13. Guerra casera

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— ¿Estás cansada del bromista de tu hermano? ¿Estás esperando el momento perfecto para devolvérselo? ¿Estás deseando que pruebe su misma medicina pero no sabes cómo? ¿Necesitas unas vacaciones para descansar de él? — dijo Silena — En ese caso, lo sentimos, pero es un sueño que no se puede cumplir.

— ¿Qué susurras? — preguntó Luke en ese instante, entrando por la puerta de su cuarto.

— Susurro formas fáciles de matarte, para luego apuntarlas en mi diario.— contestó ella.

— No. En tu diario escribes cosas de adolescente enamorada, como quién es el chico que te gusta y esas cosas. Lo he leído.

— Y eso demuestra que no has leído mi diario. — dijo Silena. — solamente lo cogiste para fingir que lo leías. Ni siquiera lo miraste un poco. No tengo diario. Es mi cuaderno de matemáticas.

— Oh, mierda. — susurró Luke. — Me quedo sin trucos... ¡Salvo porque acabo de poner un explosivo rosa en tu pelo!

— Sí, jamás te perdonaré por lo que has hecho hace media hora. Lo de que estaba susurrando formas de matarte era verdad. Aún tengo el pelo mojado de pintura... — se le ocurrió una idea. Una magnífica idea.

— ¿Sabes qué? Te perdono. No vale la pena discutir cuando el mal ya está hecho.— se acercó a él con dos zancadas y le abrazó.

— ¿Quién eres tú y qué has hecho con mi hermana?

— Luke, soy yo... no cambia nada — sonrió, mientras hacía que su cabello (ahora rosa) traspasara parte de su color al pelo de su hermano. — Salvo que ahora tienes mechas rosas.

— Sí... y de paso he cogido tu lanza. — dijo Luke, marchándose a una velocidad increíble con la lanza de Silena en la mano.

—¡Te voy a..! — Silena suspiró. — Habrás ganado la batalla, pero jamás ganarás la guerra. Por algo soy de Ares. Te enfrentarás a mí y sufrirás mi ira.

Él era el mayor, sí, pero también era el más bajo y flaco. Podía escabullirse por cualquier lugar. Pero... ella era mucho más fuerte. Si lograba pillarle, estaba muerto.

Pasó en silencio por el salón, donde sus padres debatían cuál era la película que verían es noche: una de carreras o una de guerra.

Llegó al cuarto de baño, donde guardaban la escoba, que había tuneado para que tuviera una punta afilada como una lanza escondida, debajo de la cabeza de la escoba. La desmontó y ya tenía una lanza de repuesto, que guardaba para casos extremos de guerra...como ese.

Luego fue a la cocina. Se escondió a esperar. Conocía de memoria el horario de su hermano. Enseguida él pasaría por allí para coger comida. Siempre lo hacía así. Y era una experta espía. Luke no sabía que ella estaría esperando, porque él no sabía que ella conocía su adicción al zumo.

En cuanto llegó la hora, Luke apareció allí. En el momento justo, Silena saltó, le agarró y le tiró al suelo, como si se tratase de lucha libre.

—¡Ni hablar! — gritó Luke. — ¡No voy a dejarme secuestrar! ¡Y menos por una loca hermana psicópata! — se revolvió entre los brazos de la chica.

— No vas a ser secuestrado por una psicópata. Esto simplemente es un asalto. Devuelve lo que es mío y te dejaré marchar sin muchos daños de tortura.— contestó Silena.

— Oye, sabes que te quiero mucho, hermanita...—intentó él.

— Lo sé. — ella sonrió. Una sonrisa amable, no furiosa como la de antes.— Y por eso no vas a pelear y vas a devolverme la lanza, o haré que te electrocutes con ella.

Luke soltó la lanza y salió por patas.

— Mis niños. — suspiró su padre desde el salón. — La guerra en casa. Cada día una batalla diferente.




Rodríguez LaRue !!! Vamooo 

(Asdfghjklñ) son tan... (y me identifico con ellos) ...los mejores! 

Uzeah, hay cosas mejores, pero ellos son...


 Estoy en clase de alemán, y ya me están planeando los exámenes de hasta fin de curso (º~º)  y yo aquí publicando 😂





Nox

Después del final.Where stories live. Discover now