41| ¿Ella lo sabe?

265 34 175
                                    

Comentario estrella (28/02/2023): erikarosas__ joder Duele kaluuuu!! danos más porfavor no nos dejes asiii 😭😖

41| ¿Ella lo sabe?

Izan

Aún me arde la piel donde me la he tatuado en forma de constelación. 

Llego junto a Dana a la orilla de la calle con el corazón en un hilo. Por meses anhele este momento. Imaginé tantos escenario, que estaba seguro no viviría jamás, y en esas fantasías me asaltaba la felicidad. En esos sueños los problemas se solucionaban y podía retractarme de todo el daño que causé y que me causé. No obstante, aunque mi corazón martilla como loco dentro de mi pecho, la felicidad no está. Estoy contento, la quiero aquí conmigo, con los chicos. La necesitamos, pero siento terror.

―¿Dónde tienes tu motocicleta? ―cuestiona con su voz característica llena de chispa. 

Dana siempre me hizo sonreír. Fue capaz de levantarme en mis malos momentos, menos al irse mamá. Su mano se cuela entre mi brazo y sus uñas, largas como siempre, van  aparar sobre mi palma acariciando. Llevo mis ojos a ese movimiento y niego. 

―No la he traído. Tomemos un taxi. 

―¿Vamos a tu casa?

Mis ojos se disparan hacia los suyos. La tensión que ya hay entre nosotros, o de mi parte al menos, aumenta segundo a segundo. Dana se mantiene a la espera de mi respuesta, con cierta certeza en la expresión.bSegura de que le diré que sí. Pero no puede ir a casa, ya no estoy solo allí, ahora Ona tiene su lugar y no voy a llevar a nadie. 

―A casa no ―balbuceo. Entorna los ojos ―. Es que... Solbi está con Camille y no estaremos cómodos. Vamos a tomar algo mejor. 

Gruñe, tuerce el cuello y me mira con firmeza. Me mira como antes cuando sabía que le ocultaba algo, cuando le decía que todo estaba igual y ella sabía que no. Aún así, no insiste. 

―Tenemos que hablar, vamos a mi departamento. Mi amiga no está. 

Me quiero negar, porque estar dentro de cuatro paredes solo con ella no me parece la mejor idea del mundo. Supongo que acepto con un movimiento de cabeza por mi estado. Estoy con ella, mi cuerpo está plantado a su lado, pero mi mente se mantiene distante, casi como si se tratara todo de una alucinación, y mi corazón se encuentra peleando consigo mismo. 

―No sabía que vivías en la ciudad ―menciono. 

Dana asiente con la vista fija en el final de la calle, y sin soltar mi brazo. Tengo que admitir que no me molesta su tacto, se siente familar y reconfortante. Que aún quiera tocarme después de tanto tiempo es agradable.

―Estoy aquí desde hace unos meses. ―Me mira, tensa por primera vez ―. No te busqué antes porque...

―Lo entiendo ―la corto. 

Niega, suspira y vuelve la vista a la calle.

―No te busqué porque creí que todo seguía como antes, no me enteré hasta hace unas semanas que ella estaba en tu vida. 

El desdén con el que articula las últimas palabras encienden una pequeña molestia en mí. No es para menos, aún así no me puedo poner en su lugat, tiene el derecho. No la espere. 

―No le has hablado de mí ¿o sí? ―interrumpe con expresión temerosa.

Niego.

―No, te lo prometí. 

―Ni de eso ni de mí en general ―reprocha. 

Me aparto, rompiendo el contacto y quedando frente a ella. Clavo la mirada en sus ojos, serio y con una piedra que me hunde el pecho. 

Cuando acabe la canción ©Where stories live. Discover now