato, pero brillaban con la misma determinación.

- De acuerdo- aceptó- En cuanto terminemos de revisar el reporte de Sakura, te ayudaré.

Aiko dio un pequeño saltito de gusto, haciendo que sus trenzas se movieran tras su espalda. Después de su experiencia con el cornezuelo en su hogar, y sabiendo utilizar solo las propiedades urticantes de algunas plantas a su favor, había pensado seriamente en que necesitaba incrementar su capacidad de ataque. Ya conocía bastantes analgésicos, antialérgicos y antídotos vegetales, pero seguía sintiendo que necesitaba ampliar sus conocimientos. Quería saberlo todo.

Por el bien de sus seres queridos y de ella misma. Además, aún tenía en mente el deseo de estar cada vez más a la altura de Gaara. Quería merecerlo y hacerlo sentir orgulloso. Que cuando la volviera a ver pelear y ganar, la besara de la emoción y...

- ¿Aiko? – repitió Shizune moviendo su mano frenéticamente delante de la mirada perdida de la chica.

- Ay, lo siento ¿Qué decía? – preguntó sonrojada.

- Que nos vemos en la biblioteca en una hora.


...


Que al par de días de estudio intensivo con Shizune ella también tuviera que irse para apoyar la misión que estaban llevando a cabo contra los seguidores de Orochimaru a Aiko le parecía una mala broma. Sabía que era mucho más importante aquello que sus estudios, pero aún así, comenzaba a aburrirse nuevamente. Una cosa era leer sobre las plantas y los efectos de sus toxinas en el cuerpo, otra muy diferente era aprender cómo atacar a tus oponentes con ellos durante un enfrentamiento. Y además se sentía molesta de que Tsunade no la considerara a ella también para apoyar.

El Oasis (Gaara x OC)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon