27. No soy como crees

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Bastante pronto por la mañana, sentada en un tronco de alrededor de la hoguera, jugando con piezas metálicas, estaba Esperanza.

Tan tranquila que no se dio cuenta que alguien había llegado hasta su lado.

— Hola, nena.

Esperanza resopló. Tristan otra vez.

— ¿Qué quieres?— preguntó. — Te advierto que no estoy de humor.

— Morena, si estoy contigo, ya no quiero nada.

Ella bufó. No estaba de humor para aguantarle.

— Y luego te declaras digno nieto de Afrodita. — dijo. — No sabes hacer nada más que intentar coquetear, pero en el cerebro te quedan solo dos neuronas: una parapléjica y otra empujando la silla de ruedas.

— Oye, mira, — empezó el chico enfadado, pero enseguida trató de corregirse. — Estás tan guapa cuando intentas insultarme... aunque claro, siempre eres hermosa.

Intentó acercarse a ella, pero Esperanza se apartó.


— ¡Déjame en paz! ¿¡Es que no sabes hacer otra cosa que molestar!? ¡No creo que tengas nada dentro de esa cabeza! — se exasperó. Ya le había dicho que no iba a aguantar más.

Tristan entrecerró los ojos con una mueca triste, y luego subió la cabeza con expresión arrogante.

— Dentro de mi cabeza solo estás tú, una y otra vez apareces, no puedo pensar en otra cosa.

— ¡Y eso explica por qué eres tan estúpido! — exclamó Valdez.

— ¡Soy más que una cara bonita y unos cuantos halagos! ¿¡No lo entiendes!? ¡Tendrías que verte la cara! ¿Cómo me estás mirando ahora? ¡Con odio! ¡Me odias porque te estoy gritando! ¡No vas a volver a hablarme, seguro! ¡Me odias más así que cuando te coqueteo! ¡Al menos tengo oportunidad de que me hables si me comporto como me suelo comportar! — a este punto, las lágrimas ya se derramaban por su rostro.

— Pero — Esperanza dejó de hablar en cuanto se dio cuenta de lo que Tristan le había dicho.

Ella no dijo nada. Solo cerró los ojos y apretó los labios.

Tristan miró a otro lado. Justo lo que esperaba. Ahora ella se marcharía y no volvería a hablarle. Cerró los ojos fuerte, tratando de olvidar lo que acababa de hacer. Escuchó unos pasos. «Bien, Tristan, la has cagado. Se está yendo lejos de ti.» pensó. Pero justo cuando iba a darse la vuelta, notó que unos brazos le rodeaban.

Abrió los ojos. Esperanza le estaba abrazando.

Cuando se separaron, ella tan solo preguntó:

— ¿Por qué?

— A... ¿a qué te refieres? — tartamudeó, aún sorprendido.

— ¿Por qué crees eso? — repitió Valdez. — No es verdad.

— Yo...no sé, no estaba pensando con claridad.

— Pues entonces tengo razón, no tenías nada en la cabeza.

— ¿Tenía? ¿En pasado? — preguntó extrañado él.

— Sí, porque más te vale dejar de pensar eso, y ser como eres de verdad. Si lo logras, serás muy inteligente.

Grace tan solo sonrió, y Esperanza le tendió la mano.

— ¿Aliados?— preguntó ella, pero luego se corrigió. — ¿Amigos?

— Siempre. — contestó Tristan, agarrando la mano de Esperanza.





 Cuando digo agarrar la mano me refiero a dar un apretón. 🤝


Sabéis cómo se siente Tristan? Mayormente me siento así. Me escondo bajo un velo de felicidad, yo siempre río, parece que no me tomo nunca nada en serio, pero por dentro y no soy así, yo estoy seria, pensando en que si dejo salir a la verdadera yo, nadie la querrá. Lo peor es que en el fondo yo sé que querrían más a la verdadera yo que a la falsa, sonriente e infantil, pero tengo miedo. No quiero dejarlo salir. 


Ah, por cierto, para los que se lo pregunten, Nico llamó Hazel y no Bianca a su hija porque LE DABA DEMASIADA TRISTEZA Y NOSTALGIA RECORDARLO, y, en secreto, aún tenía la esperanza de encontrar a Bianca.






 Nox 

Después del final.Where stories live. Discover now