24. Asesinos

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Narra Lheyra:

—¡Matthyw!—Una voz desconocida se hace presente.

Levanto mi cabeza observando a una hermosa mujer parada delante de nosostros.

Elegancia, es la palabra perfecta para describirla; porta un collar de oro a juegos con sus pendientes, una hermosa falda de tuvo negra que se ajusta a su cuerpo, y unos tacones de agujas que podrían apuñalar a cualquiera.

Su rostro refleja sorpresa, y a la vez preocupación, mientras nos mira a ambos en el suelo.

—Madre...—El rubio se levanta apresuradamente, mientras yo observo la situación desde el suelo, aún con el punzante dolor de en mi pierna.

—Oh cariño ¿estás bien?—La señora se agacha a mi altura y me examina con preocupación.

Me siento en el suelo, intentando reprimir una mueca de dolor.

—Emm...Si, estoy bien—Sonrío levemente, mientras siento la fulminante mirada de Matthyw sobre mi.

—¿Puedes levantarte?—Cuestiona, pero antes de que haga el intento, se levanta mirando con indignación a su hijo—¡Matthyw! Ayudala a pararse ¿qué no ves que está herida?

Sigo la mirada preocupada de la mujer, hasta que encuentro una mancha de sangre sobre mi pantalón.

El rubio se aproxima hacia mi pasando sus brazos por debajo de mi espalda y mis rodillas, levantándome.

Lo escucho maldecirme por lo bajo, aunque con ver su rostro, es obvio que no está de buen humor con esta situación.

—Puedo caminar—Exclamo en cuanto la amable mujer desaparece por una puerta.

Matthyw me suelta de golpe, y caigo sobre el duro suelo. Un chillido de dolor se me escapa, al sentir mi herida abrirse aún más.

—Maldito—Susurro, cubriendo la herida con mis manos.

Junto todo mi esfuerzo en levantarme, pero cuando lo logro no alcanzo a festejar cuando mi pierna falla.

Pero antes de caer nuevamente, el fuerte brazo del rubio se envuelve en mi cintura.

—¿Así que puedas caminar, eh?—La burla en voz hace que desee empujarlo, pero me contengo; no quiero terminar en el suelo nuevamente.

La mujer vuelve a aparecer con un botiquín de emergencia en sus manos.

—Matt, cura su herida—Demanda la mujer, antes de dirigir su mirada hacia mi—Cariño, lamento que nos conozcamos así, pero tengo poco tiempo.

—No sé preocupe—Respondo con una breve sonrisa.

—Soy Leticia Skillek.

—Un gusto, Lheyra Dwens.

—Lheyra ¿eres de por aquí? No había escuchado ese apellido en el pueblo.

—No, me mudé hace poco a la casa de a lado.

—¡Oh! Claro, deberías venir a cenar con nosostros algún día, mis hijos jamás habían traído a una chica a casa, y menos a una tan bonita.

Suelto una risa nerviosa.

—Yo solo vine a busc—No termino mi excusa cuando soy interrumpida, por Nizaw, quien baja tranquilamente por las escaleras.

—Ella vendrá más seguido, madre, no te preocupes—Asegura el pelinegro antes de saludar a su madre.

—Bien, debo irme ¡Nos vemos!—Alcanza a decir mientras agarra su cartera y sale disparada por la puerta.

Tres Mentiras, Una Verdad [+18]Where stories live. Discover now