Nuevas misiones

84 15 9
                                    

La recibida de Aiko luego de volver de Konoha fue agria. Sus hermanos pequeños eran aún demasiado jóvenes para comprender la importancia de su llegada y su madre estaba más molesta que aliviada. Su padre sí estaba feliz de tenerla de vuelta, y para que Aiko se distrajera, iban juntos a trabajar al campo, lo que además le servía para evitar a su madre.

- No deja de decirme que pude haber muerto durante el ataque a Konoha- le decía Aiko a su padre- Y que no debimos haber ayudado, sino que tendríamos que haber vuelto a casa de inmediato ¿Per qué sentido tiene eso, papá? Ser un ninja para huir más rápido que los demás no es lo que corresponde.

- Yo se que no, florecita- asentía su padre con infinita paciencia- Aún no puedo entender por qué a tu madre le molesta tanto el que seas una ninja, porque a mi me dice lo mismo que te dice a ti, solo que me ruega que también te haga desistir de tus metas. Pero eso es algo que nunca voy a hacer.

Hablar con su padre siempre impregnaba a Aiko de mucha paz, la misma que solía darle su madre antes de que notara las aptitudes de Aiko para la batalla. Era triste pensar que el cuidado amoroso de su mamá se había acabado casi a los cinco años, para dar paso a una sobreprotección tóxica que no hacía más que infundirle dudas en sí misma.

Días después Kikunojo los invitó a cenar al centro del pueblo para celebrar que independientemente de cómo habían terminado los exámenes chunin, habían sido capaces de mostrar su valía como guerreros. Un ninja de Konoha le había escrito una carta donde le explicaba cómo sus tres pupilos habían colaborado con la defensa de la aldea y que estaban en deuda. Ante el orgullo, Kikunojo le hizo llegar la cara al señor feudal quien, de no ser por las estrictas normas de seguridad, los habría invitado personalmente al palacio. Lo positivo era que ninguno de los tres jóvenes buscaban reconocimiento y estaban felices de poder compartir con su sensei después de tantos días.

- Espero que quieran participar de los siguientes exámenes- habló Kikunojo luego de dar un gran sorbo de té verde- Estoy seguro de que podrán encontrar a un Quinto Hokage pronto y todo volverá a la normalidad, en ese caso, en unos meses se celebrarían de nuevo.

- Sí- contestó secamente Kazuo- Pero para asegurar que ganaré el combate cuerpo a cuerpo necesite que me entrene más duramente, Kukinojo-sensei.

Los ojos marrones oscuros de ambos se encontraron y se miraron con total seriedad.

- Necesito mejorar aún más mi taijutsu- agregó- Había un chico de grandes cejas y traje verde ¡Tendría que alcanzar su nivel! Y ni con lo bueno que era pudo derrotar a ese chico de la Aldea de la Arena.

- Gaara- dijo Aiko.

- Como sea- continuó Kazuo.

Kikunojo, que hace años no pasaba por Konoha, pensó en Maito Guy, pero como Kazuo había hablado de un chico, supuso que Guy ya era padre. Algo difícil de creer, a decir verdad. Pero familiar o discípulo de Guy, supuso que Kazuo se refería a un ninja joven de gran nivel y sinceramente no sabía cómo ayudarlo a alcanzar o superar a aquel muchacho, ya que su punto fuere era el ninjutsu y aunque su taijutsu era bueno, no podía compararse a Maito Guy.

- Haremos lo que sea posible- suspiró mirando su plato de comida vacío- ¿Y que hay de ustedes dos? – preguntó, dirigiendo la mirada a Aiko y Genki.

- Eso ni se pregunta- contestó Genki- Claro que iremos ¡Y quiero otro plato de cerdo!

- ¿Podríamos tener misiones un poco más arriesgadas para poder entrenar? – preguntó Aiko- Como aquellas en la frontera o quizá ayudando a pueblos vecinos. Estar cerca de mi casa me sofoca- se sinceró.

- ¿Más arriesgadas por si mueres? Porque muerta no volverías a tu casa- rio Genki- Aiko eres tan astuta.

- No quiero morir, idiota- se avergonzó Ailko- Solo quiero entrenar igual de duro que Kazuo, y aquí no puedo.

- ¿Acaso no quieres pasar más tiempo con tus hermanos pequeños? – preguntó Kikunojo, algo preocupado.

- Sí, pero- Aiko titubeó- Cualquier cosa que tenga que ver con entrenamiento mi madre la critica.

- ¿Aún cree que esa es la forma en que dejarás de ser un ninja? – preguntó Kazuo, serio.

Aiko se limitó a asentir y reprimió las ganas de llorar con un gran sorbo de sopa de miso. Kikunojo y Kazuo lo notaron, pero respetaron a la chica y cambiaron de tema. Luego de un rato, Kikunojo aceptó buscarles una misión lejos de sus casas.

- Tu madre va a matarme- le susurró Kikunojo al oído mientras se despedían de un abrazo. Aiko se puso a reír y se encaminó a su casa tomada del brazo de sus dos compañeros, que parecían más sus hermanos que los mellizos. Kikunojo los vio alejarse con emoción y en cuanto se perdieron de vista, corrió hacia el palacio para continuar con su guardia y encontrar la misión idónea para ellos.

....

En Konoha el ambiente era desolador ahora que no tenían un Hokage. Como el Tercero había sido quien había estado más tiempo en el cargo, gente de todas las edades se sentía triste por su partida. El sentimiento empeoraba cuando recordaban que el culpable de su muerte era Orochimaru, que de joven había sido su pupilo.

Los ancianos habían pensado que el Quinto Hokage debería ser Jiraiya, sin embargo, aquel sabio pervertido tenía otros planes. Junto a Naruto, partieron en busca de la tercera legendaria sanin, Tsunade.

....

En la Aldea de la Arena los ánimos no eran muy diferentes. También habían perdido a su líder a manos de Orochimaru y habían sido totalmente engañados por este. Gaara seguía conmocionado luego de su lucha contra Sasuke y Naruto y había pasado días enteros reflexionando sobre sus actitudes del pasado. Recordaba con dolor su vida solitaria, el como los niños de su edad huían de él constantemente, y como poco a poco su corazón comenzó a oscurecerse, sobre todo con la muerte de su tío bajo sus propias garras de arena. Siguió avanzando en el tiempo hasta encontrar amargos recuerdos de su relación herida con sus hermanos y con su sensei, y sus ganas injustificadas de matar a Rock Lee cuando este estaba aún recuperándose de su lucha. Recordó cómo ignoró a Aiko cuando esta lo había felicitado por aprobar el examen escrito y cómo deseaba ser su amigo, así como también amigo de Naruto. Tenía muchas ganas de verlos de nuevo.

...

Cuando Tsunade asumió el rol de Hokage, le anunció a Shikamaru que sería ascendido a chunin y que, por tanto, uno de sus trabajos era apoyar a la academia ninja, quien contaba con menos personal que antes. Y Shikamaru, flojo pero inteligente, pidió refuerzos.

Gaara, Temari y Kankuro, de la aldea vecina.

Y unos desconocidos del País de las Verduras. 

El Oasis (Gaara x OC)Where stories live. Discover now