De vuelta a casa

66 12 4
                                    

Antes de irse, Aiko pasó al hospital para saludar a Sakura, quien no estaba practicando su jutsu médico, sino que acababa de visitar a Kakashi que aún se encontraba en reposo. Conversaron largo y tendido un buen rato, ya que habían pasado muchas cosas en el tiempo en que no se habían visto. Aiko, animada, le contó cómo había sido su estadía junto a Gaara a partir del día de su rescate y, Sakura, no muy contenta por obvias razones, le comentó cómo había sido el reencuentro con Sasuke.

- Es evidente que no iba a ser fácil traerlo de vuelta- dijo Aiko- Tomando en cuenta que fue su elección haberse ido.

- Si, pero- protestó Sakura- Orochimaru lo manipuló desde que lo vio en los exámenes chunin.

- Aun así, Sakura. Orochimaru le ofrece algo que la aldea no. Quizás, cuando logre vengarse de su hermano, puede que decida volver o al menos, lo considere.

Se despidieron con entusiasmo y Aiko partió sin más hacia su hogar. Decidió que pasaría a ver a su familia antes de dirigirse al palacio de Haruna, por lo que tomó una vía alternativa para entrar al País, lo que también le daba ventaja al evitar un posible ataque al llegar. Aunque Tsunade le había dicho que no era un asunto grave, no podía evitar preocuparse e imaginarse los peores escenarios posibles. Hubiese querido que Yamato la entrenara antes de volver, pero no quería seguir dilatando su llegada, además, había aprendido un par de trucos durante su estadía en Suna y aquello era mejor que nada.

Tres días de viaje después, estaba ante el inmenso campo de trigo de sus padres, el cual lucía brillante bajo la luz del sol de la tarde. Lo atravesó con las manos abiertas, disfrutando del roce de las espigas contra sus palmas desnudas. Si que había extrañado el contacto con vegetales frescos directamente sobre su piel, así como el aroma de la tierra recién mojada y el sonido de la brisa contra las hojas de los árboles. De no ser porque extrañaba verdaderamente a sus padres y hermanos, se habría quedado más tiempo a la intemperie.

Se acercó al frontis de la casa y tocó la puerta con entusiasmo. Fue Kaori quien le abrió la puerta, pero lejos de parecer contenta, sus ojos inusualmente rojos se llenaron de lágrimas.

- ¿Mamá? – la voz de Aiko se volvió temblorosa- ¿Qué pasó?

- Tu padre está enfermo- contestó con la cara tapada con las manos- No hemos conseguido el dinero suficiente para pagar un médico, por lo que hace semanas que no mejora.

Antes de que continuara, Aiko metió las manos a su banano y sacó el sobre de dinero que Gaara le había dado. Sin sacar ni un solo billete, se lo entregó a su madre, quien lo recibió confundida.

- Es parte del dinero que gané al trabajar para el Kazekage, ve a buscar al médico, por favor.

- ¿Trabajaste para el Kazekage? – preguntó Kaori, sorprendida.

- Mamá, el médico- insistió Aiko y entró a la casa sin siquiera quitarse las sandalias. Kaori la quedó mirando fijamente unos instantes antes de darse cuenta de que su hija tenía razón. Corrió rápidamente hacia la casa del médico con el sobre firmemente sujeto contra el pecho.

Sus dos hermanos menores no estaban en ningún lado y supuso que su madre los había dejado con alguna persona de confianza para dedicarse cien por cien al cuidado de Fuji. Corrió hasta la habitación donde sintió su toz seca y con apremio, se arrodilló junto al futón donde el hombre descansaba. Tocó su frente y al sentirla caliente, se levantó para buscar agua y paños fríos. El contacto del agua helada despertó a Fuji que la miró con ilusión.

- ¿Eres tu Aiko? – preguntó con un hilo de voz.

- Si papá, ya volví- contestó Aiko, limpiándole la cara- ¿Qué fue lo que pasó?

El Oasis (Gaara x OC)Where stories live. Discover now