33| Heridas

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Comentario estrella (22/09/2023): Smallbrokenheart08 Jesús, María y José, tú suspenso me va a matar uno de estos días. Necesito saber maaaas

33| Heridas

Izan

El aire helado me pega en el rostro porque ni siquiera me he dado el tiempo de colocarme el casco, y creo que en cualquier momento romperé el manubrio de la fuerza que aplican mis manos sobre él. Llego a casa de Rhys antes de lo que me planeo. Las llantas chillan contra el pavimento cuando freno. Dentro están todas las luces encendidas y no me doy cuenta de que estoy tocando su puerta hasta que escucho sus pasos de dentro de la estancia. Abre él. Se sorprende al reconocerme y aprieto los puños a los lados para controlarme. 

―¿A qué debo la grata visita? ―mira detrás de mí, supongo que asegurándose de que no estoy acompañado.

―¿Estás solo?

Frunce el ceño, ladea la cabeza y asiente. Le hago una señal para que me siga, cosa que para mi sorpresa, hace, y cuando ya estamos en el césped de su patio, habló con firmeza:

―Quiero que dejes a Ona en paz a partir de hoy ―voy directo al punto ―. En paz de verdad, borras su jodido número, te olvidas de su dirección, y haces como que no la conociste en tu vida. 

Rhys ríe. Sus brazos anchos se cruzan sobre su pecho y eleva le mentón. Cuando eramos jóvenes solía decirme que jamás me deje intimidar, que si alguien viene a ti buscando pelea, seguro mueras de miedo, pero siempre eleves el mentó y lo mires desafiante. Así que siguiendo sus reglas, debe estar temblando por dentro. No me divierte, necesito más. 

―Va a ser difícil olvidar a quien me follé...

Quiero, juro que quiero controlarme pero es más fuerte y mi puño impacta directo en su boca. 

Me mira desde el piso con el gesto desencajado. Las manos me hormiguean ante la necesidad que va en aumento por volver a golpearlo una y mil veces  hasta que suplique que me detenga. Necesito que llore, que sienta la misma intensidad de dolor físico, que el dolor emocional que le dio a Ona. 

―Ponte de pie, capullo o te doy tu merecido desde abajo como el infeliz que eres―amenazo entre dientes con la voz ronca gracias a las emociones. 

Aparta los nudillos de su boca, dejando a la vista la sangre correr por la comisura junto a la piel rojiza e hinchada, escupe a un lado y sonríe antes de ponerse de pie. Rhys nunca fue un cobarde en esto, lo sé. No va a retroceder. Quizás está mucho más trabajado que yo y esto será jodido a la mañana cuando duela, sin embargo no me importa. 

Me da un empujón con ambas manos que logra hacerme das un par de pasos atrás, pero vuelvo a avanzar hasta tenerlo a una distancia que me permita dar el siguiente golpe. El cual va directo a su estómago. Rhys se retuerce solo unos segundos antes de erigirse y darme su primer golpe en el mentón. 

―Esto te va a salir muy caro ―dice esquivando mi puñetazo, pero no respondo, lanzo otro que da ahora en su nariz. 

Cae al suelo y aprovecho para subirme a horcajadas sobre él. Lucha para quitarme de encima, mas no me detengo. Cuando logro darle otro golpe a la altura de uno de sus ojos, se protege con los antebrazos y las manos en puños mientras lo golpeo tantas veces que pierdo la cuenta. 

―¡Me dijiste que la querías y te creí, hijo de puta! ―escupo antes de volver a golpearlo y que él logre dar vuelta la situación para escapar. 

Se tropieza mientras busca con desespero ponerse de pie y establecer la mayor distancia entre nosotros. Avanzo en su dirección con el corazón saltándome en el pecho al punto que llega a doler. No estoy siendo consciente de nuestro alrededor, no me importa nada más que destrozarlo. 

Cuando acabe la canción ©Where stories live. Discover now