85. Sagebrush

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Narra Lehyra:

Me deslizo por el pequeño sendero del bosque, camino a la casa, mientras permanezco sumida en mis pensamientos.

No me pasó por alto la desconfianza en la mirada de Kendo, cuando acepte sus condiciones.

Tampoco como sonrío, dejándome frente a la entrada en el bosque. Sabe dónde estoy. Sabe cómo encontrarme. Pero, no es eso lo que me preocupa.

«Saluda a los Skillek por mi» Había dicho cuando sé fue.

Sabe dónde están ellos.

Suelto un suspiro, apartando una rama de mi camino, la casa iluminada deja ver dos siluetas moviéndose libremente por la cocina.

Avanzo hasta abrir la puerta, haciendo que el chirrido de las bisagras, alerte de mi llegada a los hermanos.

Lukaw está cocinando, e inmediatamente que me ve, deja de batir la masa, y sonríe caminando hacia mi.

Matthyw permanece sentado en el sillón individual, tomando lo que parece ser whisky.

Y Nizaw mira atentamente algo en la cocina, antes de dedicarme una breve mirada desconfiada, volviendo su atención en lo que estaba.

Frunzo el ceño, pero, no me da tiempo a decir nada cuando Lukaw me besa brevemente, sacándome de mis pensamientos.

-Tardaste-Puntualiza Matt.

-Es su forma de decir que, te extrañamos-Murmura el castaño divertido.

-¿Qué sucedió?-Inquiero, cuando Lukaw vuelve a la cocina, agregando más harina a su mezcla.

-¿Qué te dijo Kendo?-Interroga el rubio.

Suelto un suspiro.

-Tengo que ayudarlo. Se irá del país en cuanto termine con esto-Murmuro-Y no volveremos a verlo.

Matt deja el vaso en la mesa ratona, y se levanta.

-¿En cuanto termine con esto?-Repite, alzando una de sus perfectas cejas-¿Qué es "esto", Lheyra?

Me encojo de hombros, repentinamente a la defensiva.

-Algo que tengo que solucionar-Intento pasar de su lado, pero me agarra el brazo.

-Dime-Exige.

-No es de tu incumbencia.

Las palabras parecen hacerlo retodecer, masajea su tabique, y cuando vuelve a mirarme sus ojos se suavizan.

-No tienes que desconfiar de nosotros-Susurra-No queremos que corras ningún riesgo. Y no necesitas exponerte al peligro, no si nosotros podemos hacerlo por ti.

Dejo salir un suspiro, y muerdo mi labio inferior, intentando procesar las palabras que soltaré a continuación.

Si se lo digo...

No. No puedo decirle eso. No entenderán lo que planeo, e intentarán interponerse.

Pestañeo, intentando salir de la sofocante mirada del mayor de los Skillek, y sabiendo que no me dejara ir, hasta que le diga algo.

Rehusandome a hablar sobre lo que acordé con Kendo, digo lo primero que viene a mi mente.

-Tu padre está muerto-Confieso.

Escucho como una cuchara retumba en el piso de la cocina, y sé que los tres me han escuchado.

Matthyw da un paso hacia mi, su respiración choca con la mía, y su mano se envuelve en mi garganta de forma amenazante.

Tres Mentiras, Una Verdad [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora