Tres Mentiras, Una Verdad [+18]

71. "No seré delicado"

Narra Lheyra:

Me duele la cabeza. Y estoy muy cómoda para levantarme.

Podría dormir un rato más. Suena tentador. Si, eso haré.

—Se ve muy calmada durmiendo—De repente oigo la voz de Lukaw, pero no me muevo.

Mi respiración sigue calmada, casi tanto como si estuviera en un sueño profundo. Y la calidez a un lado de mi cuerpo, solo hace que realmente quiera seguir durmiendo.

—¿Quién diría que es la misma fiera, eh?—Siento las vibraciones del pecho de Nizaw a mi lado.

Muy cerca. Demasiado.

—La misma que nos drogo, con ese maldito té.

Cómo siempre tan aguafiestas.

—Nosotros la secuestramos primero, Matt—Alega Lukaw.

—¿Ahora la defiendes?—El tono despectivo del rubio no me pasa desapercibido.

Vaya, que humor.

Siento unas caricias en mi pelo, y sé que se trata del pelinegro, que se mantiene callado.

Sus pensamientos me intrigan.

¿Qué estará pensando? ¿Por qué no opina? Guarda sus pensamientos, como si no tuviera caso decirlos en voz altos.

Y eso, eso hace que sea un privilegio escucharlo hablar.

Porque cuando lo hace, es realmente interesante.

Aunque últimamente, habla más de lo que, según Lizz, es normal.

Hablando de Lizziana ¿dónde estará?

—No la defiendo. Digo la verdad.

Entreabro uno de mis ojos queriendo ver cómo el rubio se acerca a su hermano menor en un paso que, podría insinuar una posible pelea.

—Demoraste mucho en abrir esos hermosos ojos, bonita—La voz ronca de Nizaw hace que un escalofrío cruce por mi cuerpo.

Sus orbes de un azul tan profundo como el mar, me observan y aunque no está sonriendo, sus ojos parecen expresar una pequeña sonrisa.

—Mmm—Intento decir algo, pero posa su dedo en mis labios haciendo una seña para que me mantenga en silencio.

Su vista se dirige a sus hermanos, y sé que, no quiere interrumpir su discusión.

¿Por qué? ¿No sé supone que debe detenerla antes de una pelea?

Quizás sepa que no llegarán a ese extremo.

Me quedo en silencio, mirando el show desde la cama, al lado de Nizaw, que también parece interesado en la actitud de sus hermanos.

—¿Ahora estás de su parte?—El rubio suelta una risa amarga, mientras ambos permanecen ajenos a nosotros.

—Sabes todo lo que le hicimos Matthyw—El castaño da un paso adelante, enfrentandose a su hermano—También la dormimos antes de ir al laberinto.

—Igual que a todos, pero ¡Oh sorpresa!—El rubio sonríe con sarcasmos—Porque ella es—No termina de hablar cuando Lukaw lo interrumpe.

Está bueno el chisme.

Y es sobre mi. Aún mejor.

—¡Cuidado con la mierda que vayas a decir!

—Déjalo—El rubio niega dando un paso atrás.

—No. Ahora dilo—Lo reta el castaño.

¡Si! Dilo. Que yo también quiero saber.