Han pasado tantas cosas

97 11 8
                                    

Mientras Naruto se ocultaba de Itachi, una espesa niebla comenzó a apoderarse del bosque donde se ocultaban. Con tranquilidad, la abuela Chiyo reconoció la técnica de Kakashi y les ordenó a las dos jóvenes a esperar y atacar en cuanto se disolviera.

Kakashi atacó usando uno de sus clones y Naruto usó su rasengan en el momento adecuado, y aunque su victoria estaba asegurada de esa forma, Itachi les sonrió. Cuando el polvo y la tierra de su impacto contra el suelo se disipó, el equipo corrió a ver su cuerpo, el cual correspondía al de un extraño. O al menos lo era, para los nativos de Konoha.

- Es Yuura- dijo Chiyo- Un chunin de mi aldea.

- Es el jutsu de sustitución más fuerte que he visto- exclamó Aiko, acercándose al cuerpo de Yuura, ahora inerte.

- Así que solo estaban haciendo tiempo- suspiró Kakashi.

Mientras la abuela Chiyo redactaba una carta para Suna, les explicó a los demás el origen y la importancia de los Jinchuriki, sobre todo a Sakura que no manejaba bien aquella información. Naruto la escuchaba atento de todas formas, pero aferrándose el vientre con nerviosismo.

- Cuando les extraen la bestia, los jinchuriki mueren.

Briznas de pasto se elevaron en el aire en ese momento, y aunque aparentemente pudieron ser levantadas por el viento, fue el inconsciente de Aiko quien las movió de su sitio. Ella sabía sobre los Jinchuriki porque Gaara se lo había explicado antes, pero desconocía aquello que la abuela Chiyo había dicho recién. Los ojos de Sakura se llenaron de lágrimas, y Naruto bromeó sobre eso para luego decirle que salvaría a Gaara, aunque era evidente que a la kunoichi de ropa rosa le preocupaba mucho más su mejor amigo, el Jinchuriki de Kurama.

Varios minutos de carrera en el bosque comenzaron a pasarle la cuenta a Naruto, que jadeaba con cada paso, luego de haber gastado una enorme cantidad de energía en el rasengan. Aiko les pidió parar y le preparó un brebaje con ginseng, te negro y otras hierbas para ayudarlo a recuperarse. Kakashi accedió y les ordenó descansar. Aunque costó, para variar, convencer a Naruto de que parar era lo mejor, terminó aceptando de malas ganas.

- Ahora que lo pienso- masculló Chiyo mientras Naruto se bebía el líquido con avidez- Tu no eres ni de Suna ni de Konoha- le dijo a Aiko señalando su banda ninja con una flor tallada en el metal- ¿Qué hacías en la aldea?

- Gaara me invitó- contestó Aiko- Para colaborar en la academia y mejorar el sistema de plantaciones.

- Ya veo- se limitó a contestar- ¿Entonces no eres médico?

- No- negó Aiko- Solo Sakura lo es. Como tengo conocimientos sobre plantas medicinales y en verdad quiero colaborar con el rescate de Gaara, ella mintió para que Baki me dejara venir. Como él no me conoce bien y me ha visto en el hospital, creyó con facilidad.

- ¿Y por qué Gaara te importa tanto? – preguntó con acidez.

Aiko la miró fijamente un buen rato y con el ceño fruncido. ¿Aquella pregunta era realmente curiosidad o acaso la sabia anciana sospechaba de ella igual que ciertos miembros del consejo? Como la abuela se negaba a desviar la mirada, Aiko accedió a contestarle con honestidad.

- Porque es mi mejor amigo.

Kazuo y Genki eran, a ojos de los demás, los mejores amigos de Aiko. Y sí, aunque para ella eran más sus hermanos que sus amigos. Si los secuestraran, participaría de su rescate con la misma rabia y entusiasmo, sin embargo, el cariño que sentía por Gaara era distinto. Todo con Gaara era distinto. Pero no iba a entrar en detalles con una desconocida, y mucho menos delante de Kakashi y Naruto. Afortunadamente, la abuela no pidió más explicaciones. Reconocía la honestidad y la mentira en las miradas de la gente, una habilidad que había perfeccionado con el paso de los años, y en los ojos marrones de Aiko veía la verdad.

El Oasis (Gaara x OC)Where stories live. Discover now